viernes, 6 de junio de 2025

C.- Descripción del templo de Santo Andrés: textos

 

Puerta principal. Visita de Fray Albino, Obispo de Córdoba (1952)

            Después de la publicación de varias entradas referidas al contenido resulta imprescindible ir dando detalles sobre el continente. Tanto uno como el otro, apuntan al mismo modelo de templo. Ambas perspectivas resultan imprescindibles y complementarias para aproximarnos –con rigor y en la medida de nuestras posibilidades- a como era en realidad el edificio más significativo de toda la historia de Alcaracejos.

1549

            Aunque tenemos constancia de una Visita General realizada en 1549 por el licenciado Matienzo[1], no conocemos referencias que nos remitan a una descripción del aspecto original del templo.

1589

            Sin embargo, gracias a la Visita de 1589, conservada en el Archivo Diocesano de Córdoba, hemos conseguido una reseña muy aproximada de cuál podría ser el aspecto de la parroquia. Reproducimos el texto:

            "Luego visito el cuerpo material de la dicha iglesia, el cual tiene una nave de arcos de cantería atravesados de ancho a ancho de moldura y la capilla mayor[2] de menos ancho que el cuerpo de la iglesia, labrada de cantería e bóveda de lazo y media naranja, con un retablo dorado en el altar mayor tan grande como el testero, de cinco órdenes de imaginería, moldura y talla bien acabado. El suelo de la iglesia no está solado. El techo de ella de arco a arco, sus vigas de madera tosca, sin corteza, mal labrada y cañas, desde la peana del altar mayor a un lado están cuatro escalones que suben a la puerta del sagrario, todos cubiertos de azulejos."

            Según estas líneas podemos admitir que cuando se visitó el templo, únicamente existía la nave principal, el presbiterio y, probablemente, la capilla del Sagrario, situada en el lateral del Evangelio. Esto no significa que el espacio de culto se redujera únicamente a lo antedicho, pues en el resumen de las cuentas de fábrica, remitido por el párroco de Alcaracejos al Obispado en 1589, se advierte ya la sacristía, situada, según tradición oral vecinal, cerca del altar mayor[3]. En el citado resumen de cuentas podemos leer que:

"Adobío de una esquina: Descargásele más cinco mil y ochocientos veinticuatro maravedíes que según la relación de su libro parece haber gastado en adobar y hacer la pared de la sacristía de piedra labrada."

1563

          Juan Ocaña afirma que “En 1563 es creado el Pósito Municipal de Alcaracejos y la parroquia bajo la advocación de San Andrés, que es su patrón[4]”, pero no indica dato alguno ni sobre su fuente ni sobre la estructura ni origen del edificio.

1755

            El 1 de noviembre de 1755, festividad de Todos los Santos, tuvo lugar el destructivo terremoto de Lisboa. Hasta los Pedroches llegaron sus efectos. Al ser fiesta y alrededor de las 9:30 de la mañana, a muchas personas las pilló en misa, en el interior de las iglesias. El rey, Fernando VI, ordenó una encuesta a toda España para conocer bien lo ocurrido. Respondieron 1273 localidades[5]. De ellas, diez eran de Los Pedroches. El corregidor de Torremilano informó sobre lo ocurrido en Alcaracejos. De su informe entresacamos que “sus habitantes, reconocieron que se producía un terremoto de bastante violencia al ver que todos los edificios de casas y, especialmente, los de la Iglesia del Señor San Andrés, Parroquial de esta villa, temblaban que parecían querer venirse a tierra”. “Desampararon las casas, y también todas las personas que se hallaban en dicha Iglesia, se salieron intrépidamente temiendo y discurriendo se caía toda”. Más adelante se dice que: “Sólo algunas paredes quedaron quebrantadas, y de la capilla mayor de dicha Iglesia cayeron algunos terrones y se reconocen en ella algunas aberturas. En cuanto a personas, no hubo desgracia alguna”.

1840

          De las Casas-Deza, en 1840 publica su Coreografía y refiriéndose a la iglesia de Alcaracejos expone que: “En 1.780 contaba 206 vecinos y 450 personas de comunión. La iglesia parroquial está dedicada a San Andrés: tiene seis altares y una capilla que es el Sagrario. El retablo del altar mayor es obra del siglo XV o de muy a principios del XVI y en él se ven muy buenos adornos de talla y pinturas en tabla, nada despreciables. Según la costumbre de aquellos tiempos, está el sagrario de este altar al lado del evangelio, y, por haberse hecho otro sagrario nuevo en el medio, se ubica en el antiguo un rostro divino.

          La iglesia, que es de pobre fábrica, tiene una nave, y los libros parroquiales principian: los de bautismos en 1554: los de matrimonios en 1578, y los de difuntos en 1615. Tiene un solo cura. Inmediato a la iglesia está el cementerio que se hizo en 1821”.

1845

          Es el turno ahora de Pascual Madoz y su Diccionario Geográfico de 1845. Dice así: “La iglesia parroquial (San Andrés, Alcaracejos) es de pobre construcción, de una nave, y los libros parroquiales principian: los de bautismos en 1551; los de matrimonios en 1578, y los de difuntos en 1615. El curato es de entrada, servido por un vicario rector, perpetuo, de nombramiento de la corona o del diocesano, según el mes en que ocurre la vacante, siempre previa oposición; un sacristán nombrado por el diocesano y dos acólitos. Tenía la iglesia en su inmediación el cementerio, que dejó de usarse en 1.841, de orden del señor Iznardi, jefe político de la provincia, construyéndose uno en 1842 inmediato a la ermita de la Magdalena, extramuros, al Norte de la población. Otra ermita, que se está hundiendo, dedicada a San Sebastián, se halla al Sur en lo alto de la cordillera que domina la villa; y habiéndose arruinado completamente la de Santa Ana, la imagen de la tutelar se trasladó a la parroquia. El término es común con el de las siete villas de los Pedroches”.

1965

          Del siglo XIV no tenemos referencias escritas sobre Alcaracejos. Sin embargo hay un dato significativo: En marzo de 1965 se construyó el actual templo parroquial y en ese mes la Delegación Provincial de la Vivienda de Córdoba autorizó importantes mejoras en el proyecto “Iglesia y dependencias parroquiales de Alcaracejos”. Entresaco –literalmente- la que se refiere a “1 (A) PORTADA ANTIGUA: Se propone colocar en la puerta lateral, ahora a la izquierda, la antigua portada de la Iglesia destruida que, aunque tiene bastantes desperfectos, es del siglo XIV y se podrá colocar por el paramento interior de la nave, para evitar que los agentes exteriores la descompongan más. Con ello se salvaría una pieza de gran valor histórico para el pueblo”. Dicha mejora está valorada en 4.901’76 pesetas. Intuyo que detrás de este acierto estaba Daniel Sánchez Puch, arquitecto y director del proyecto, persona de sólida formación y fina sensibilidad artística. Ignoro de dónde sacó que la portada –hoy visible en el interior de la actual parroquia- es del siglo XIV.

1981

          De sumo interés resulta lo expuesto por Nieto Cumplido: “No hay base para fechar la destruida parroquia. Los restos que han llegado a nosotros pertenecen a los finales del XV, o más bien, a principios del XVI”. El Almanaque del Obispado de 1875 dice que su construcción era árabe, de mampostería. Posiblemente su estilo general era el gótico mudéjar, propio de las iglesias de este momento. “De su primitiva fábrica y de su estado anterior a la guerra, solo queda la portada principal, hoy colocada como reliquia en el interior del templo. De planta muy irregular —como se verá más adelante— hay constancia de contrafuertes en algún lienzo de muro. Según tradición oral, todas sus tallas, altares y pinturas se perdieron en el periodo 1936-1939. La portada subsistente es de estilo gótico, ligeramente conopial, con gruesas bolas formando arrabá que se repiten bajo la línea de imposta. Este adorno de bolas, así como el pequeño conopio, incluso en los dinteles de muchas casas, es propio de la arquitectura de esta zona, todo ello de labor tosca”[6].

Portada antigua en el interior del templo actual (1980)

Comparación: Parroquia de San Mateo de Villanueva del Duque

          Desde mi niñez oí, en mi familia y a la gente mayor del pueblo, decir que “el templo más parecido de la comarca a la desaparecida iglesia de Alcaracejos era la parroquia de San Mateo de Villanueva del Duque”. Evaporado el edificio de San Andrés, la mirada de muchos mojinos se focalizó en el templo vecino dedicado a San Mateo. Por fortuna sobrevivió intacto a la contienda.

          En mi opinión, no son templos gemelos, quizás algo mellizos y, sobretodo hermanos. Al analizar ambos, resulta evidente cierto parentesco. Coincidencias exactas no aparecen, pero detalles muy similares, bastantes. Veamos:

-      Ambas parroquias tienen nombre de apóstol, como otras de la comarca.

-      Las dos disponen de una única nave y tienen la misma orientación.

-      Sus fachadas son de sillería; se localizan dos puertas; el tejado de ambas es a dos aguas; el acceso a los respectivos campanarios se hace por sendas escaleras de caracol[7]; en las dos se usan contrafuertes en los muros…

     - Robustas pilastras laterales sostienen arcos trasversales apuntados.

-      Sus dimensiones –sin entrar en muchos detalles- son similares: San Mateo tiene 9’936 metros de anchura, 35’604 metros de larga y 11’592 metros de alta. La antigua Parroquia de San Andrés prácticamente coincide en longitud y altura y su planta presenta anchuras variables a lo largo de la nave. Cifras aproximadas, sacadas de diferentes planos nos dan unos valores medios de 34 metros de longitud, unos 12 metros de altura y la anchura oscila entre los 11 metros de la fachada y 14-15 metros en algún tramo del interior, o sea que el templo de Alcaracejos sería unos metros más ancho que la parroquia de San Mateo.

-      Molinero Merchán, J.A. sitúa la construcción de San Mateo en el siglo XV[8], fecha por la que apostamos para la construcción de la antigua parroquia de Alcaracejos.

En ambos templos, la sacristía se sitúa en el costado del Evangelio. 

Fachada lateral. Parroquia de San Mateo. Villanueva del Duque

Fachada principal. San Mateo. Villanueva del Duque




[1] Fue uno de los protegidos de Leopoldo de Austria (Obispo de Córdoba desde 1541 a 1557 e hijo ilegítimo del emperador Maximiliano I de Austria) que ocupó un puesto destacado en el organigrama del gobierno de la diócesis. A comienzos de septiembre de 1545 tomó posesión de una canonjía, a la que tuvo que renunciar –por orden de la Santa Sede- en julio de 1548 en favor de Juan de Mendoza. Sin embargo, tres meses después se le restituyó la prebenda la cual disfrutó hasta el final de sus días. Desde mediados de la década de los cuarenta desempeñó el puesto de visitador general del obispado y en cumplimiento de su función recorrió, en 1546, un buen número de localidades. Posteriormente, en junio de 1554, solicitó cuatro meses de licencia al cabildo catedralicio con el fin de girar visita a las poblaciones del ámbito diocesano. También el canónigo Fernando Matienzo aparece en la relación de beneficiarios a los que el titular de la mitra premió su fidelidad a través de las mandas testamentarias.

[2] Parte principal de la iglesia donde se encuentra el presbiterio y el altar mayor.

[3] AGOC, Visitas Generales, Caja 6212.

[4] Ocaña Torrejón, J.: Historia de la villa de Pedroche y su comarca, 1962. Ed. Facsímil.

[5] Martínez Solares, J.M.: “Los efectos en España del terremoto de Lisboa”. Ministerio de Fomento, Madrid, 2001.

[6] Ibid.

[7] Recomiendo encarecidamente subir al campanario de Villanueva del Duque. Su escalera de caracol es una joya que el tiempo no alteró. En su interior la Historia, se paró.

[8]“Villanueva del Duque. Patrimonio Monumental y Artístico”, 2008, pág 220.

domingo, 25 de mayo de 2025

(B) Origen del primitivo templo y sus circunstancias

 

Plano General de Alcaracejos, 1889. Instituto Geográfico y Estadístico. Córdoba. Vicente Gómez, 2º Topógrafo

Propósito y función

            Entiendo que, aunque carecemos de datos, la intención de construir la parroquia de San Andrés en Alcaracejos fue la de atender las necesidades religiosas de un vecindario que fue en aumento con el paso de los siglos. Bodas, bautizos, entierros, funciones religiosas varias (Navidad, Semana Santa, día de la patrona,…), catequesis, etc. tenían que ser cubiertas dignamente en la localidad.

            El censo de vecinos crecía y –con seguridad- entre ellos habría una élite cualificada y estable, personas con mayor formación o con mayores recursos económicos, la cual conduciría a que las dependencias como "lugar agregado" de Torremilano y jurisdiccional con Pedroche se tambalearan. Dependiendo del tipo de trámite, “los mojinos” de aquel tiempo tenían que trasladarse a una de estas villas para solventarlo. No es de extrañar, por tanto, que Alcaracejos intentara la independencia de Torremilano y la consiguiera en 1488. Sabemos que para esa fecha, el pueblo tenía organizado ya su propio concejo como administración local civil (censo, impuestos, orden público, pleitos, escrituras de compras y ventas, herencias, etc.). No se me pasa por la cabeza que los Reyes Católicos –cogobernantes en Castilla y Aragón- permitieran la independencia de una villa sin tener garantizados tanto su actividad administrativa como su articulación religiosa.

            Ciertamente, tener satisfechas las necesidades religiosas del municipio, no implica necesariamente disponer de un templo (se podría decir misa en una casa o capilla particular, procesionar por sus calles, disponer de un local para una celebración o un luto,…), pero lo lógico es que –como ocurrió en otros pueblos limítrofes- hubiera un lugar físico que fijara el poder civil y otro edificio que reflejara el poder religioso: parroquia y concejo, concejo y parroquia serían los signos visibles de su independencia como villa.

Circunstancias históricas que rodearon al posible origen del templo

Certificar los orígenes del edificio parroquial, en un pueblo que ha perdido casi todos sus archivos, no es tarea fácil. Por fortuna, el Archivo Diocesano provincial guarda abundante documentación, pero no llega –que yo sepa- a fechas en las que se levantó la iglesia. Nos aproximaremos al tema mediante algunas pistas, ciertos indicios y ciertos autores. Se trata, al menos, de fijar un escenario, un marco histórico, sabiendo que no podemos ser categóricos en cuanto a fecha de construcción.

            En la década 1130-1140 la comarca de Los Pedroches quedó despoblada. Es tierra de nadie hasta mitad del siglo XIII” según el pozoalbense Manuel Luna Rivera. En 1236, Fernando III “el Santo” conquistó Córdoba y los Pedroches pasaron a ser propiedad de esta ciudad. Por cuestiones estratégicas —fronteras— se priorizó la repoblación de la capital y de su campiña, al sur. El norte de la provincia se abandonó y se convirtió en refugio de golfines y bandoleros que desvalijaban a los viajeros que iban y venían entre Castilla y Andalucía.

            La creación del Condado de Santa Eufemia, en 1293, debió basarse en la necesidad de sanear la comarca: el concejo cordobés donó a Fernando Díaz Carrillo el castillo de Santa Eufemia y 100 yugadas de tierra, donación que confirmó Sancho IV, como recompensa por la expulsión de estas tierras de un grupo de golfines. El Guijo, El Viso y Torrefranca eran también parte del señorío.

            Según Ocaña Torrejón, Sancho IV (1258-1295) “hizo poblar a Pedroche de castellanos, leoneses, gallegos y quizás vascos, pero con rapidez estos recién llegados se diluyeron en nuevos poblados que, con el tiempo, lograron gran valor agrícola y ganadero”[1]. Este pequeño detalle ocurrió en el siglo XIII. En general, existe gran desconocimiento sobre la reconquista y la repoblación de Los Pedroches.

            Durante 150 años, el territorio tuvo carácter realengo, hasta que en 1445 surgió el Condado de Belalcázar: Juan II dio por juro de heredad al maestre de Alcántara, don Gutierre de Sotomayor, las villas de Gaete e Hinojosa como pago por servicios prestados a la corona. Este señorío contó siempre con la oposición de las villas sometidas. Formaron parte de él Villanueva del Duque y Fuente la Lancha.[2]

            En aquella época destaca la mancomunidad de las Siete Villas[3], como tercer ente administrativo del norte provincial, llamada primero “Pedroche y sus pueblos”, nacida alrededor de 1492, a la que benefició la “Pragmática sobre adehesar en tierras de Córdoba” dada por los Reyes Católicos (15/07/1492) en Valladolid. Esto permitió que los vecinos del citado colectivo usaran y disfrutaran grandes dehesas como tierras comunales[4]; además se puso freno a ciertos abusos de la nobleza.

Centrándonos en Alcaracejos

            Expuesta una síntesis histórica –comprimida- de la época sobre la comarca, vamos a aproximarnos al contexto de Alcaracejos, partiendo de que primero sería el nacimiento del pueblo –núcleo pristino de población- y luego se construiría el templo.

            La primera referencia escrita sobre <<los cacarejos>>, lugar que intuimos derivó en el actual Alcaracejos, se recoge en un documento de julio de 1272[5] que delimita la jurisdicción de la iglesia de Belmez. Con este dato, por muy rápido que avanzara la evangelización y cristianización de la zona y la demografía del lugar, considero que el templo no se pudo edificar en el siglo XIII.

            Por desgracia carecemos de datos documentales que certifiquen como pudo ser el Alcaracejos del siglo XIV.

            Sin embargo, del siglo XV tenemos abundantes referencias contrastadas sobre Alcaracejos[6], pero ninguna se refiere a la existencia de un templo. En 1412 los alcaldes y aguaciles de Santofimia ocupan el lugar realengo de los Alcaracejos, “donde hay catorce vecinos o más”[7]; en 1447, Alcaracejos aparece en el deslinde y amojonamiento de las villas de Gahete y La Hinojosa; en 1468, Alcaracejos consigue disponer de concejo propio, aunque sigue dependiendo de Torremilano; en 1487 pleitea con Torremilano y en 1488 consigue su independencia como villa, pasando a depender de la ciudad de Córdoba. Alrededor de 1492, como ya hemos visto, nace la mancomunidad de las “Siete Villas” con sus compartidas dehesas,… Está claro que en el siglo XV Alcaracejos alcanzó cierto apogeo y se consolidó cómo villa con entidad jurídica propia. No es de extrañar que esa independencia civil llevara aparejada la autonomía religiosa que da una parroquia con su edificio.

            Es de interés la demografía de Alcaracejos en el siglo XVI[8]:

Año

1528

1530

1561

1571

1584

1587

1591

1595

Nº de vecinos

187

188

282

400

299

252

285

302

             En el siglo XVI, Alcaracejos es un núcleo estable y concentrado de población, igual que la mayor parte de las villas de la comarca. Aunque no tenemos datos, es razonable pensar, a la vista de estos, que a finales del siglo XV Alcaracejos podría tener un censo de 120-140 vecinos, es decir estaría entre los 500 -600 habitantes. Con esa población, las villas solían disponer de un templo parroquial[9].

Apreciaciones sobre la construcción del templo de San Andrés

            Llegados aquí, nos inclinamos a pensar que el edificio parroquial que nos ocupa nació al final del siglo XV, probablemente en su último cuarto o último tercio. Su muerte ocurrió en dos fases: (I) Bombardeo en la Guerra Civil, posiblemente 1938, tras el cual el templo quedó parcial, pero considerablemente destruido y (II) Demolición de abundantes restos en los primeros años de la década de los sesenta del siglo pasado. Entre ambas fechas, hubo conatos fallidos de reconstrucción.

            El templo, intacto hasta la Guerra Civil, sería el resultado de actuaciones llevadas a cabo a lo largo de más de cuatro siglos. Con los años, las reformas se irían solapando en la obra final que vieron nuestros padres. El edificio primitivo –y su interior- se modificarían en función de las necesidades, intereses y directrices de la Iglesia; del dinero disponible; de los artesanos y maestros a los que les confiaron los trabajos y, desde luego, de las tendencias artísticas y estéticas de cada momento.

            Carecer del templo como espacio físico nos dificulta establecer un recorrido sobre sus transformaciones. Dependemos, por completo de textos e imágenes, salvo para hablar de la portada que se conserva en el interior de la parroquia actual como gran testigo del que fuera el edificio más importante de Alcaracejos. Testigo que desprende impotencia y soledad y nos introduce en el túnel del tiempo de la historia local. Textos, disponemos de algunos. Imágenes, menos. De todas formas la información conocida es insuficiente: el rico archivo que albergaba la parroquia desapareció o se quemó en la contienda civil.

            Como ya hemos comentado anteriormente, la puesta en escena de la iglesia de San Andrés la asociamos con la independencia de Alcaracejos, con el inequívoco esplendor alcanzado por la villa y con el considerable crecimiento demográfico: todo ello ocurrido en las últimas décadas del siglo XV.

Detalle de la ubicación del templo extraido del plano de 1889

            El plano de 1889 viene a confirmar, en mi opinión, que el edificio parroquial fue el núcleo central sobre el que pivotó el primitivo urbanismo de Alcaracejos. La iglesia fue el corazón de la villa y en ella confluían, o se irradiaban, seis estrechas calles que configuran un entorno absolutamente irregular con extraños rincones. Las calles en cuestión eran: Veracruz, Padrón, salida a Pozoblanco (actual, Sol), prolongación de calle Iglesia, calle de la Fuente e Iglesia. Ni siquiera la Plaza de la Audiencia tiene tal afluencia de calles. Tenemos algunos datos que indican que el pueblo, hace siglos, tenía más viviendas por el oeste, pero que se destruyeron debido a una epidemia de peste y la población se desplazó hacia el este. Esa podría ser la explicación del por qué la iglesia no está centrada en el plano urbano de 1889.

            Elementos artísticos y estéticos del propio templo (contrafuertes, arcos transversales, fachada, etc) son razones suficientes que conducen a un origen tardomedieval. La parroquia de San Andrés, de una sola nave, se asienta en una planta similar a las de construcciones vecinas de la comarca, cubierta por arcos apuntados transversales de sillares de granito. Recursos análogos, pero con arcos de ladrillo, los encontramos en la iglesia de Santiago de Torrefranca, en la de la Encarnación de Santa Eufemia o en la parroquia de El Viso. En San Bartolomé, de Pozoblanco, siglo XIV, su interior es también de una sola nave y se compone de cinco arcos de granito ligeramente apuntados, sobre pilares de la misma piedra. Siguiendo con estas similitudes, es casi seguro que la cubierta del templo inicial de Alcaracejos fuera de madera.

Fachada antiguo templo parroquial, siglo XV, de San Andrés, 1952.
Fondos de Rafael Bernier Soldevilla, Diputación Provincial

            Según fotografías, la fachada era toda de sillares, los cuales también están presentes en las esquinas, para darle al conjunto mayor solidez y estabilidad. Esto unido a los seis arcos y a estratégicos contrafuertes, p.e. en el ábside y en el lateral derecho, ofrecían un conjunto seguro y firme. No se percibe el uso de sillarejos, es decir piedras de menores dimensiones que el sillar, con labra menos cuidada y con tamaño que no llega al espesor del muro. También por una imagen de su lateral izquierdo, nos inclinamos a pensar que los muros de la iglesia, espacio entre arco y arco, estaban construidos mediante la compactación de una mezcla, llamada tapial, de tierra, cal –como aglutinante-y agua en moldes de madera. Luego se retiraban los moldes y se obtenían muros de tierra compacta. Esta técnica se utilizó con frecuencia en la España del siglo XV en obras que no disponían de demasiados recursos económicos. Se aprecia que el tapial está reforzado con pequeñas piedras.

            El uso de tapial explicaría las enormes montañas de tierra que, durante años, mezcladas con sillares, se observaban en el solar de la iglesia después de su destrucción por la aviación.

Interior del templo ya destruido. Observar muros de tapial




[1] Ocaña Torrejón, J., “Historia de la villa de Pedroche y su comarca”, 1962, pág 49.

[2] Extraído de http://www.solienses.com/noria/siete.htm según mis criterios.

[3] Pedroche, Torremilano, Torrecampo, Pozoblanco, Villanueva de Córdoba, Alcaracejos y Añora.

[4] El uso y disfrute de las dehesas de la Jara, Ruices y Navas del Emperador perteneció de forma comunal a Pedroche y sus villas desde "tiempo inmemorial",

[5] 1272. Julio. (s.d.). Limitación de la iglesia de Belmez. B.C.C., ms.125, f. 89 v. Copia de 1318

[6] Muriel Gomar, S.: ”Alcaracejos, una historia de ocho siglos”, Capítulo Segundo, 2023.

[7] Podría referirse al número de casas habitadas, o a personas que pagaban impuestos, según costumbre de la época. Eso nos conduciría a una población comprendida entre 50-70 habitantes.

[8] Fortea Pérez, J.I.: Las bases demográficas y económicas de una expansión urbana, Córdoba, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1981.

[9] En Villanueva del Duque, la parroquia de San Mateo se construyó en el siglo XV según el profesor Molinero Merchán. Esta villa en 1530 tenía 123 vecinos, es decir entre 450-500 habitantes. Podemos afirmar que la situación en Alcaracejos fuera entre similar y coincidente.