martes, 15 de enero de 2019

De Alcaracejos al Cuzna por el "Santo": Camino mozárabe

De Alcaracejos al Cuzna, por el “Santo”: Camino mozárabe

“Caminar es poner las piernas al servicio de la mente para engrandecer el corazón”
Peregrino Camino Mozárabe.
López Navarrete, José; Muriel Gomar, Sebastián
Colaboración de Lorenzo Pauner Fresquet.

       
     Alcaracejos, además de puerta de los Pedroches, ha sido y es núcleo de convergencia de caminos. El cruce de carreteras de Córdoba a Almadén / Toledo y de Andújar a Villanueva de la Serena sigue siendo prueba de su privilegiada e histórica situación.
Aparte de este importante nudo, en su término podemos hallar famosas vías pecuarias [1] tales como la Cañada Real Soriana, con una anchura legal de 75’22 metros, y varias veredas, entre ellas la Vereda de Córdoba a Almadén o la de Villanueva del Duque a Pozoblanco, entre otras. Todas con 20’89 metros de anchura. También destacan la Colada de Dos Torres, con 13’37 metros, y la Colada del Abrevadero del Pozo de la Benita, con 8 metros de amplitud legal. Además existen multitud de caminos, senderos, pistas, carriles etc… Todas estas innumerables vías de comunicación hacen que el término de Alcaracejos sea accesible y visitable; además, podemos encontrar numerosos detalles de interés social y cultural. Por todo esto pensamos que los caminos[2] de Alcaracejos y sus curiosos pormenores debieran de formar parte del patrimonio del pueblo y, como tales, considerarlos espacios protegidos, fomentando su conocimiento y divulgación. Para nosotros no son caminos, hablamos de escenarios en plena Naturaleza.
Por aquí pasaba y pasa gente. Estas sendas se utilizaron para transitar mercaderes, ejércitos, caravanas, peregrinos, pastores, diligencias, rebaños, cosarios, carros etc… y más modernamente camiones cargados de mineral, de aceitunas o de ganado. Por un lado, Alcaracejos era puerta de entrada a Los Pedroches y de salida hacia Ciudad Real; por el otro, era puerta de salida hacia Córdoba y, al Oeste, hacia Badajoz. Su condición de puerta viene recogida en la letrilla de una antigua jota[3] que dice así:
Ya tiene mucho perdío,
Quien no conoce este pueblo,
Ya tiene mucho perdío.
La puerta de los Pedroches
Siempre se abre pa un amigo,
            Vamos a recorrer un tramo de camino conocido como mozárabe, pero haciéndolo al revés, es decir: nos moveremos de Norte al Sur. Pretendemos hacer un camino guiado, indicando todos los detalles que podamos para que sirvan de orientación y el recorrido pueda ser hecho y reconocido con facilidad por familias, niños en bicicleta, colectivos etc…sean vecinos de Los Pedroches o personas llegadas de otras latitudes.
            Partimos de la plaza de Los Pedroches, donde está el Ayuntamiento, y la abandonamos por su vértice Sur buscando la calle de San Sebastián. Llegamos a la rotonda que rodea el pueblo y ahí paramos un momento antes de iniciar la subida. Esta falda del Cerro del Santo es la zona final del plutón granítico de Los Pedroches (granitos[4], dioritas). La tierra en superficie es sariega o arenosa. De aquí en adelante no observaremos afloramientos[5] de la omnipresente roca.
            Subimos hasta la ermita. Estamos a 1 kilómetro de la plaza, encima de la llamada aureola o franja metamórfica, que tiene entre los tres y cinco kilómetros hacia el Sur. Esta zona sirve de conexión entre el magmático granito y la zona sedimentaria donde abundan las pizarras[6] nodulosas, micaesquistos y pizarras corneanas pertenecientes al Carbonífero. Aquí, en la “Cumbre”, la tierra es negra barrial o colorada. A partir de ahora podremos observar varias explotaciones mineras de galena argentífera, pirita y blenda.
            Desde esta altura, la vista del pueblo y de la comarca es espectacular. Remarcamos la idea de que Los Pedroches son una penillanura[7], una llanura en alto, no se trata de un valle. Si el pueblo está a 608 metros sobre el nivel del mar, aquí estaremos a poco más de 640. Podemos ganar unos metros más subiendo al mirador, en el complejo de la piscina, que se encuentra hacia poniente. En el solar de la piscina, en 1970 había tierras que contenían cierta riqueza mineral. Se lavaron durante años y “aparecieron hornos de fundición de plomo y plata de época romana, así como restos de ánforas, candiles y otras vasijas de la misma época. También monedas ibéricas y romanas y proyectiles de honda ibérica[8].

Vista de la Ermita de San Sebastián
            Una escalinata nos facilita la llegada a la ermita de San Sebastián, que data del siglo XIV. Esta capilla fue hecha en honor de San Sebastián y recuerda la protección del santo ante la peste[9] que sufrió Alcaracejos a mitad de dicho siglo. El estribillo de una canción de hace años nos recuerda esta relación: “¡Oh Sebastián ejemplar de invicta y santa paciencia, dignaos a Dios rogar nos libre de pestilencia!”.[10] Estamos ante un templo pequeño de nave única, claro exponente de la arquitectura de esta comarca. Su construcción se asemeja a la ermita de la Magdalena que se ubica junto al cementerio. En esta ermita se celebra la eucaristía el día 20 de enero en honor a San Sebastián. Una vez finalizada la misa se realizan juegos tradicionales y se come el típico hornazo (bollo de pan con un huevo duro). Ante su lamentable estado de conservación y por su importancia histórica y tradicional, Alcaracejos debería preocuparse algo más de su mantenimiento. Desde aquí apoyamos cualquier iniciativa para su cuidado y conservación a fin de que las nuevas generaciones disfruten de este lugar como lo han hecho generaciones pasadas. En la explanada encontramos una de las seis cruces de término, modelada en granito, que vigila la entrada al pueblo y embellece este noble paraje.
            Girándonos un poco hacia el sureste hay un moderno campo de paneles solares que van moviéndose con el Sol para obtener su máximo rendimiento. Y algo más a la izquierda, están los depósitos que suministran agua al pueblo. Los que tienen una línea azul son más antiguos. También hay unas antenas.
            Este cerro forma parte de una especie de larga línea que va hacia Hinojosa y hacia Pozoblanco. Se trata de una formación geológica a modo de “caballete de un tejado” que separa la recogida de aguas en toda la comarca de Los Pedroches: las aguas que caen hacia el pueblo van a la cuenca del Guadiana y hacia el otro lado (la Cumbre, la “jesa” [dehesa], los jarales, Cuzna…) las aguas vierten en el Guadalquivir. Si miramos al frente, justo al Sur, vemos una tierra parda, buena para sementeras y pastos y nos llama la atención la ausencia de árboles.

Atardecer en el Pozo de los tres Palos
            Poco más adelante nos encontramos con el Pozo de los Tres Palos. Su nombre proviene de los tres palos que hace años sostenían una carrucha para sacar agua. El pozo está construido en un trozo de tierra que las empresas mineras pidieron a don Francisco Gómez Ayala, persona influyente y de posición acomodada en el pueblo. Desde este pozo se trasladaba el agua – de excelente calidad – a las minas por medio de una carreta con bidones tirada por mulos. Se evitaba así el consumo de agua extraída de otros pozos, agua que podría estar contaminada por la explotación minera de la zona. Las pilas de granito que acompañan al pozo han sido traídas de diferentes antiguos lavaderos del pueblo. En la década de los cincuenta, vivía en estos parajes, en su chozo, un pastor con su familia: Virgilio, su esposa Carmen y sus dos hijos, Inés y Virgilio. Alejandro López Andrada[11], en su libro Los años de la niebla (2005), cita a estas personas y comenta el lugar. De su libro extraemos el siguiente fragmento: “Desde el lugar donde está ubicado el chozo, en el famoso Pozo de los Tres Palos, [hacía el Sur] se contempla una panorámica paisajística teñida de un cromatismo excepcional en el que se combinan los verdes y los ocres con tonos violetas, azules y amarillos. En la media distancia, flotan las casas de Rosalejos con el cascarón del pozo de la mina, y, algo más allá, se ven las ruinas de las Morras y el legendario cerro de la Mora”.
            Es cierto. Al fondo, entre dos cerros mayores, el de la derecha con los vestigios de Las Morras, se ve uno menor y redondeado. En ese cerro se situó el castillo árabe del Cuzna[12], hecho de adobe, similar al que aún hoy existe en El Vacar. En la cima de este cerro existe una humilde cueva, con un pozo - trampa en su recorrido interior, que la comunica con el Arroyo del Lentiscar, afluente del Cuzna. Se cuenta que esta modesta galería podría ser una posible salida del citado castillo, en caso de peligro de sus moradores. Existe la leyenda según la cual la noche de San Juan, a las doce y con luna llena, sale la mora al Cuzna a lavar madejas de hilos de oro. Si le llamas la atención a la mora o le quieres quitar sus dorados hilos, se convierte en una fiera y te devorará. Si aguantas el ataque, la fiera se desvanece y la mujer se enamorará de ti. También se cuenta que en la cueva había un tesoro y un matrimonio minero se pasaba el día excavando allí. Hay una copla de corro de carnaval que recoge la situación: “El lindango y la lindanga no dejaban de decir, si encontramos el tesoro nos marchamos a Madrid[13]”. Al parecer la boca de esa cueva hoy se encuentra taponada, rellena de tierra.
Ermita en el Merendero Municipal

            Tras el pozo y las piletas empiezan los chaparros. A la izquierda hay un sendero que se conoce como “la raya de la jesa”. Seguimos. A la derecha dejamos una pequeña bifurcación. Debemos continuar por el grueso del camino, sin desviarnos. Observando con detalle cruzamos un pequeño puente que canaliza el Arroyo Perecedero. Por aquí podremos encontrar animales doméstico s como ovejas, vacas, cochinos, etc…y con algo de suerte avistaremos perdices, tórtolas, mojinos, palomas torcaces, liebres, conejos y hasta algún zorrillo.
            Sin darnos cuenta, hemos llegado a un cruce de cierta importancia. Se trata del Camino Alto del Carril. A la izquierda nos conduce a los cebaderos de la COVAP (borregos y terneros) y a la derecha se concentran abundantes yacimientos mineros, cuyo auge tuvo lugar en el primer tercio del siglo XX. Destacan las conocidas minas de Claudio y El Rosalejo. Más a la derecha, tras la N – 504, está la Mina del Soldado. Inmediatamente después del cruce empieza el asfalto y una señal nos indica que hemos entrado en un camino rural que es continuación del camino mozárabe, quedándose a la derecha una desviación que es por donde sigue la vía pecuaria [ganadera] sin asfaltar, vereda de Córdoba a Almadén.
            En estas dehesas de Los Pedroches se crían los mejores cerdos porque en ella se producen, según Al Himyari[14], las bellotas más dulces de toda la península. La flora, en el mes de mayo, después de una primavera lluviosa, es exuberante. El campo no es campo, es un jardín de jaras, tomillos, jaguarzos, cantuesos, manzanillas, amapolas y multitud de florecillas.
            En plena zona de Los Jarales, después de unos cinco kilómetros desde el pueblo, llegamos a otro cruce. A la izquierda queda el abrevadero del Pozo de la Benita. En su origen era un descansadero de ganado situado a mitad de una colada de dos kilómetros que servía de enlace entre la Vereda de Córdoba a Almadén y la colada de Dos Torres. Junto a él, a la derecha, se ha construido recientemente un merendero municipal que tiene fuentes, zona de recreo y una ermita vacía. Atravesamos el merendero y el Arroyo de la Chorreras buscando la casilla Saboné. 
Flores de la Jara - Mayo 2018
            Un pequeño mosaico nos sitúa en la Finca Cazorla. A la derecha está la propiedad de Pedro el de los Amadores, donde hace algunos años, arando, levantaron una losa y se encontraron dos sepulturas vacías correspondientes a una persona mayor y un niño. En la tumba mayor se halló una jarra[15] tosca. Se apuntaron indicios visigodos pues eran similares a las encontradas en el Cerro del Germo.
            Otro cartel nos dice que estamos en el cortijo de Los Mellizos. Durante unos centenares de metros nos desplazamos por la Colada de Córdoba a Dos Torres. La abundancia de aulagas con sus flores amarillas -en este mayo- es impresionante. Gamones con sus erguidos tallos acompañan la fiesta de colores que esta salvaje primavera presenta. La Colada de Dos Torres nos abandona por la derecha y un cartel junto a una flecha verde en piedra de granito nos indica que se trata del sendero del Cuzna. Nosotros seguiremos la senda del Camino Mozárabe por la izquierda. Con algo de suerte podemos observar algún ciervo. Los Jarales es una dehesa que se va empobreciendo conforme avanzamos. Cortijo Guerrero. El camino es pizarra a flor de suelo. A veces desgastada, a veces rota. Cortijo de Herederos de Pepe Suárez y llegamos a la carretera A-435 que conecta Pozoblanco con la N-502. La cruzamos y justo enfrente sigue el camino. Nos vamos acercando al rio Cuzna. La presencia de jaras es impresionante. Desde aquí podemos ver a la derecha el Cerro Sordo, muy achatado y algo a la izquierda La Chimorra con sus 956 metros. A 1’5 kilómetros desde la carretera, a la derecha, nos encontramos con las edificaciones del Coto. Su huerto, espacio rectangular protegido por paredes, está justo al lado del camino. A los pocos minutos hay un gran espacio abierto que llama la atención: estamos en el punto de contacto entre el Camino Mozárabe y la Cañada Real Soriana, que hacia la izquierda va a Pozoblanco y hacia la derecha nos lleva directamente al rio Cuzna. En ese espacio, entre la maleza, se esconde la Cruz de la Quemá. Su nombre alude a un lejano y luctuoso suceso que nadie ha podido documentar. Su inscripción recuerda la muerte de Rafael Caballero (1860). Para alguna gente es la Cruz de la zona “quemá” basándose en que la abundancia de jaras y monte bajo pudo facilitar un considerable incendio. Otros la llaman la Cruz del Cordel porque está en una vía trashumante de 90 varas de ancha. Por golpe, rayo o erosión, la Cruz tiene su brazo izquierdo ligeramente más corto que el derecho. El suelo pizarroso aparece muy erosionado y dibuja curiosas formas debido posiblemente a pesados carros antiguos y ganados trashumantes.
            Si desde aquí miramos al frente, a la derecha está el Cerro Sordo, fácil de identificar por sus antenas. A su izquierda queda otro cerro más bajito llamado el Cerro Castillejo y más hacia la izquierda encontramos un perfil que desciende formando una especie de “V” abierta. Se trata del Puerto Calatraveño. Desde esa zona también se ve una gran construcción, a modo de moderno hotel: se trata de una proyectada residencia / albergue de cazadores en la finca Carboneras que al parecer no ha llegado a funcionar. Si descendemos un poco más llegamos a la presa del Molino Horadado, en el mítico rio Cuzna, rodeado de fresnos, tamujos y adelfas. La foto es espectacular tras las generosas lluvias de esta primavera. Fin del trayecto.



Río Cuzna - Junio 2018

 Nota: todo el trayecto está convenientemente señalizado por flechas amarillas sobre un bloque rectangular de granito, señal inequívoca del Camino Mozárabe en el término de Alcaracejos.




[1] López Navarrete, J.: Recopilación de datos sobre Alcaracejos y sus costumbres. 1988. Planos.
[2] Nos consta que la Junta de Andalucía está trabajando para que todas las administraciones con titularidad de caminos públicos (ayuntamientos, diputaciones y consejerías) procedan a la inscripción registral y catastral de aquellos que les correspondan.
[3] Lepe Crespo, Luis. : La Música de los Pedroches. Cancionero popular profano. Tomo III. 2008 Págs. 336 – 337.
[4] El granito es una roca ígnea plutónica formada por el enfriamiento lento de un magma a grandes profundidades de la corteza terrestre. Sus componentes básicos son el cuarzo, feldespato y mica. El granito está omnipresente en Los Pedroches, tanto en el ámbito rural como el urbano.
[5] Cabanás Pareja, R., Geología Cordobesa (Guía del Sector Norte), Córdoba, 1980.
[6] La pizarra es una roca metamórfica homogénea. Procede de la transformación de ciertas rocas sedimentarias por las fuertes presiones y altas temperaturas. Está formada por sericita, moscovita, clorita y cuarzo. De color opaco azulado o negro grisáceo y se divide fácilmente en finas láminas. Se usa cubiertas y como antiguo elemento de escritura.
[8] López Navarrete, José: “Recopilación de datos sobre Alcaracejos y sus costumbres”1988. Pág 76.
[9] Durante el siglo XIV Europa se vio asolada por la pandemia más mortífera que ha sufrido la humanidad. La peste negra, también conocida como peste bubónica o muerte negra, acabó con entre un 30 y un 50% de la población del continente entre 1347 y 1353. https://www.apuntesdehistoria.net/peste-negra-la-plaga-que-asolo-europa/
[10] López Navarrete, José: Recopilación de datos sobre Alcaracejos y sus costumbres. 1988. Pág 77
[11] Escritor y poeta muy amante de la zona nacido en Villanueva del Duque en 1957.
[12] “Situado en los Pedroches - Fahs al –Ballut (Llano de las Bellotas). Sus restos se observan al sur de la población de La Lancha. Es un castillo construido por los beréberes inmigrados a España en el siglo VIII y establecidos en la zona. El nombre Kuzna es el de un clan bereber surgido de la tribu norteafricana Nafza del grupo de los bereberes Butr”.
Arjona Castro, A: El reino de Córdoba durante la dominación musulmana. Excmª. Diputación. Córdoba. 1982.
[13] López Navarrete, José: Recopilación de datos sobre Alcaracejos y sus costumbres. 1988. Pág 140.
[14] Cronista del Califato de Córdoba, describió Los Pedroches cuando era la provincia musulmana de Fhast al Ballut.
[15] López Navarrete, José: Recopilación de datos sobre Alcaracejos y sus costumbres. 1988. Pág 42.