martes, 5 de diciembre de 2023

Patrimonio perdido en Alcaracejos

 

Portada parroquia de San Andrés. Alcaracejos, 1952

Ha sido la reciente, sabrosa y significativa, publicación de Antonio Merino, editor del blog Solienses, titulada Patrimonio Perdido de Los Pedroches la que me ha animado a publicar esta entrada. He de decir que se lo agradezco, pues ha sido un genuino empujón en pro del patrimonio de todos. La verdad es que llevo años recopilando información sobre la iglesia parroquial de San Andrés de Alcaracejos, bombardeada y destruida en la Guerra Civil. Dicho templo, de estilo gótico-mudéjar, fue construido a finales del siglo XV o principios del XVI.

               En diferentes bibliografías podemos encontrar que del mismo solo se conserva, bastante bien, la portada, en el interior del actual templo; una preciosa campanita de 1569 y hay algunas dudas de que la pila bautismal, que hoy se sigue usando, proceda de aquella primitiva iglesia. Hay restos de columna, en un rincón sur, en el exterior del actual edificio parroquial, y varias piezas talladas en un patio interior de la ruinosa casa-vivienda parroquial, pegada en su lateral sur a la nueva iglesia, que se inauguró el 24 de febrero de 1966 ocupando el mismo solar que la antigua. También, en la Biblioteca Municipal, hay una piedra que pudiera proceder del destruido templo.

               Los abundantes restos sobrantes de la atacada iglesia, la mayoría de piedra de granito, se utilizaron en construir refugios[1] durante la guerra, después de ser bombardeada. Otra importante parte, según testimonio oral de José Caballero González, ex-alcalde, sirvió de material de relleno para formar la base de la actual iglesia y otra parte, no menor, la podemos ver en el zócalo exterior, de 80 – 90 centímetros, que perimetra nuestro presente templo. Creo que podemos afirmar que los materiales que sirvieron para construir la parroquia en los siglos XV-XVI duermen bajo nuestros pies cuando asistimos a alguna función religiosa. Observando el zócalo de granito se distingue con claridad cuando se trata de una “cara de las viejas piedras”, trabajada por la erosión, y cuando tenemos a la vista una cara algo más gris, más nueva, consecuencia de la fractura de sillares, partes que se encajaron en esa especie de pequeña muralla circundante que luego se rellenó. Mi impresión es que en  1966 se hizo una especie de pared, como una cerca vacía. Hecho el recipiente, allí se depositaron todos los materiales que la deconstrucción generó, con el consiguiente ahorro de transporte y material para la empresa constructora. Es fácil observar que la iglesia está construida sobre una plataforma elevada. Se construye por encima de la cota de la calle, por ello necesitamos subir tres escalones y luego un cuarto, más pequeño, para entrar en el templo. Aprovechar materiales de anteriores edificios o civilizaciones ha sido y es una constante histórica en todo el mundo. Alcaracejos no iba a ser una excepción.

               Todo lo anterior resulta de interés, pero no es por ahí por donde quería encaminar estas líneas. El desencadenante del presente texto ha sido la foto que lo encabeza y que podemos calificar de excelente. Dicha foto aparece fragmentada –digitalmente- en la portada del libro de Antonio Merino, citado al principio, y entera en la página 49 del mismo. La foto pertenece al Archivo de la Diputación Provincial de Córdoba. Fondo Rafael Bernier Soldevilla. ADCO. RBS-C2-75.

               En ella podemos apreciar la portada del antiguo edificio parroquial de Alcaracejos en su ubicación original. Se observa la enorme anchura del muro –en esa oquedad, en mi niñez, yo he visto un carro guardado para protegerlo de las inclemencias del tiempo – y se aprecia la presencia de tres personas. La señora que aparece a la izquierda, con singular vestimenta llamativa para ahora, la desconozco. De los dos clérigos situados debajo del arco puedo afirmar, con bastante seguridad, que se trata del señor Obispo Fray Albino[2] y de don Francisco Vigara[3], párroco de Villanueva del Duque durante décadas.

               En mis archivos guardo la siguiente foto, casi idéntica a la primera y supongo que del mismo día, pero con mayor perspectiva, la cual nos permite apreciar la fachada de la antigua parroquia casi por completo. Esta nueva fotografía pertenece también a la colección que Rafael Bernier cedió a la Excma. Diputación Provincial de Córdoba. La imagen demuestra que perdimos mucho con el bombardeo que la aviación nacional –casi seguro- hizo sobre este digno edificio. Sin duda el de mayor valor histórico del municipio de todos los tiempos.

Fachada parroquia de San Andrés. Alcaracejos, 1952

               Y por fin llegamos a esta tercera foto que es la que creo que completa un magnífico trio, pues pone de relieve la relación de autoridades locales con la Iglesia destruida. Imagen más que histórica que recoge, a mi entender, momentos anteriores o posteriores a las dos fotos ya vistas y comentadas, aunque eso no lo podemos afirmar. Desde luego, las ropas de los dos clérigos coinciden y en particular, las prendas que cubren sus cabezas.

Visita de Fray Albino, obispo, a las ruinas de la Parroquia de
San Andrés. Alcaracejos, 1952.

               En mi opinión la figura central de la foto es Fray Albino, con su típica ropa, gafas y singular sombrero de obispo. Hemos comparado la foto con otras de este señor y las coincidencias y parecido son totales. No podemos despreciar a los acompañantes locales, testigos más que significativos de la instantánea.

               La foto puede corresponder a 1952 y el lugar son los restos de la Iglesia bombardeada en Alcaracejos durante la Guerra Civil. Creo que 1938 fue la fecha de aquella bárvara destrucción, pero esa es otra historia. Fijado el lugar, la fecha de la foto la deduzco del libro de Francisco Vigara[4], sacerdote hoy jubilado que ejerció su labor pastoral, principalmente, en Villanueva del Duque. En 2016 don Francisco publicó el título Misterios de la ermita de la Virgen de Guía. En su capítulo seis, afirma que en 1952 Fray Albino fue a visitar a don Antonio Fernández[5], cura párroco de Alcaracejos, que estaba enfermo. Vigara lo cuenta así: “Al ir a coger mi bicicleta, un coche se detuvo junto a mí; no me di cuenta de que era el Sr Obispo. Me sorprendió. Le saludé y me dijo que venía a  visitar a don Antonio, pues se había enterado de su enfermedad; le comenté que venía de verle en ese momento y que no lo veía mejorar, más bien empeorar, según el médico no respondía al tratamiento; me pidió que le acompañara”.

               Volviendo a la foto e identificando personas puedo decir que en efecto Francisco Vigara es el sacerdote que está a la derecha del señor Obispo, vista la foto de frente, con mascota y gafas. A la derecha de don Francisco Vigara hay un señor corpulento con sombrero y cigarro en la mano. Se trata de don Francisco Gómez Ayala, abogado, autoridad local mojina en aquella época, influyente personaje por sus contactos políticos, propietario de un considerable capital y concejal del Ayuntamiento. La persona con gabardina clara, casi de espaldas y con una incipiente calva puede ser Pedro Sánchez López, casado con Ana Rodríguez Rísquez[6] y también concejal en el Ayuntamiento en esos años. El perfil de su cara me lo recuerda bien. Detrás de Pedro Sánchez, por las entradas del pelo y el perfil vislumbrado pudiera ser Arturo Arrabal Hernández, también concejal. Aunque se aprecia con dificultad, por la silueta que se muestra en la foto, la última persona, más pegada a la derecha, y la sociología de la época, podría ser Daniel Sepúlveda, persona emparentada con mi familia. El guardia civil del fondo se parece bastante a “Sánchez”, guardia muy conocido en el pueblo en esas fechas. Tapado y casi de espaldas está un sacerdote bastante alto, con su bonete. Se trata de don Jesús Moreno Roda[7] [8], un cura joven en el pueblo que sustituía/ayudaba en sus labores a don Antonio Fernández, párroco titular, por estar enfermo. Aparece otro guardia civil que bien pudiera ser el brigada que estuviera destinado en el cuartel en esas fechas. Por último, la persona con amplia frente, bigotillo y chaqueteado es don Enrique Fernández Velasco, facultativo de las minas de Cantos Blancos, explotada por el Banco de Bilbao.

               El alcalde tendría que estar por ahí. Es casi imposible que faltara a una visita del señor obispo. Intuyo que está tapado por completo, o bien no pudo asistir, aunque a la derecha de don Francisco Gómez hay una mascota. Desde el 18 de octubre de 1951[9] el alcalde era don Germán Santos Caballero que solía usar mascota en esas fechas, pero por la inclinación de la misma y por su posición – algo retrasada respecto de don Francisco “ el abogado” - pienso que podría tratarse de don José Blas Fernández (cariñosamente, Pepe Plin) que también ocupaba una concejalía.

               Otra posibilidad es que el señor tapado de la mascota pudiera ser el alcalde Germán Santos pues su mano levantada, su dedo índice señalando y la aparente actitud de escucha de los que le rodean pudiera indicar que está intentando explicar alguna cosa.

               El lugar es claro: el interior del templo derruido. Debajo del arco se ve el perfil de la casa que años después sería propiedad y domicilio de Antonio Rubio Ruiz y Elvira Rodríguez que estaba, está, justamente en frente de la Iglesia, aunque hace tiempo que dicha casa dejó de pertenecer a esta familia.

               Desconozco el motivo de porqué visitaron la iglesia derruida. Posiblemente fue su reconstrucción. Lo que si resulta evidente es que las autoridades locales se volcaron. La presencia de don Enrique, directivo de minas, en ese lugar podría indicar que los propietarios de la mina de Cantos Blancos estarían pensando en hacer algo significativo en el solar o con los materiales derruidos: ¿limpiar? ¿reconstruir? ¿aprovechar?...Lo desconozco.

               En todo caso, esta es la historia de unas fotos que se mueven entre patrimonio perdido, personas desaparecidas y aportaciones de una memoria que no olvidé del todo y que internet me ayudó a recuperar. Para que no se olviden hechos y circunstancias de nuestro pueblo he escrito estas líneas y he mostrado estas fotos. Gracias a Antonio Merino porque desde el 2012 está poniendo en valor el patrimonio perdido de Los Pedroches. Su libro es un toque de atención a todos. Gracias por encender la mecha… Estoy seguro que en Los Pedroches hay mucha gente que tiene cosas por contar y fotos por enseñar.

Nota: mis mejores deseos para el proyecto de recuperar patrimonio, de conservarlo, de aumentarlo y de disfrutarlo. Espero y deseo que el libro de Antonio establezca un antes y un después. Particulares y  Corporaciones Locales tienen mucho que decir.



[1] ABC, 27 de marzo de 1939.

[2] Albino González Menéndez-Reigada (1881 -1958). Obispo de San Cristóbal de la Laguna (Tenerife) desde 1925 a 1946. Obispo de Córdoba desde 1946 a 1958.

[3] Francisco Vigara (Castuera ,1926). En febrero del 2021 cumplió 95 años y ostentaba los cargos de párroco emérito de la Parroquia de San Mateo de Villanueva del Duque y Rector del Santuario de la Virgen de Guía. Ordenado sacerdote el 17 de junio de 1951 por fray Albino.

[4] “Misterios de la Ermita de la Virgen de Guía”, Francisco Vigara, 2016, Cap 6, pag 38.

[5] Murió el 3 de julio de 1953. Está enterrado en el cementerio de Alcaracejos y su lápida se conserva bastante bien, en la que puede leerse su texto perfectamente.

[6] Ana Rodríguez Rísquez, prima hermana de mi padre Claudio Muriel Rísquez. Sus madres Encarna y Teresa, respectivamente, eran hermanas.

[7] La referencia para identificar a este señor la he cogido del libro / revista “La Hermandad de la Virgen de Guía”, editada en diciembre de 2012 por esta hermandad y coordinada por Paulino de la Cruz Rodríguez – página 42. Hay una excelente foto en la esquina inferior izquierda.

[8] Montserrat Suárez hija de Eufrasio Suarez Roda y Manuela me dice el 10 de julio de 2019 que este cura era primo hermano de Eufrasio, su padre, ya que sus madres eran hermanas y que como Eufrasio, su padre, se quedó sin padres muy joven, lo cuidó la madre de Jesús que se llamaba Felisa.

[9] Según el libro de actas del ayuntamiento de Alcaracejos el 18 de octubre de 1951, D. Francisco Gómez Ayala como primer teniente de Alcalde, dio cuenta a la Corporación Municipal de la comunicación nº 2205 del negociado primero, recibida el día anterior procedente del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia, por la cual, en uso de las atribuciones que la legislación le permitía nombró Alcalde – Presidente a D. Germán Santos Caballero, para el que enviaba la correspondiente credencial. Cesa por tanto como Alcalde D. Florián Rísquez Puerto, que sigue como concejal y toma posesión el Sr. Santos Caballero que pasa a ocupar la Presidencia. Los concejales que asisten a este acto son: Francisco Gómez Ayala, Rafael Muriel Rísquez, Florián Rísquez, Antonio Rubio, Francisco Jurado, Pedro Sánchez López, José Blas Fernández y Arturo Arrabal.

 Añadido el 13 de diciembre de 2023

    Revisando documentos sobre este templo creo oportuno añadir los siguientes:

- Cerro García, Alejandro M.: Aproximación a la desaparecida iglesia de San Andrés de Alcaracejos. Recuperación digital de su portada principal. Universidad de Córdoba, diciembre de 2019. Este trabajo se presentó como fin del Máster "Representación y Diseño en Ingeniería y Arquitectura".

- Puerto Fernández, Mª Isabel: Sobre la antigua iglesia de San Andrés de Alcaracejos y su retablo. Ayuntamiento de Alcaracejos. Cuadernos Mojinos nº2. ISSN 2952-1718. Julio, 2023.

4 comentarios:

  1. Gracias por la información. Interesante.
    Paco Escribano

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  2. Juan Ávila Mansilla7 de diciembre de 2023, 16:15

    El cura párroco Don Antonio Fernández era mi tío abuelo. Murió cuando yo tenía dos años y fue él quien me bautizo. Conocí bien al guardia civil Sánchez y al alcald Don Germán Santos; su hijo Miguel Santos aún vive y fue profesor particular mío y de algunos jóvenes más de Alcaracejos. De niño jugué mucho dentro del recinto destruido de esta Parroquia de San Andrés. Después del Párroco, mi tío Don Antonio Fernández, lo fue Don Jesús que allá por la década de los últimos años de los 60 y principios de los 70 fue trasladado a Córdoba. Mi padre trabajó en la mina de Cantos Blancos. Todos sus compañeros que trabajaron en esa mina murieron unos 25 años antes que él y esto es, porque mi padre no trabajaba abajo como se solia decir (en los pozos). Fue una mina muy criminal en cuanto a muertes por silicosis. Saludos.

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    1. Muchas gracias por tu valioso comentario. Por cierto ¿no tendreis, tú o la familia, alguna foto de tu tio abuelo, de la iglesia destruida o de cosas del pueblo de esa época?. Serían documentos de mucho interés para ampliar nuestro patrimonio. Puedes contactarme por privado en alcaracejospuntocom@gmail.com
      Al mismo tiempo estoy a tu disposición para cualquier cosa que necesites preguntar. Gracias de nuevo.

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