Recuerdo el día de la matanza cuando era niño. Siempre hacía frio. Mis primos iban muy temprano a casa a recogerme. La falta al cole estaba más que justificada. Los niños no haciamos nada para ayudar - más bien lo contrario - pero participábamos con nuestra presencia y para empezar nos daban el desayuno con una torta de aceite. El día lo pasábamos callejeando, comiendo, jugando a la pelota con la vejiga del cochino y un contínuo ir y venir por los caminos del pueblo para recoger "matajierve". Esta mata ardía muy bien, hacía un ruido especial al arder y era el combustible preferido para el candelorio de por la noche. Trabajábamos mucho recogiendo, apilando, atando y arrastrando el preciado cargamento hasta la puerta de la casa que celebraba la matanza. El montón de matas también servía de colchón amortiguador de posibles caídas en juegos y peleillas. Durante años el trajín de los mayores me fue totalmente ajeno. En mis últimas matanzas en casa de los tíos Ani y Pedro, ya mozalbete, pasamos a tareas de más responsabilidad. Especial recuerdo tengo de la máquina de picar carne que luego servía para embutir morcilla y chorizo. La matanza era un día de mucho trabajo pero la convivencia, el buen rollo y una sana alegría prevalecían sobre cualquier otra cosa. También era una jornada de aprendizaje de los más jóvenes: ¡ Cuánto sabían nuestros mayores para aprovechar del cochino hasta los andares !.
Ahora las cosas han cambiado mucho y a los guarros se les mata y se les prepara en los mataderos. Lo artesanal, como tantas cosas, pasó a industrializarse.....aunque hay familias que siguen con la costumbre de hacerlo en casa.
Con motivo de la Décima celebración del Dia de la Matanza el próximo día 20, sábado, he querido rendir un pequeño homenaje a todos los mojinos que cada año hacen posible, con su esfuerzo y dedicación, esta tradición tan importante para el pueblo.
Con total seguridad puedo decir que no soy el más indicado para escribir sobre las matanzas. En el pueblo hay mucha gente que sabe bastante más que yo y hay mucho que contar, pero no quiero dejar pasar esta ocasión y como tengo a mano estos versillos compuestos por mi padre......ahí van. Claudio los leyó el dia de la inauguración de nuestro Museo de la Matanza en Enero de 2006, acto al que fue invitado por el Excmo Ayuntamiento, y desde entonces forman parte de su historia. Claudio era un enamorado de su pueblo y de sus costumbres. Estos versillos reflejan con claridad su entusiasmo, sus conocimientos y la defensa de LAS MATANZAS como algo peculiar de la cultura mojina.
1.- Recuerdo aquellas zahurdas
donde
se engordaba el guarro,
que
como entonces llovía
lo
que sobraba era el barro.
2.-Había
algunas corralejas
chiquitas
pero encalás,
donde
salían los cebones
y
llegaban las matanzas,
eran
días de jolgorios
y
extraordinarias pitanzas.
4.-Por
lo menos tres días antes
se
empezaba a preparar,
había
que picar cebollas,
calabazas
y lo demás.
5.-Se
invitaban a los primos
amigos
y forasteros,
la
comida era en dos turnos
de
mayores y pequeños.
6.-
Llegado el ansiado día
te
levantabas temprano,
y
asistías a la faena
de
liquidar el marrano.
7.-
Se chamuscaba el cochino
con
aulaga y con retama,
así
luego los torreznos
te
los comías con más gana.
8.-
Recuerdo las “chicharrillas”
el
anís y las perrunas,
y
las tortas de manteca
o
las migas en ayunas.
9.-
Tan pronto salía el menudo
la
vejiga la pedíamos,
que
usándola de balón
muy
pronto la reventábamos.
10.-
El vero salía más tarde
y
las niñas se aguantaban,
con
pantalones callaran.
11.-
Las viejas pelaban ajos
otros
a la máquina le daban,
los
viejos repartían vino
y
las mozas desgordaban.
12.-
El chorizo era estupendo
era
manjar de primera,
con
pimentón exquisito
que
se traía de la Vera.
13.-
La morcilla con cebolla
patata,
arroz y calabaza
muchos
gordos, cruda o frita
nos
la comíamos sin tasa.
14.-También
se hacía la lustre
con
orégano y hierbabuena
que
con tomate o cocida
era
manjar de primera.
15.-Luego
venían los adobos
de
costillas y la papá,
y
el lomo para el aceite
partido
en grandes “tajás”.
16.-
Se salaban los tocinos
también
se echaba en aceite
el
hígado y los riñones.
17.-
Y llegada ya la noche
se
encendía el candelorio,
para
terminar con baile
en
un alegre jolgorio.
18.-
Y aquel grande candelorio
que
hacíamos con mucho pasto,
donde
saltando y brincando
lo
pasábamos de un salto.
19.-
También recuerdo los bailes
que
hacían mozos y mozuelas,
bailándose
algunas jotas
que
aplaudían las abuelas.
20.-
Se cantaba a la chacina
colgada
ya en el humero,
pero
algo retirados
por
aquello del ... goteo.
21.-
Faltábamos a la escuela
y
no se nos ponía falta
si
era el día de la matanza!
22.-
Y así con gran armonía
se
terminaba la danza,
y a
esperar con alegría
que
llegara otra matanza.
23.-¡
Qué costumbres más bonitas!
de
nuestros tiempos pasados,
ahora
con congeladores
en
verano hay adobados.
24.-
Hay chorizo en todo tiempo
carne
fresca a todo pasto,
pero
aquella diversión
se
la llevó el adelanto.
25.-Vecinos
y familia unida
bien
celebraban a ultranza,
trabajando
con afán
los
días de la matanza.
26.-
En los pueblos de este Valle
y
en parte de Extremadura,
casi
llegaba a ser rito
la
matanza y su hermosura.
27.-
Soy ardiente defensor
esa
cultura del pueblo
sencilla
y sin pretensiones.
28.-
Por eso me he permitido
dedicaros
estos cuartetos,
recordando
las matanzas
y
su gran divertimento.
29.-Perdonad
las muchas faltas.
Sólo
pretendo con esto
recordar
unas costumbres
que
yo admiro con respeto.
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