Alcaracejos: Calle Real número 3 |
Supongo que son muchos y muchas los / las que se han dado cuenta que mohino y mojino no son la misma cosa.
De
entrada mohino es una voz que nuestra
RAE acepta. Mojino no viene como tal.
Mohino aparte de triste y
melancólico, hijo de caballo y burra, color negro de pelo u hocico en una res
vacuna y rabilargo, también alude a aquel contra el que van los demás que
juegan. Así que con la RAE en la mano tenemos que olvidar, al menos un momento,
la asociación de mojino con pájaro.
Que al rabilargo se le llame mohino es una afirmación contrastada en multitud
de textos, pero pongamos entre paréntesis o en entre dicho la relación mojino-pájaro. Es cierto que en muchos
lugares de España, por facilidad, hemos cambiado la “h” por la “j” y llamamos “mojino”
al rabilargo, pero además de pájaro en el lenguaje de la calle, la palabra “mojino” puede tener otras connotaciones
muy distintas.
No
hemos tenido que buscar demasiado para encontrar que mojino es un mote del lugareño con respecto a los demás pueblos de
alrededor (García Benítez, A. -1981)[1].
O sea que para este autor, la palabra mojino se aplica como elemento
diferenciador que sería mote y no gentilicio y con este calificativo se quiere
distinguir a los habitantes de una villa, o lugar, respecto a los vecinos de
otros pueblos que lo rodean.
Insistimos
y buscamos más: en la RAE, por apodo o mote se entiende el nombre que suele
darse a una persona, tomado de sus defectos corporales o de alguna otra
circunstancia. Gentilicio sin embargo deriva del latín, gentilicius, que a su
vez proviene de gentilis, lo cual denota relación con un lugar geográfico. En
el caso de Alcaracejos, no sería la primera vez que –en este sentido- oímos y
leemos alcaracejense o alcaracejeño.
Con algo más de hincapié, me he topado en Solienses con la relación de motes y gentilicios que don Juan Ocaña[2] asignó a los pueblos de la comarca de Los Pedroches. Así nos encontramos con una amplia relación donde algunos recuadros están sin rellenar:
También
son de interés las reflexiones que Juan Francisco Peralbo[3]
publicó en la Revista de Feria de Alcaracejos, en 2013, en las cuales explica y
relaciona, desde su punto de vista, multitud de aspectos sobre el vocablo “mojinos” y otros motes y gentilicios.
Especial interés tienen sus conclusiones donde llega a citar más de diez
palabras diferentes para calificar a los/as nacidos/as en Alcaracejos.
Siguiendo
con lo escrito por Ocaña en 1961 dice que “Llaman
a los de Alcaracejos “MOJINOS”, palabra que significa cierto mestizaje y que
puede admitirse aquí si consideramos que se encuentra situado en el vértice, o
confluencia, del condado de Belalcázar con los términos del [señorío] de Santa
Eufemia y las villas de Los Pedroches, a lo que pudiera aludir el mote”. Es
decir “mojino” sería considerado el
habitante de Alcaracejos, zona fronteriza de Los Pedroches con los dos señoríos
citados. De este modo Alcaracejos se convierte en frontera y encrucijada pues
hacia su izquierda, el Oeste, está el Condado de Belalcázar, hacia el Norte el
Condado de Santa Eufemia, hacia el Este el resto de villas realengas y hacia el
Sur la ciudad de Córdoba: cruce de caminos, de comercio, de viajeros y de
intereses de todo tipo. Así explicamos el sentido de mestizaje que Ocaña
insinúa a la palabra “mojino”. El
término territorial de Alcaracejos es un término frontera. Si esto fuera así,
al menos es una hipótesis a considerar, “mojinos”
pudiera ser gentilicio pues va íntimamente ligado con la zona geográfica y
entonces pudiera ser también que, aceptado el cambio de mohinos por mojinos, fueron los habitantes de
Alcaracejos, los mojinos, los que dieron nombre a los rabilargos y no al revés,
dada su abundante presencia en esa zona. Por extensión, los rabilargos serían
también mojinos por ser pájaros que
viven y se reproducen en tierras fronterizas. De ser así la historia de
costumbres similares entre personas y pájaros, ambos mojinos ya, alcanzaría las
cotas de leyenda que es lo que siempre ha sido, ya que, en mi opinión, nadie
pudo demostrar nada concluyente en este sentido.
Don
Juan Ocaña sigue diciendo que “hasta no
hace mucho tiempo han existido y han llegado a ser proverbiales las “pedreas” –apedreos
se decía en mi niñez- o luchas entre los
pueblos limítrofes, o barrios de una misma población, como este las tuvo con los
de Villanueva del Duque. En nuestra infancia hemos presenciado estas enconadas
“batallas campales” en las que, al lanzar iracundos las piedras se apostrofaban
los chicos a gritos con los respectivos apodos: ¡MOJINOS!, ¡CUERVOS![4], que
este último es el de los de Villanueva del Duque.
La ornitología del
Valle nos dice que en sus campos existe un ave llamada mojino, la cual acude
con decisión y en bandadas cuando uno de los suyos se encuentra en peligro y
acaso tuvieran esa condición los muchachos en estas luchas, cuya solidaridad
perduraría en las edades maduras, lo que hizo, tal vez que le fuese aplicado
dicho mote”.
Para
enredar el tema un poco más, de quién fue primero si las personas mojinas o los
pájaros, igual pudieron ser los alcaldes y alguaciles de Santa Eufemia los que
colocaron el calificativo de “mojinos”.
Conocedores de las costumbres de estos pájaros, cuando los calabreses atacaban
y robaban a los vecinos del lugar de los Alcaracejos, en 1412, ante la valentía
y la defensa colectiva de aquella gente alguno pudo observar que “gritan y se
defienden igual que los mojinos”.
En
todo caso el matiz introducido por Juan Ocaña de asociar con mojino algo de
mestizaje unido con el matiz de fronterizo resulta innovador y da pie a pensar
en posibilidades diferentes a las mantenidas hasta ahora.
Ejemplos de asociación Mojino ~ Alcaracejos
•
Desde tiempo
inmemorial se conoce la letra de una jota muy popular: “Somos de Alcaracejos, somos mojinos, somos
entreverados como el tocino”[5].
•
En 1912
es la primera vez que podemos leer “mojino”
en un texto escrito. Fue en el diario Córdoba del 11 de abril: se recogen
gentilicios de la comarca.
•
1961:
Don Juan Ocaña Torrejón en la obra que ya hemos citado en estas líneas.
•
1966:
la enciclopedia Espasa – Calpe recoge mojino
como gentilicio de Alcaracejos.
• 1976:
Letra de las sevillanas a Alcaracejos, Antonio García Rodríguez: “La patrona de
mi pueblo, se llama Virgen de Guía, Reina de “tos” los mojinos y de gran soberanía[6].
•
1983:
Copla de Carnaval compuesta por Claudio Muriel: “Así que a reír mojinos, no pongamos muchas trabas, pues
si hoy manda Felipe, mañana puede ser Fraga”[7].
•
2009:
http://solienses.blogspot.com/2009/01/apodos.html
• 2010:
Se inicia http://alcaracejosdigital.blogspot.com/:
contiene veinticinco entradas bajo la etiqueta de “mojinos”.
• 2013:
Artículo Programa de Feria de Villanueva del Duque, Marisa Doctor. http://www.villanuevadelduque.com/libro-de-feria-y-fiestas-2013/
•
2018:
ABC de 28 de febrero. Noticia sobre Alcaracejos.
Otros mojinos
La
palabra mojino podría derivar de “moji” o “cazuela mojina”, aceptadas ambas por
la RAE. “Mojinos” es un gentilicio
popular, sea alias, mote o apodo. Es un adjetivo general que deriva de algo
peculiar de la localidad o de su historia pero no es un gentilicio directo que delate el origen o procedencia de las personas, ya sea por ciudad, provincia,
región o país.
Según
Moreno López, M. (2011) se llama “mojinos”
a los oriundos de La Herguijuela (Ávila) por ser muy golosos o aficionados a
degustar dulces y, en concreto, de tomar a primera hora de la mañana “mantecaos
y aguardiente”[8].
Tomás
de la Torre Aparicio, en su obra Gentilicios Españoles, recuerda que también se
apodan “mojinos” a los naturales de
los pueblos cacereños: Jaraicejo y Berrocalejo, del toledano: Aldeanueva de San
Bartolomé y del cordobés: Alcaracejos. Podemos añadir que a los nacidos en Rio
Tinto (Huelva) se les apoda mohinos, por su relación con los rabilargos,
conexión que ahora si muestra la RAE.
Una
vez más la incertidumbre, pues nos movemos con interpretaciones y no con pruebas
ni con certezas. Está muy claro que mojino puede pasar como gentilicio histórico
y legendario de los nativos de Alcaracejos. Aunque no sea tarea urgente, ni
importante, habilitar un nuevo gentilicio que derive directamente del nombre
del pueblo podría estar bien. No se trata de borrar ni de quitar nada. Sería
una reinterpretación similar a la que se hizo con el escudo y bandera del
pueblo.
[1] García Benítez, A.: “Estratificación social de un
pueblo de la sierra sevillana”, Etnografía Española, nº2, 1981, pp 7 – 40) https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/58597/ETNOGRAFIA%20ESPA%c3%91OLA.pdf?sequence=1&isAllowed=y
[2] Ocaña Torrejón, Juan: “Apodos de los naturales del Valle de los Pedroches”; Boletín de la
R.A. de Córdoba de Ciencias, Bellas Artes y Nobles Letras. Vol 32, nº 81, 1961
– pags 141 – 148.
[3] Peralbo Redondo, J.: “Breves notas sobre los gentilicios”. Revista de Feria.
Alcaracejos, 2013. pp 13-25
[4]
Los encuentros entre cuervos y rabilargos deben de ser muy escasos. Los cuervos
pueden saquear las puestas a los rabuos. Cuando los cuervos están cerca de los
nidos de estos, los rabilargos se muestran como enloquecidos y los intentan
ahuyentar. O sea que el cuervo podría depredar huevos y pollos y, lógicamente,
el rabilargo lo ve como una amenaza. En cualquier caso esto habría que
tabularlo y comprobar con qué frecuencia ocurre. Quizás ese comportamiento de brusca
convivencia entre los cuervos y rabilargos tenga algo que ver con los
respectivos apodos de los naturales de los dos pueblos y relacione los antiguos
malos rollos entre Villanueva del Duque y Alcaracejos, hoy por fortuna
desaparecidos.
[5]
López Navarrete, J.: “Recopilación de datos sobre Alcaracejos y sus
costumbres”, 1988. Edita Ayuntamiento de Alcaracejos. Pág 125.
[6] Idem.
Pág 109.
[7] Idem.
Pág 140.
[8] Moreno
López, M.: La Herguijuela, Breve
recuperación de hechos, curiosidades y documentos históricos. Comisión de
Fiestas, 2011.
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