Hermanos Mayores y Criadillos del 2014 al 2020. (Foto Revista Ntra. Sra. de Guía 2021) |
La figura del criadillo es otra
presencia más de los niños en la tradicional Virgen de Guía mojina. La fuerza
de la costumbre conduce a verla natural y además aligera la seriedad de una
Hermandad muy marcada por lo militar y la trascendencia. De alguna forma la estampa del criadillo cogido de la mano del capitán
es un detalle simpático y tierno. Agudo Torrico, 1990, lo ve como “Niño de
corta edad, familiar del capitán, que le acompaña en todos los actos de
hermandad, en los festejos principales de traída y devolución de la imagen. Se
viste con idéntico uniforme que el capitán, incluso lleva un pequeño bastón de
mando. Según una tradición oral, cuando pertenecer a la hermandad era una práctica
familiar transmitida de padres a hijos, únicamente quienes habían sido
criadillos adquirían un derecho preferente para llegar a ser hermanos, sin ser
hijos de hermanos en activo”[1].
Juan
Francisco Peralbo, maestro e investigador local, indica que para garantizar una
supervivencia mínima de los usos y costumbres de la Hermandad, era obligación
del capitán buscar un niño, normalmente familiar, e instruirlo desde pequeño en
sus normas militares y religiosas, según reza una antigua tradición oral.
Hay autores que citan al criadillo
como un distintivo del capitán. Es el único que puede llevar un ayudante[2]. Así,
viendo al criadillo, se identifica al capitán.
Aunque sea
una idea algo peregrina, algunos hermanos, en el pueblo, cuentan la leyenda
oral de que el criadillo, al ser la hermandad de origen militar, era el que ayudaba
a los soldados a cargar las armas. Una posible conexión con esta idea es la
existencia de la carrera de la baqueta[3],
especie de juego – castigo que se le hace a aquellos hermanos que no
revolotean bien la bandera.
Otros dicen
que, por la lógica de la palabra, el criadillo era una variedad del asistente
del capitán: le ayudaba a transportar ropa, armas, enseres y comida; le
procuraba agua, cuidaba de su cabalgadura, etc. También era el encargado de
realizar los avisos del capitán a la tropa. En cualquier caso, ante la ausencia
de documentos claros, sus orígenes y funciones son confusos.
En nuestra reciente visita al CEIP Ntra. Sra. de Guía fue muy agradable confirmar que la figura del criadillo está muy arraigada entre los niños: practicamente todos la conocían, cuatro habían sido criadillos y uno manifestó que lo será el año que viene. Una niña de nueve años preguntó: ¿Porqué no hay criadillas? El profesor Navarrete le explicó que las normas y tradición de la Hermandad aún no lo permiten, pero que probablemente la presencia de la mujer en la Cofradía se revisará en un futuro, tal como lo han hecho en la Virgen de Luna, en Pozoblanco.
Otras Hermandades
La existencia del criadillo, o “pajes”,
la hemos encontrado igualmente en las Hermandades de Santa Ana de El Viso y
Santa Lucía de Villanueva del Duque. En la Virgen de Luna de Pozoblanco existe
la figura del ordenanza.
Los
pajes de Santa Lucía * Villanueva del Duque
Hace
unos días, exactamente el 14 de febrero último, contacté con José Caballero,
persona atenta, amable y conocedor de la Hermandad de Santa Lucía de Villanueva
del Duque. Le pregunté por la figura del criadillo y me contó que “Santa Lucía
es una Hermandad de estructura paramilitar. Hay cuatro hermanos mayores. Lo que
en Alcaracejos se llama criadillo, nosotros lo llamamos “paje”. No hay
uniforme, aunque sí símbolos que identifican a los mandos: También hay tienen
insignias, bandera y dos tambores”.
Según me cuenta el número de pajes
puede ser de 0, 1, 2, 3 o 4, según las circunstancias de cada hermano mayor.
Hay años de dos, otros de 4 y años de ninguno. Son niños y se escogen entre
hijos de familiares, amigos o vecinos.
Se les elige para que vayan
aprendiendo los valores de la Hermandad, inculcarles lo que es la procesión y
lo que significa Santa Lucía en el pueblo. Como esta santa fue mártir los niños
llevan una banda roja o blanca, colores propios del martirio.
Al convite no entran y a la misa
tampoco, solo se les permite ir a la procesión. Cada paje lleva también un
bastoncito. Ha insistido mucho en que el número de pajes es accesorio, eso sí,
máximo cuatro, tantos como hermanos mayores. Los hermanos bailan la bandera a
ritmo de los tambores.
Siguiendo
con la Hermandad de Santa Lucía hemos tomado notas muy interesantes del texto de
un vídeo de 1988[4]. Dice
así:
El segundo en rango corresponde al Hermano
del Junco. En otro tiempo portaba una vara con medio círculo, en la parte
superior, de unos 40 cm., adornado de flores. “Desde un principio era el único
que podía ser acompañado de un paje niño que, por un cumplimiento de una
promesa, participaba de la solemnidad. Posteriormente los pajes irán
acompañando a los tres hermanos. Para el paje se disponía en el arca de la
Santa, desde 1876, un vestido con jubón. Hasta 1935 figura en el inventario
como: traje, enaguas, chaquetilla y sombrero, todo destinado a ese paje que
acompañaba al hermano mayor.
Hermandad de la Virgen de Luna en
Pozoblanco[5]
Pozoblanco no ha tenido en sus
costumbres la figura de Paje o Criadillo, pero sí la de “Ordenanza”:
persona mayor de edad que ayuda en las
tareas organizativas de la Hermandad desde hace más de 50 años, según las referencias
dadas por el Capitán Juan García.
Para la mejor
dirección de la Cofradía, habrá una Junta Directiva que estará compuesta además
de los mandos, de un Secretario, un Tesorero y ocho vocales elegidos entre los
cofrades. Aunque sin pertenecer directamente a la Directiva o a los mandos se
cuenta también con un Ordenanza y un Tamborilero.
En el siguiente
texto, aunque no es específico del ordenanza, se le cita con claridad. Se
refiere a la “salida del tambor”: Tres días antes de cada fiesta de la Virgen,
sale el tambor por las calles de Pozoblanco, visitando las casas de los
cofrades avisándoles con su presencia de que está a las puertas el día de la
traída o llevada de la Virgen. De esta forma, acompañado por el ordenanza de la
cofradía y rodeado por una multitud de chiquillos, llega a los domicilios de
los cofrades que previamente se han repartido los tres días. Allí tiene lugar
un curioso baile que efectúa la
chiquillería. Consiste en que echándose en el suelo de cara al cielo, patalean
y baten palmas al compás del tambor. Posteriormente son obsequiados con una
lluvia de golosinas, frutos secos y alguna moneda por alguien de la casa del cofrade,
continuando al próximo domicilio.
Ordenanza y día de la fiesta: A primera
hora de la noche, hacia la una de la madrugada, saldrán el Sargento,
Tamborilero y Ordenanza sin uniformar por las calles del pueblo para avisar a
los cofrades de que el momento de la romería ha llegado. En cada casa de los
hermanos, y tras un repiqueteo del tambor, el Ordenanza golpeará la puerta y
con voz solemne anunciará: “Hermano, Ave María Purísima”. Desde dentro el
cofrade contesta: “Sin Pecado concebida” y seguirán al domicilio de otro
cofrade.
Virgen de Guía: Descargas o salvas ¿Miedo a los disparos?
Una descarga o salva consiste en que
los hermanos disparan sus armas. Pueden hacerlo todos a la vez o unos detrás de
otros. Las salvas son siempre un homenaje a la Virgen de Guía. Se reconoce su
autoridad y su protección. Es bueno acostumbrarse al sonido de los disparos de
pólvora. Los hermanos tienen sumo cuidado de disparar hacia arriba. No hay
balas, sólo es el ruido de la explosión de la pólvora.
La mayor parte de los niños de
Alcaracejos están acostumbrados a esos ruidos de fiesta. No hay que tener miedo
solo disfrutar del espectáculo, de los uniformes, de las canciones, de las
fotografías, de los amigos, de la familia, del camino… Los días de la traída y
de la devolución de la Virgen son días para disfrutar. Dependiendo del momento,
a veces, se disparan tiros sueltos y son estos los que generan más susto por
imprevistos.
La Virgen de Guía es, con
seguridad, la tradición más antigua del pueblo y forma parte de nuestro
patrimonio religioso, cultural y social…. son días de encuentro y alegría, pues
son muchos los mojinos y mojinas que vuelven al pueblo para recordar y
reencontrarse con su niñez y su juventud.
Si alguien tiene miedo, no
importa: con un poco de paciencia y tiempo se le va a quitar. Hay niños que
lloran. En mis tiempos de niño, algunos se metían debajo de las camas. Con el
tiempo todo eso se pasa. El 24 de febrero y el Domingo de Resurrección son días
para disfrutar, días grandes en Alcaracejos.
JUEGOS DE LA VIRGEN DE GUÍA[6]
En Alcaracejos, no sé si ocurre
en otros pueblos de la comarca, los juegos tenían unas épocas para jugarse. Es
decir había juegos para determinados meses del año. Las razones las desconozco,
aunque p.e. la baqueta y los cartuchos están relacionados con la festividad de
la Virgen. Teniendo esta referencia podemos citar dos juegos:
a) Carrera de la baqueta: es un juego de
los miembros de la hermandad. Se le hace a aquellos hermanos que al revolotear
la bandera se le lía o se le cae. Se forman dos filas de hermanos haciendo una
especie de calle de unos dos metros de anchura. Los hermanos de cada fila
entrecruzan los brazos por arriba y las piernas por abajo, a modo de muralla
humana que impide el paso. El baqueteado se sitúa al principio de la calle en
medio y observa el punto más débil por el cual tratará de salir rompiendo la
fila. Lo tendrá que hacer con la cabeza y las manos atrás, empujando por algún
hueco entre dos hermanos.
b) Los
cartuchos: los cartuchos empleados en las salvas son recogidos por los
muchachos, y tras finalizar la romería y semanas siguientes, se los juegan del
siguiente modo: dibujan un rectángulo en el suelo en el que cada jugador, de
mutuo acuerdo, pone uno o dos cartuchos. A unos cinco metros del rectángulo se traza
una línea recta y desde el rectángulo, se tira una lancha o tejoleta[7],
cada jugador tiene que tener la suya, intentando aproximarse a la raya lo mejor
posible. Por orden de aproximación, cada jugador tira con todas las tejoletas
para tratar de sacar los cartuchos del rectángulo. Los que cada uno saque serán
para él.
Según comenta López Navarrete, 1988,
también se jugaba por estas fechas a las siete y media y a la treinta y una,
juegos que no tienen nada que ver con la Virgen de Guía, pero que en los años
sesenta del pasado siglo estaban muy enraizados en la sociedad infantil.
1.- Las siete y media: se pintan
en la tierra cinco rectángulos – ver foto a continuación. Se juega igual que a
los cartuchos, solo que se tira con monedas en lugar de lanchas para intentar
conseguir 7’5 puntos. Si una moneda toca cualquier raya, se contabilizará como
media. Quien se pase no puede tirar más y pierde.
2.- La treinta y una: Igual que
el anterior. Gana quién antes llegue a esa cantidad, tirando por riguroso
orden. Quien se pase no puede tirar más y pierde en ese mismo momento.
Criadillo moviendo la bandera ( Foto de Francisco Solano Márquez Cruz, 1973) |
Descarga (Foto contraportada Revista Ntra. Sra. de Guía, 2021) |
Descarga en la antigua iglesia, actual Ermita de San Andrés (1952) |
Croquis de juegos: las siete y media y la treintayuna |
[1] Agudo Torrico, J., Las
hermandades de la Virgen de Guía en los Pedroches, 1990, Caja provincial de
ahorros de Córdoba, pág 282.
[2] Benítez Blanco, Vicente, La
Virgen de Guía, patronazgo compartido en el Valle de los Pedroches, 2012.
[3] Vara delgada y ancha en un extremo, que se introduce
por el cañón de un arma de fuego para limpiarlo, o, de antiguo, para compactar
la pólvora, taco y proyectil antes del disparo
[4] Guion: Milagros Gomes. Comentarios: Jesús Rodríguez.
Cámara: Pascual Blasco. Astro Visión. Villanueva del Duque.
[6] López Navarrete, J., Recopilación de datos sobre
Alcaracejos y sus costumbres, 1988. Al estar agotado la Diputación Provincial
hizo una edición facsimilar, de gran calidad, en el 2021.
[7][7]
Pedazo de teja o barro cocido.
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