“Alcaracejos, una historia de ocho
siglos” es
el resultado de cinco años de investigación, aunque la semilla se plantó
algunos años antes.
Tras
la introducción y el prólogo, la obra está estructurada en seis capítulos:
Cap
I: El origen del nombre de Alcaracejos.
Cap
II: Alcaracejos en documentos del siglo XIII al XVI.
Cap
III: Alcaracejos en documentos del siglo XVII al XVIII.
Cap
IV: Alcaracejos en documentos del siglo XIX, con trece contribuciones.
Cap
V: El siglo XX es el que más aportaciones incluye. Totaliza más de
veinticuatro autores.
Cap
VI: El broche final lo conforman diferentes y variados apartados: 1.- A modo de
conclusiones. 2.- ¿Qué tiene que ver Loeches con Alcaracejos? 3.-- Evolución
del nombre de algunas calles. 4.- Pequeño diccionarioD con términos
incluidos en la obra. 5.- Publicaciones de autores mojinos. 6- Otros documentos
de interés (básicamente pregones). 7– Alcaracejos en la red. 8– Agradecimientos.
El
libro consta de 360 páginas. 24 de ellas son imágenes situadas en tres bloques
distribuidos regularmente a lo largo del libro. También se incluyen decenas de
tablas e ilustraciones intercaladas en el texto, las cuales totalizan 150. 469
notas al pie dan innumerables pistas sobre los documentos manejados. En ese
sentido he querido dejar muy claras las fuentes donde poder encontrar
información sobre Alcaracejos.
A
lo largo de estos años he buscado en archivos, bibliotecas, internet, libros, etc…
y me ha sorprendido la cantidad de información encontrada sobre un pueblo que
nunca fue demasiado importante pero que tiene muchas particularidades por
contar. A la vista de los documentos manejados podemos afirmar que Alcaracejos
existe tanto en la historia de España como en la de Andalucía o en la de la
provincia y por supuesto en las Siete Villas y en la Comarca. Cada autor
insiste en aquellos aspectos que le resultan de mayor interés, sean las
tradiciones, la población, la economía o determinados edificios.
Esta
obra, ordenada cronológicamente, no es una narración. Estamos ante una
recopilación. Cada uno de sus capítulos y los apartados dentro de cada capítulo
tienen entidad propia, son textos independientes, aunque a veces los autores repiten
algunos contenidos.
En mi opinión, el resultado es una obra de consulta llena de pistas, un trabajo que abre caminos y recoge mucho de lo publicado sobre el perfil de la villa de Alcaracejos. La mayor parte de lo recopilado son visiones globales, unas desde cerca y otras algo más lejanas, unas parciales y otras más completas.
También
abundan las síntesis de trabajos, libros, tesis o artículos, más amplios que se
refieren a las Siete Villas o a la comarca de Los Pedroches. En ellas
Alcaracejos consta de refilón, nunca como asunto central, pero aparece con
datos muy concretos.
Tengo
que decir que al hojearlo pudiera parecer un tocho y el personal, debido a esa
impresión, se aleje de su lectura. No es esa mi opinión. Como cada apartado es
independiente del anterior se puede leer el Alcaracejos de 1875 sin haber leído
nada de los cuatrocientos años anteriores. Cada fecha es una historia completa,
aunque los documentos pegan saltos de fechas y hay periodos por rellenar.
Resultaría imposible contar la historia de Alcaracejos año por año.
Quiero
insistir en que nadie busque aquí la Virgen de Guía, la historia de las minas,
la feria de ganado o la guerra civil. Algo de todo eso hay, pero siempre dentro
de una fecha concreta y con la perspectiva del perfil de la villa y no como
tema concreto tratado en profundidad. Alcaracejos,
una historia de ocho siglos es en resumen, una colección de pistas y datos
muy claros sobre el pueblo que se superponen a lo largo del tiempo.
Cada
una de las fechas que se relaciona en cada capítulo es una especie de foto
fija, textos que se aproximan a la realidad del Alcaracejos de esos años.
Mi
labor en esta obra responde más a ser medio entre documentos y lectores. He
intentado ser puente más que final de trayecto. He huido –no del todo- de la
originalidad para centrarme en lo ya escrito y en su cronología. Mi auténtica
labor se ha forjado más en la búsqueda y adecuación que en la creación, aunque
a veces lo intento. Fundamentalmente ha sido una tarea compiladora más que de
autoría.
Para
terminar: el volumen quiere ser un pequeño homenaje a las fuentes de información pues
cuando refiero un dato, intento hacerlo con todo lujo de detalles. Digamos que
he sido poco celoso de la oscuridad de mis fuentes y he tratado de dar todas
las pistas posibles y disponibles, sin ambigüedades de ningún tipo y con
caminos seguros y certeros para llegar al dato en cuestión. Con esta actitud
quiero facilitar los recorridos a futuros investigadores para que no pierdan el
tiempo buscando lo ya buscado por otros, sino que vayan al grano y así su
tiempo resultará más fructífero.
También
quisiera destacar lo valiosa que es la curiosidad, curiosidad de niño,
curiosidad eterna, curiosidad como motor, como disfrute razonable del esfuerzo
cuando se encuentra algo, curiosidad sin fronteras, curiosidad implacable ante
el misterio y el buscar, curiosidad generosa que comparte lo hallado para
contagiar a los lectores.
Sin
fuentes y sin curiosidad me hubiera resultado imposible publicar esta obra.
Puedo
asegurar que he intentado hacer un Alcaracejos más accesible. El tiempo dirá si
lo he conseguido. Mi intención siempre fue desnudar Alcaracejos para que todos
y todas puedan llegar a conocerlo mejor.
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