domingo, 21 de mayo de 2017

Alcaracejos 1945: Viviendas C/ San Isidro

         Las primeras viviendas construidas por Regiones Devastadas en Alcaracejos fueron las de la Calle San Isidro. Los planos[1] encontrados nos remiten a 1943, aunque intuyo que se construyeron a partir de 1945, fecha de la segunda reordenación urbanística del pueblo en papel. Hay un plano de 1948 que
Trozo de plano de 1943: Alzado exterior viviendas
indica los límites de las antiguas parcelas que fueron expropiadas y sobre ellas las veinte y dos casas ya construidas. También se indica una “nueva alineación” de las viviendas lo que permitió una calle más ancha que la prevista inicialmente. Puedo asegurar que las viviendas se entregaron en 1950 porque fue en esa fecha cuando mis padres se casaron y San Isidro nº 2 fue su primera casa.
         La “calle de regiones” se convirtió en una de las principales arterias del pueblo pues además de su amplitud y arboleda comunicaba la plaza del Ayuntamiento con la carretera de Pozoblanco. Era la parte más moderna. El pueblo se desplazó hacia el Norte y hacia el Este y a los puntos neurálgicos de las Plazas de la Iglesia y de la Audiencia (Ayuntamiento) se añadió el cruce de carreteras Córdoba – Almadén con la de Badajoz – Andújar. A partir de ahí, las carreteras se convirtieron en calles, hasta tal punto que la gente “salía de paseo” por las carreteras. También es cierto que la escasez de tráfico lo facilitaba.
       
C/ San Isidro en su inauguración [4]
         Se construyeron veintidós viviendas, 16 con granero y 6 sin granero. Todas tenían dos plantas, un extenso patio-corral con un buen trastero, pila para lavar y portones de madera, con dos hojas, para la entrada de animales. La planta baja tenía un pequeño recibidor, una amplia cocina en la que se podía comer, una alacena / bodega, un comedor y el cuarto de baño. En la planta de arriba estaban los dormitorios. En esa época los problemas de agua corriente del pueblo – los cortes eran muy frecuentes- se paliaban con un pozo que casi todas las casas solían tener y con dos grifos públicos a los que la gente iba con sus cántaros a horas determinadas. El modelo de cocina de las nuevas casas eran las hornillas de carbón, aunque recuerdo que por mediación de la mina – mi padre trabajaba en Cantos Blancos – en casa tuvimos una placa [2].

         El plano nº 10 de noviembre de 1944 nos indica el emplazamiento de la arboleda prevista:
[3]46 acacias de bola () a lo largo de la calle, delante de las casas; 67 pinos (X), más o menos a 3 pinos en cada patio y 8 acacias de flor (Δ), 5 de ellas a la derecha al inicio de la calle y 3 al final más cinco pinos. Creo que los pinos nunca llegaron a plantarse.

         La minuciosidad del proyecto se puede apreciar de forma especial en el diseño de los herrages de balcones y ventanas.
Curioso plano de 1966. Calle S. Isidro y propietarios limítrofes de las viviendas

Detalles del herrage de balcón y ventana (1943)






[1] Archivo Central de la Delegación de Fomento y Vivienda. Córdoba. Fondo de Regiones Devastadas.
[2] A la placa se le llamaba “cocina económica” porque aprovechaba muy bien el carbón: servía para calentarnos (el resto de la casa Archivo Central de la Delegación de Fomento y Vivienda. Córdoba. Fondo de Regiones Devastadas
no tenía ningún tipo de calefacción) y cocinar. Estaba encastrada en la propia estructura de la cocina (mediados los años 50 y primeros 60) y podían alimentarse con carbón y leña. Junto a ella, a la izquierda, estaba el fregadero y en su lado derecho había otro habitáculo que llamábamos la carbonera donde se guardaba, como su nombre indica, el carbón y la leña para aquel armatoste. Había también un depósito de agua caliente o calderín integrado que nos permitía disponer de agua caliente. El gas aún no había llegado. La cocina económica tenía una cubierta de hierro forjado y varios compartimentos, uno para la combustión y otro inferior donde caían las cenizas. En la cubierta había una serie de anillos de fundición que se podían levantar con un gancho y que servían de tapadera. Quitando uno o más anillos, según el tamaño de la cazuela o sartén, se podía obtener fuego vivo para, por ejemplo, freír. La boca de acceso al compartimento para las cenizas y para la entrada del aire de combustión estaba en la parte frontal y al lado del horno. El conjunto se completaba con la chimenea, que evacuaba los humos hacia el tejado. En su primer tramo, perpendicular al eje del conducto de evacuación, había una chapa metálica con un cortatiro para regular la salida de humos. Debajo del horno había un compartimento donde caían las cenizas, que se retiraban con un hierro terminado en una plaquita rectangular. Había, además, una barra cilíndrica, de la que se colgaban los paños de cocina. Todo un lujo.
[3] Utilizamos los símbolos hallados en el plano.
[4] http://www.alcaracejos.es/galeria/fotos-antiguas-alcaracejos

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