sábado, 26 de septiembre de 2015

Pregón de Feria, julio 1.993

            Siendo Alcalde Antonio Mansilla, la Corporación Municipal me ofreció la posibilidad de ser Pregonero de la Feria. Para mí fue un reto y recuerdo que le di muchas vueltas. También tuve claro que a Antonio Mansilla, dado su talante y su entrega al pueblo, no se le podía decir que no. Así que acepté. Estaba previsto que el acto se realizara en el Salón de Convivencia, frente al Grupo Escolar,
Antonio Mansilla. 1988
pero al final se hizo en la Caseta de Feria, en la plaza del Ayuntamiento. Si lo hubiera escrito ahora, seguramente saldrían muchas mas cosas y de otra forma, pero con la perspectiva y formación de mis cuarenta y dos años esto fue lo que salió:
 

Sr. Alcalde Presidente de nuestro Excmo. Ayuntamiento, miembros de la Corporación Local, linda Reina y bellas Damas de Honor de nuestras Fiestas, Autoridades, Vecinos todos:




Con vuestro permiso quiero comenzar agradeciendo vuestra presencia aquí y la confianza que el pueblo, por medio del Sr. Alcalde y de la Corporación, han depositado en mí. Ser Pregonero de las Fiestas Mayores de 1.993 en honor de Ntra. Sra. del Carmen y San Nicolás de Tolentino, supone un honor inmerecido. Creo que debiera haber correspondido a alguna persona más vinculada al pueblo continua y diariamente y por tanto con un conocimiento más directo de su realidad actual.
Parque en la Plaza del Ayuntamiento.1955
Extraída del libro "Hria de Alcaracejos y su escudo".
Desconozco los motivos que se hayan tenido para nombrarme. Es la primera vez que participo en un acto de este tipo y como la mayoría de vosotros sois amigos o conocidos, sé que puedo contar con vuestra nobleza y vuestra paciencia. Con mis palabras trataré de aportar mi granito de arena para engrandecer estas fiestas y este pueblo. Al mismo tiempo intentaré que todos pasemos un buen rato. 
Soy hijo del pueblo. Nací en 1.951. Mis padres habitaban en una casa de la calle de regiones. Mi infancia son recuerdos de esta calle amplia, luminosa, terriza, rojiza y con acacias en sus aceras. Mis primeros amigos Pepe “el del molino” y Andrés. Juntos aprendimos y compartimos nuestros tempranos juegos. Elisea, madre de panaderos, y vecina de en frente, nos dio de merendar más de una tarde.
Los principales puntos de comunicación para un niño de aquellos años eran la escuela, la calle y la familia. Mi madre, maestra en aquel tiempo de la escuela de párvulos, con paciencia infinita y con un cariño tremendo por los niños del pueblo, trataba de enseñarnos a todos las primeras letras y especialmente que no nos pasara nada. Era una escuela bulliciosa, llena de vida y de niños. Estaba situada en la planta baja del Ayuntamiento que, por entonces, ocupaba el mismo lugar que hoy. En la plaza hacíamos nuestro recreo.
El tiempo que no estábamos en la escuela lo estábamos en la calle. Era, a la vez,  nuestra segunda casa y nuestra segunda escuela. Por entonces no había televisión y en la calle siempre podías encontrar a alguien con quién jugar al trompo, los bolindres o a la bola. Había muchos niños, muchos juegos y escasos peligros. La calle era un lugar donde podías sentirte libre: decidías tus juegos y a veces incluso las reglas; conocías a otros niños……elegías tus amigos, tus conversaciones, tu lugar de juego…..los padres eran padres de todos los niños pues todos, incluso sin conocerte demasiado, 
Ruinas Iglesia Parroquial S. Andres al finalizar la Guerra Civil
procuraban educarte y – con pequeñas riñas – velaban por ti.
¡ Aún pudimos jugar en las ruinas de la Iglesia destruida durante nuestra Guerra Civil y subirnos a su esbelto y misterioso campanario!. Eran tiempos de cierta pobreza material: en las casas se cocinaba con leña o con carbón; los braseros de picón y las candelas eran las únicas estufas conocidas; todavía no se había divulgado la olla a presión; motos y bicicletas eran los vehículos dominantes y la mayoría hacía sus necesidades, grandes o pequeñas, en los patios y estercoleros de su casa. La leche, verduras y frutas se vendían de puerta en puerta. El agua, que venía de la Garganta, era un bien escaso: por eso, bastantes casas tenían pozos. De todas formas, era mucha la gente que transportaba agua desde los grifos públicos hasta sus domicilios en un horario muy limitado. En la escuela, “la Feli” mujer agradable y paciente donde las haya, nos repartía leche en polvo y queso procedente de la ayuda americana a una España excluida del Plan Marshall.
Dicen, que por aquel entonces, el pueblo tenía tres o cuatro mil habitantes. Funcionaban las minas de las Morras, el Rosalejo, Cantos Blancos y algunos lavaderos de tierras. En mi mente guardo recuerdos, muy lejanos, de nuestros mineros vestidos de oscuro, serios, dignos,……casi todos disponían de bicicletas para ir a trabajar. Pronto oí hablar de la silicosis. Conocí a alguno de ellos.

           Aparte de las minas, como sabéis, el pueblo siempre ha vivido de la agricultura y de la ganadería. Recuerdo, al atardecer, el paso por mi calle de rebaños, piaras, vacas y mulos con carros. El traqueteo de los carros, con sus grandes ruedas de madera forradas de hierro, era una música muy especial. Las casas que podían tenían una puerta falsa para la entrada de los animales. Las que no, recuerdo un pasillo empedrado por su centro desde la puerta principal y por él pasaban los animales hasta las cuadras, pero eso no suponía suciedades ni falta de higiene: las piedras brillaban de tanto limpiarlas, como si de mármol se tratara.
Los inviernos eran crudos y algo monótonos. El dinero escaseaba y las diversiones también. Sólo el cine de la Paz y Dionisio lograba sacar a chicos y mayores de nuestro pequeño mundo. Ir al cine era un acto de liberación, de relax. Su local, ancho y alargado lo recuerdo siempre lleno con sus sillas de enea formando filas y la publicidad de Tejidos Checa de Vva del Duque. ¡Qué bien se pasaba en aquel gallinero!.
La TV hizo su aparición en los bares. Los partidos de fútbol y las corridas de toros paralizaban España y sus pueblos. A los niños normalmente se nos mandaba a la calle. Quizás por esto comenzamos a ver, por 1 peseta /día en el Salón Parroquial o en el bar El Brillante, los programas infantiles de entonces: las marionetas de Herta Frankel y su perrita Marylin, mi amiga Flicka, las Aventuras de Rin –Tin – Tin etc…
          La primavera, con el verde de los campos y las sementeras, era como un despertar. Aumentaban las faenas agrícolas y el tiempo dedicado a ellas: la recolección y transporte del grano y la paja,  las eras, las siembras, los regadíos, las frutas comenzaban a madurar…..el aire era limpio y fresco, el cielo azul, el sol brillante….a veces bruscas tormentas lo interrumpían todo….y en nuestra feria de mayo las dianas floreadas se confundían con los trinos de los pájaros. 
           Los veranos eran calurosos. Las muchas albercas ayudaban a pasarlo. El personal se levanta temprano para evitar el  tedio del calor. Las siestas son casi obligatorias y por las noches las gentes se sientan en sus puertas a conversar con los vecinos y to mar el fresco en compañía de un botijo. La Luna, satélite invitado, asiste muda e indiferente. 


          Con el gris del otoño se cierra el ciclo y todo vuelve a comenzar. Por mi vida de estudiante y por mi profesión creo, equivocadamente, que los años comienzan con el curso escolar. ¡Otra manera de medir el inexorable paso del tiempo!. 
 
          Con los años 60 el progreso fue llegando: cambiamos la leña y el carbón por el butano, aparecieron los SEAT 600 y algunos pudieron comprar coche. En las casas se comenzaron reformas que incorporaban el cuarto de baño; se cambian carros por tractores y volquetes….el arado romano va desapareciendo excepto en algunos lugares inaccesibles de la Sierra, las cosechadoras sustituyen a las hoces y la electricidad se generaliza en fincas y huertas. Las piedras del suelo de las casas se van sustituyendo por finos terrazos y los electrodomésticos se van apoderando de los hogares liberando a las mujeres de arduas tareas. Las  minas presentan problemas de explotación: las Morras se cierran y unos años antes se había desmantelado Cantos Blancos y el Rosalejo sigue con ciertas dificultades.
             La mecanización del campo y los inconvenientes de las minas hace que mucha gente tenga que buscar trabajo en grandes ciudades españolas como Madrid o Barcelona….o en el extranjero: Alemania, Francia, Suiza……El campo español está sobrecargado de obreros, la industria comienza a despegar pero no tanto como para absorberlos a todos….el fantasma del paro aparece y comienza la emigración. Nuestro pueblo no es la excepción. Creo que es el momento adecuado para recordar a todos aquellos que tuvieron que salir de aquí. Para ellos nuestra admiración y agradecimiento por su tremendo esfuerzo.

Grupo Escolar, hoy en su solar Residencia
           En nuestra escuela las cosas también van cambiando. Ahora empezamos a ser de los mayores  y como nos quedamos a las clases particulares en el pueblo se nos empieza a conocer por “los estudiantes”. Rafael Pozuelo y Miguel “El Malagueño” empiezan a llevarnos a Córdoba y a Puertollano para examinarnos.  Otras veces en lugar de taxi utilizábamos el automotor. Nuestra estación  de vía estrecha,  que compartimos con Vva del Duque era una preciosidad. Por cierto, recuerdo que los trenes  al salir de Pozoblanco camino de Puertollano, posiblemente por mal trazado de la vía o falta de potencia,  tenían que tomar carrerilla para conseguir remontar una pequeña cuesta que se encontraba
D.Pedro Benito
Maestro
a la salida. Con frecuencia, tenía que intentarlo dos o tres veces y cuando lo lograba recibía, en medio de una guasa impresionante, el aplauso unánime de todos los viajeros. En una ocasión  tomamos un tren tan antiguo que nosotros, por su tremendo parecido, lo bautizamos como “el tren del Oeste”. Iba tan despacio que algunos viajeros se bajaban en marcha, cogían melones o sandías de matas próximas a los raíles y volvían a tomar el tren como si tal cosa.
           Ahora, teniendo la perspectiva que dan los años, creo que aquellos estudiantes fuimos muy afortunados: Afortunados por tener la posibilidad de aprender, por viajar aunque fuera para examinarse, por conocer nuevos caminos y nuevos pueblos, pero sobre todo por tener aquellos Maestros. Como para muestra vale un botón,  citaré sólo a D. Pedro Benito : ¡ cuántas horas de esfuerzo  y de sacrificios para sacarnos adelante!. Estoy seguro que gracias a todos ellos, la juventud de entonces del pueblo y las siguientes, consolidamos una base importante que todavía nos dura. Aunque algo tarde, pero haciéndome eco de todos los que por allí pasamos, queremos manifestarles nuestro agradecimiento y el de todas nuestras familias por su dedicación y profesionalidad. 
          Nuestra vida sigue transcurriendo entre la escuela y la calle. Ya no jugamos a los bolindres ni al trompo, ahora competimos sanamente al fútbol entre equipos de calles diferentes; en los anocheceres de primavera y verano jugamos al corro con las muchachas en la plaza; a veces “visitamos” huertas y huertos para tomar prestadas algunas frutas; llevamos sobre nuestros hombros a la Virgen de Guía, en medio de cánticos y sana alegría, en sus idas y venidas por el camino de la ermita; comenzamos a ayudar en las matanzas haciendo algo más que portear el pasto del candelorio y seguimos subiendo a la ermita de San Sebastián con nuestro hornazo y la ilusión de una tarde sin escuela. Aparecen los primeros cigarrillos y los primeros mareos; las escapadas en bici o en la moto “prestada” de algún padre se repiten con frecuencia; a algunos nos da por recorrer el término tratando de encontrar minerales o restos romanos: la Junta, el Santo, los vacíes de Claudio, la Pedrera de Sixto, el Cuzna, Cantos Blancos…….Creo sinceramente que, mientras se fuera niño /a se tendría que vivir en un pueblo. ¡Jugar y pasear libremente por él es de lo mejor que me ha podido ocurrir en mi vida!.
             Para completar algo mi visión de aquellos años, permitidme citar una serie de personas, por todos conocidas, que llamaron mi atención de forma especial: 
Numeros de una rifa de la  Herminia
               * ¿Cómo no recordar a Marcelina y a su hija Herminia que nos suministraban todo tipo de chucherías a precios muy módicos?¿Quién ha podido olvidar unos martillos de caramelo grandes y rojos que ellas mismas hacían?.
               * Sería imperdonable no citar a D. Jesús Fernández Palomo, pozoalbense de nacimiento, párroco durante muchos años y mojino como el que más.
Calendario publicidad de Saturio
               * ¿Qué decir de Saturio? . Sus ocurrentes disfraces de carnaval y su humor rezumaban aire fresco como perfumes de su droguería. ¿Quien no recuerda su famoso "Esto marcha" ?.
               * Del singular D. Arturo, médico e hijo de esta villa me impresionó siempre su porte, su rapidez al hablar y su tremenda memoria.
               * Verdadero espectáculo, casi diario y gratuito, lo protagonizaban en El Control las partidas de ajedrez entre Ramírez y Alfonsillo: ¡Esta me la jinco yo!.....decía Alfonsillo con gran sorna ante la atenta mirada de Ramírez.
               También quiero tener un especial recuerdo para Vidal, nuestro sacristán. ¡ Cuánto disfrutaría hoy oyendo nuestro coro y nuestra rondalla!. Para él mi agradecimiento y mi más sincero reconocimiento porque supo transmitirnos su profundo entusiasmo por la música.

La "Isabelilla" de Añora, antes
de vender verdura por el pueblo
(1.924)
               ¿Y la Isabelilla de la Añora?. Menuda, alegre, simpática, sencilla y generosa. Me la imagino en el cielo vendiendo lechugas y tomates mientras ángeles y arcángeles se disputan su compañía.
               La lista sería interminable. Sólo decir que las personas de cierta edad tenemos mucha influencia en los niños. Somos espejos en donde se miran. Es probable que no nos demos cuenta, pero nuestras palabras y sobre todo nuestro ejemplo pueden causarles mucho bien o, como a mí en estos casos, simpáticos recuerdos.
Como podéis apreciar, aquellos años han dejado huella en mí. Diría más, han dejado buena huella en todos los que compartimos vivencias, trabajos, emociones y sentimientos. Buena prueba de ello es que no dejamos de venir por aquí; yo tengo aquí a mi familia, pero mucha gente vuelve porque aquí tuvo y tiene sus amigos, sus recuerdos,……sus raíces.
               Ahora la vida ha cambiado mucho. Las cosas que ocurren son muy diferentes. Es lógico y ello no debe ni apesadumbrarnos ni escandalizarnos. Tenemos la alegría de haber vivido estos treinta años, de estar aquí para vernos y contarlo. Algunos se han ido quedando en el camino…..En paz descansen los que se fueron y sea lo que Dios quiera para los que seguimos. 
El pueblo también ha cambiado mucho. Cada vez que he regresado, de vacaciones a vacaciones cuando era estudiante y ahora con mi mujer y mis dos hijos, he encontrado algo nuevo: grupos de viviendas formando nuevas calles, la ermita de San Sebastián totalmente restaurada y en la que tanto colaboró todo el pueblo, los depósitos de agua potable,, el Ayuntamiento de nueva planta donde siempre estuvo, la instalación definitiva  de la Oficina de Correos y Telégrafos, el nuevo y magnífico Grupo Escolar, nuevos establecimientos como bares, restaurantes, tiendas y supermercados; el estupendo Salón de Convivencia rodeado de jardines, fuente luminosa y Hogar del Pensionista; las calles prácticamente todas pavimentadas y con nuevo y potente alumbrado, la remodelación del campo de fútbol, pista polideportiva y plaza de toros; el reciente edificio de la Caja de Ahorros y frente a él la flamante Residencia de Ancianos donde podrán ser acogidos nuestros mayores como se merecen……casi me atrevería a decir que Alcaracejos ha sido el pueblo donde, proporcionalmente al número de habitantes, más se ha edificado en la provincia en los últimos treinta años. Es justo reconocer que, en todas estas realidades, han tenido mucho que ver los diferentes Alcaldes que hemos tenido y especialmente el actual D. Antonio Mansilla.
               Por cierto que, si tomamos este periodo de tiempo como referencia, hemos de añadir el Silo y la nueva  Iglesia.
               Pero no sólo quiero hablar de obras y construcciones, que de eso nuestro querido José “El Botas” sabrá más que yo. Por referencias me consta que hoy la industria más rentable de nuestro pueblo es la explotación ganadera. Con nuevas vaquerías está consiguiendo una excelente producción de leche y una mejor rentabilidad. Imagino que habrá que seguir trabajando en este terreno con otros pueblos de la comarca para conseguir unas adecuadas cuotas dentro de la C.E.E. y sobre todo mantenerse en un mercado cada día más competitivo. 
Tenemos que resaltar el trabajo y tesón que han demostrado un grupo de mujeres de nuestro pueblo que, con espíritu de compañerismo y solidaridad, han conseguido levantar unos talleres de confección dónde jóvenes y menos jóvenes están logrando su salario sin necesidad de emigrar. Aunque estamos en plena crisis económica, no debemos desanimarnos ya que en nuestro pueblo nunca hemos necesitado mucho y con lo que está hecho y nuestro trabajo, sabremos salir adelante. Además estoy seguro de que se seguirán haciendo muchas cosas más.

Procesion  Ntra. Sra. del Carmen
                Antes he hablado de los jóvenes. Para ellos van estas líneas. Como Profesor de Instituto de Formación Profesional, con quince años de experiencia, quiero hacer una llamada en su favor: Por mí han pasado unos miles de ellos y creedme, os puedo asegurar que forman mayoría absoluta los responsables, los trabajadores, los formales….¡ No fuimos nosotros mejores que ellos!. Es cierto que algunos dan problemas, pero todos esperan nuestra comprensión y nuestra ayuda. Ellos y ellas que tienen menos prejuicios que nosotros nos necesitan, nos esperan; y nosotros que tenemos más experiencia que ellos, hemos de saber distinguir cuando y como hay que intervenir, sin apabullarlos, sin agobiarlos, dándoles tiempo.
               La orientación profesional, para la que podéis contar con mi desinteresada colaboración, es hoy una pieza clave en todos los países de la C.E.E., por eso es importante que cuando terminen la EGB os informéis acerca de los distintos caminos que pueden seguir. Una buena información previa evitará o disminuirá el fracaso posterior. Afortunadamente, en localidades próximas al pueblo podéis encontrar buena parte de las opciones posibles: Bachillerato, Formación Profesional o enganchar con el Nuevo Sistema Educativo.
               Para terminar, quisiera transmitiros a todos que el pueblo nos necesita unidos. Siempre ha sido necesario arrimar el hombro, aportar soluciones constructivas y colectivas, pero ahora lo es más a causa de los problemas económicos y a la tremenda competitividad. Ser diferentes no significa ser antagónicos, podemos ser complementarios.
 
No podemos permitirnos el lujo de perder el tiempo en dimes y diretes. Nuestro espíritu de consenso y nuestra generosidad tienen que ser amplios en favor de nuestro pueblo. El futuro nos espera juntos.
 
               Por último, un par de deseos: el primero que la paz, la tolerancia, el respeto, la alegría y la hospitalidad que siempre ha caracterizado a Alcaracejos, presidan junto a Ntra. Sra. del Carmen y San Nicolás de Tolentino el desarrollo de estas fiestas.
 
               El segundo: que tanto los que estáis aquí como los paisanos que no han podido visitarnos, seáis tan felices como mínimo, como yo lo fui aquí de niño. Felicidades que hago extensibles a todas las personas que nos honren con su presencia en estos días.
 
Muchas gracias por vuestra atención, disculpad mis errores y de corazón, un abrazo para todos.
 
Alcaracejos, 14 de Julio de 1.993.- Sebastián Muriel Gomar








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