De Alcaracejos al Cuzna, por el “Santo”: Camino
mozárabe
“Caminar es poner
las piernas al servicio de la mente para engrandecer el corazón”
Peregrino Camino
Mozárabe.
López Navarrete, José; Muriel Gomar, Sebastián
Aparte de este importante nudo, en
su término podemos hallar famosas vías pecuarias [1] tales
como la Cañada Real Soriana, con una anchura legal de 75’22 metros, y varias
veredas, entre ellas la Vereda de Córdoba a Almadén o la de Villanueva del
Duque a Pozoblanco, entre otras. Todas con 20’89 metros de anchura. También
destacan la Colada de Dos Torres, con 13’37 metros, y la Colada del Abrevadero
del Pozo de la Benita, con 8 metros de amplitud legal. Además existen multitud
de caminos, senderos, pistas, carriles etc… Todas estas innumerables vías de
comunicación hacen que el término de Alcaracejos sea accesible y visitable;
además, podemos encontrar numerosos detalles de interés social y cultural. Por
todo esto pensamos que los caminos[2] de
Alcaracejos y sus curiosos pormenores debieran de formar parte del patrimonio
del pueblo y, como tales, considerarlos espacios protegidos, fomentando su conocimiento
y divulgación. Para nosotros no son caminos, hablamos de escenarios en plena Naturaleza.
Por
aquí pasaba y pasa gente. Estas sendas se utilizaron para transitar mercaderes,
ejércitos, caravanas, peregrinos, pastores, diligencias, rebaños, cosarios,
carros etc… y más modernamente camiones cargados de mineral, de aceitunas o de
ganado. Por un lado, Alcaracejos era puerta de entrada a Los Pedroches y de
salida hacia Ciudad Real; por el otro, era puerta de salida hacia Córdoba y, al
Oeste, hacia Badajoz. Su condición de puerta viene recogida en la letrilla de
una antigua jota[3]
que dice así:
Ya tiene mucho perdío,
Quien no conoce este pueblo,
Ya tiene mucho perdío.
La puerta de los Pedroches
Siempre se abre pa un amigo,
Vamos a recorrer un tramo de camino
conocido como mozárabe, pero haciéndolo al revés, es decir: nos moveremos de
Norte al Sur. Pretendemos hacer un camino guiado, indicando todos los detalles
que podamos para que sirvan de orientación y el recorrido pueda ser hecho y
reconocido con facilidad por familias, niños en bicicleta, colectivos etc…sean
vecinos de Los Pedroches o personas llegadas de otras latitudes.
Partimos de la plaza de Los
Pedroches, donde está el Ayuntamiento, y la abandonamos por su vértice Sur
buscando la calle de San Sebastián. Llegamos a la rotonda que rodea el pueblo y
ahí paramos un momento antes de iniciar la subida. Esta falda del Cerro del
Santo es la zona final del plutón granítico de Los Pedroches (granitos[4],
dioritas). La tierra en superficie es sariega o arenosa. De aquí en adelante no
observaremos afloramientos[5] de
la omnipresente roca.
Subimos hasta la ermita. Estamos a 1
kilómetro de la plaza, encima de la llamada aureola o franja metamórfica, que
tiene entre los tres y cinco kilómetros hacia el Sur. Esta zona sirve de
conexión entre el magmático granito y la zona sedimentaria donde abundan las pizarras[6]
nodulosas, micaesquistos y pizarras corneanas pertenecientes al Carbonífero.
Aquí, en la “Cumbre”, la tierra es negra barrial o colorada. A partir de ahora
podremos observar varias explotaciones mineras de galena argentífera, pirita y
blenda.
Desde esta altura, la vista del
pueblo y de la comarca es espectacular. Remarcamos la idea de que Los Pedroches
son una penillanura[7],
una llanura en alto, no se trata de un valle. Si el pueblo está a 608 metros
sobre el nivel del mar, aquí estaremos a poco más de 640. Podemos ganar unos
metros más subiendo al mirador, en el complejo de la piscina, que se encuentra
hacia poniente. En el solar de la piscina, en 1970 había tierras que contenían
cierta riqueza mineral. Se lavaron durante años y “aparecieron hornos de
fundición de plomo y plata de época romana, así como restos de ánforas,
candiles y otras vasijas de la misma época. También monedas ibéricas y romanas
y proyectiles de honda ibérica”[8].
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Girándonos un poco hacia el sureste
hay un moderno campo de paneles solares que van moviéndose con el Sol para
obtener su máximo rendimiento. Y algo más a la izquierda, están los depósitos
que suministran agua al pueblo. Los que tienen una línea azul son más antiguos.
También hay unas antenas.
Este cerro forma parte de una
especie de larga línea que va hacia Hinojosa y hacia Pozoblanco. Se trata de
una formación geológica a modo de “caballete
de un tejado” que separa la recogida de aguas en toda la comarca de Los
Pedroches: las aguas que caen hacia el pueblo van a la cuenca del Guadiana y
hacia el otro lado (la Cumbre, la “jesa” [dehesa], los jarales, Cuzna…) las
aguas vierten en el Guadalquivir. Si miramos al frente, justo al Sur, vemos una
tierra parda, buena para sementeras y pastos y nos llama la atención la
ausencia de árboles.
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Es cierto. Al fondo, entre dos
cerros mayores, el de la derecha con los vestigios de Las Morras, se ve uno
menor y redondeado. En ese cerro se situó el castillo árabe del Cuzna[12],
hecho de adobe, similar al que aún hoy existe en El Vacar. En la cima de este
cerro existe una humilde cueva, con un pozo - trampa en su recorrido interior,
que la comunica con el Arroyo del Lentiscar, afluente del Cuzna. Se cuenta que
esta modesta galería podría ser una posible salida del citado castillo, en caso
de peligro de sus moradores. Existe la leyenda según la cual la noche de San
Juan, a las doce y con luna llena, sale la mora al Cuzna a lavar madejas de
hilos de oro. Si le llamas la atención a la mora o le quieres quitar sus
dorados hilos, se convierte en una fiera y te devorará. Si aguantas el ataque, la
fiera se desvanece y la mujer se enamorará de ti. También se cuenta que en la
cueva había un tesoro y un matrimonio minero se pasaba el día excavando allí.
Hay una copla de corro de carnaval que recoge la situación: “El lindango y la
lindanga no dejaban de decir, si encontramos el tesoro nos marchamos a Madrid[13]”.
Al parecer la boca de esa cueva hoy se encuentra taponada, rellena de tierra.
Ermita en el Merendero Municipal |
Tras el pozo y las piletas empiezan
los chaparros. A la izquierda hay un sendero que se conoce como “la raya de la
jesa”. Seguimos. A la derecha dejamos una pequeña bifurcación. Debemos continuar
por el grueso del camino, sin desviarnos. Observando con detalle cruzamos un
pequeño puente que canaliza el Arroyo Perecedero. Por aquí podremos encontrar
animales doméstico s como ovejas, vacas,
cochinos, etc…y con algo de suerte avistaremos perdices, tórtolas, mojinos,
palomas torcaces, liebres, conejos y hasta algún zorrillo.
Sin darnos cuenta, hemos llegado a
un cruce de cierta importancia. Se trata del Camino Alto del Carril. A la
izquierda nos conduce a los cebaderos de la COVAP (borregos y terneros) y a la
derecha se concentran abundantes yacimientos mineros, cuyo auge tuvo lugar en
el primer tercio del siglo XX. Destacan las conocidas minas de Claudio y El
Rosalejo. Más a la derecha, tras la N – 504, está la Mina del Soldado.
Inmediatamente después del cruce empieza el asfalto y una señal nos indica que
hemos entrado en un camino rural que es continuación del camino mozárabe,
quedándose a la derecha una desviación que es por donde sigue la vía pecuaria
[ganadera] sin asfaltar, vereda de Córdoba a Almadén.
En estas dehesas de Los Pedroches se
crían los mejores cerdos porque en ella se producen, según Al Himyari[14],
las bellotas más dulces de toda la península. La flora, en el mes de mayo,
después de una primavera lluviosa, es exuberante. El campo no es campo, es un
jardín de jaras, tomillos, jaguarzos, cantuesos, manzanillas, amapolas y
multitud de florecillas.
En plena zona de Los Jarales,
después de unos cinco kilómetros desde el pueblo, llegamos a otro cruce. A la
izquierda queda el abrevadero del Pozo de la Benita. En su origen era un
descansadero de ganado situado a mitad de una colada de dos kilómetros que
servía de enlace entre la Vereda de Córdoba a Almadén y la colada de Dos
Torres. Junto a él, a la derecha, se ha construido recientemente un merendero
municipal que tiene fuentes, zona de recreo y una ermita vacía. Atravesamos el
merendero y el Arroyo de la Chorreras buscando la casilla Saboné.
Flores de la Jara - Mayo 2018 |
Un pequeño mosaico nos sitúa
en la Finca Cazorla. A la derecha está la propiedad de Pedro el de los Amadores, donde hace algunos
años, arando, levantaron una losa y se encontraron dos sepulturas vacías
correspondientes a una persona mayor y un niño. En la tumba mayor se halló una
jarra[15] tosca.
Se apuntaron indicios visigodos pues eran similares a las encontradas en el
Cerro del Germo.
Otro cartel nos dice que estamos en
el cortijo de Los Mellizos. Durante unos centenares de metros nos desplazamos
por la Colada de Córdoba a Dos Torres. La abundancia de aulagas con sus flores
amarillas -en este mayo- es impresionante. Gamones con sus erguidos tallos
acompañan la fiesta de colores que esta salvaje primavera presenta. La Colada
de Dos Torres nos abandona por la derecha y un cartel junto a una flecha verde
en piedra de granito nos indica que se trata del sendero del Cuzna. Nosotros seguiremos
la senda del Camino Mozárabe por la izquierda. Con algo de suerte podemos
observar algún ciervo. Los Jarales es una dehesa que se va empobreciendo
conforme avanzamos. Cortijo Guerrero. El camino es pizarra a flor de suelo. A
veces desgastada, a veces rota. Cortijo de Herederos de Pepe Suárez y llegamos
a la carretera A-435 que conecta Pozoblanco con la
N-502. La cruzamos y justo enfrente sigue el camino. Nos vamos acercando al rio
Cuzna. La presencia de jaras es impresionante. Desde aquí podemos ver a la
derecha el Cerro Sordo, muy achatado y algo a la izquierda La Chimorra con sus
956 metros. A 1’5 kilómetros desde la carretera, a la derecha, nos encontramos
con las edificaciones del Coto. Su huerto, espacio rectangular protegido por
paredes, está justo al lado del camino. A los pocos minutos hay un gran espacio
abierto que llama la atención: estamos en el punto de contacto entre el Camino
Mozárabe y la Cañada Real Soriana, que hacia la izquierda va a Pozoblanco y
hacia la derecha nos lleva directamente al rio Cuzna. En ese espacio, entre la
maleza, se esconde la Cruz de la Quemá.
Su nombre alude a un lejano y luctuoso suceso que nadie ha podido documentar.
Su inscripción recuerda la muerte de Rafael Caballero (1860). Para alguna gente
es la Cruz de la zona “quemá” basándose en que la abundancia de jaras y monte
bajo pudo facilitar un considerable incendio. Otros la llaman la Cruz del
Cordel porque está en una vía trashumante de 90 varas de ancha. Por golpe, rayo
o erosión, la Cruz tiene su brazo izquierdo ligeramente más corto que el
derecho. El suelo pizarroso aparece muy erosionado y dibuja curiosas formas
debido posiblemente a pesados carros antiguos y ganados trashumantes.
Si desde aquí
miramos al frente, a la derecha está el Cerro Sordo, fácil de identificar por
sus antenas. A su izquierda queda otro cerro más bajito llamado el Cerro
Castillejo y más hacia la izquierda encontramos un perfil que desciende
formando una especie de “V” abierta. Se trata del Puerto Calatraveño. Desde esa
zona también se ve una gran construcción, a modo de moderno hotel: se trata de
una proyectada residencia / albergue de cazadores en la finca Carboneras que al
parecer no ha llegado a funcionar. Si descendemos un poco más llegamos a la
presa del Molino Horadado, en el mítico rio Cuzna, rodeado de fresnos, tamujos
y adelfas. La foto es espectacular tras las generosas lluvias de esta primavera.
Fin del trayecto.
Río
Cuzna - Junio 2018
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Nota: todo el trayecto está convenientemente
señalizado por flechas amarillas sobre un bloque rectangular de granito, señal
inequívoca del Camino Mozárabe en el término de Alcaracejos.
[1] López Navarrete,
J.: Recopilación de datos sobre
Alcaracejos y sus costumbres. 1988. Planos.
[2] Nos consta que la Junta de Andalucía está
trabajando para que todas las
administraciones con titularidad de caminos públicos (ayuntamientos,
diputaciones y consejerías) procedan a la inscripción registral y catastral de
aquellos que les correspondan.
[3] Lepe Crespo,
Luis. : La Música de los Pedroches.
Cancionero popular profano. Tomo III. 2008 Págs. 336 – 337.
[4] El granito
es una roca ígnea plutónica formada por el enfriamiento lento de un magma a
grandes profundidades de la corteza terrestre. Sus componentes básicos son el
cuarzo, feldespato y mica. El granito está omnipresente en Los Pedroches, tanto
en el ámbito rural como el urbano.
[6] La pizarra es una roca metamórfica homogénea. Procede de la transformación
de ciertas rocas sedimentarias por las fuertes presiones y altas temperaturas.
Está formada por sericita, moscovita, clorita y cuarzo. De color opaco azulado
o negro grisáceo y se divide fácilmente en finas láminas. Se usa cubiertas y
como antiguo elemento de escritura.
[8] López Navarrete,
José: “Recopilación de datos sobre Alcaracejos y sus costumbres”1988. Pág 76.
[9] Durante el siglo XIV Europa se vio asolada por la
pandemia más mortífera que ha sufrido la humanidad. La peste negra,
también conocida como peste bubónica o muerte negra,
acabó con entre un 30 y un 50% de la población del continente entre 1347 y
1353. https://www.apuntesdehistoria.net/peste-negra-la-plaga-que-asolo-europa/
[10] López Navarrete,
José: Recopilación de datos sobre Alcaracejos y sus costumbres. 1988. Pág 77
[11] Escritor y poeta
muy amante de la zona nacido en Villanueva del Duque en 1957.
[12] “Situado en los
Pedroches - Fahs al –Ballut (Llano de las Bellotas). Sus restos se observan al
sur de la población de La Lancha. Es un castillo construido por los beréberes inmigrados
a España en el siglo VIII y establecidos en la zona. El nombre Kuzna es el de
un clan bereber surgido de la tribu norteafricana Nafza del grupo de los bereberes
Butr”.
Arjona
Castro, A: El reino de Córdoba durante la
dominación musulmana. Excmª. Diputación. Córdoba. 1982.
[13] López Navarrete,
José: Recopilación de datos sobre
Alcaracejos y sus costumbres. 1988. Pág 140.
[14] Cronista del
Califato de Córdoba, describió Los Pedroches cuando era la provincia musulmana
de Fhast al Ballut.