sábado, 21 de septiembre de 2024

Patrimonio mojino perdido

 

Fachada del Grupo Escolar José Ventura, proyecto 1943 (Regiones devastadas)

Hablar de patrimonio perdido en la revista de feria pudiera parecer, en principio, una contradicción, pero no lo es. La feria suena a bullicio, diversión, alegría, ratos de risa, etc y está bien que así sea. El patrimonio cultural susurra cosas serias y si hablamos del perdido, todavía más porque lo perdido tiene, en general, matices de nostalgia y de tristeza. Pero resulta que la revista de feria es también un vehículo transmisor de cultura. En sus páginas, con buen criterio, siempre han cabido nuestras tradiciones, poesías, fotos, recuerdos, comentarios, eventos y reflexiones de todo tipo. La revista de feria es un magnífico instrumento que informa acerca de los festejos que se van a celebrar y también de algunas inquietudes de vecinos y vecinas y de historia del pueblo. Es por eso que la contradicción no existe. La seriedad y lo lúdico se mezclan y complementan como aspectos esenciales de la propia vida. Procesión y vaquillas forman parte de nuestro patrimonio sin mostrar ningún rasgo de incompatibilidad. Cada cual en su sitio.

    El patrimonio cultural es un conjunto de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores para ser transmitidos de una época a otra, o de una generación a las siguientes.

    En línea con el libro de Antonio Merino Patrimonio perdido de Los Pedroches (Noviembre, 2023), se trata de recoger aquí patrimonio mojino impregnado de “memoria y olvido” para que su recuerdo nos anime a conservar lo que nos queda y recuperar aquello que se pueda. Estas líneas intentan aumentar la sensibilidad social de vecinos, asociaciones e instituciones locales por nuestra herencia cultural. Un pueblo sin raíces no es pueblo. Conocerlas y conservarlas no es una moda, es una obligación moral ya sean edificios, documentos, costumbres o naturaleza.

    La relación de patrimonio cultural mojino perdido es, por desgracia, terriblemente extensa. Creo que no somos conscientes del enorme capital perdido. Parece mentira que un pueblo tan pequeño haya perdido tanto, pero así es.

    Es evidente que todas las pérdidas no son igual de importantes. Veamos algunas. El orden de aparición es totalmente aleatorio:

1.- Durante la Guerra Civil se perdieron siglos de historia contenidos en los archivos de la Parroquia de San Andrés, así como los altares, ropajes, objetos religiosos y todas sus imágenes. El edificio parroquial (siglo XV-XVI), de origen gótico-mudéjar, quedó seriamente dañado. Nunca se apoyaron con decisión ni recursos económicos los débiles intentos de su reconstrucción. La Casa Rectoral, a su izquierda, mirando desde poniente, también sufrió los efectos de la aviación. En la década de los sesenta del pasado siglo se derribaron los restos que quedaban para construir en el mismo solar la nueva sede parroquial. No renuncio a una reconstrucción virtual del templo.

2.- El abrevadero o “pilar” estaba situado en la actual calle Maestro Miguel López, frente a la casa de “Manolo, el del butano”. El ilustre historiador Pascual Madoz, en su obra Diccionario Geográfico, Estadístico- Histórico de España, editado en Madrid en 1845 recoge que “del sobrante de agua de la fuente del Moreno sale una cañería que va a derramar a un pilar que fue construido en 1803 y abastece a todos los ganados; se bebe nada más que la de la primitiva fuente porque a causa de otras aguas que recoge la atajea[1] en su trayecto hasta el pilar, se hacen desagradables”. El 31 de octubre de 1968, siendo alcalde Rafael Muriel, el pleno acordó “suprimir el abrevadero público existente en la, entonces, calle José Antonio, teniendo en cuenta el peligro que supone para las personas su actual emplazamiento y que se construya en el lugar que se considere más conveniente”. El pilar se quitó de allí pero no se reconstruyó en ningún otro sitio. Aún hoy podemos apreciar su visible silueta. Con un dron sería una buena foto.

3.- Cines.- A lo largo de mi vida en el pueblo he tenido la suerte de conocer cinco locales: El primero, en mi niñez, 1956-1962, era cine de invierno y sala de espectáculos (teatro, zarzuelas…) y estaba en el solar que ocupa hoy la cerrada “Fonda Nueva”, en el cruce. Dionisio y su señora Paz eran los dueños y Francisco Rodríguez Ventura, dueño del bar El Control junto a Lucía, el maquinista. Había un espacio especial para los niños que llamaban “el gallinero”. En verano cambiábamos de local y veíamos las películas en una especie de corralón grande, carretera de El Viso, a la derecha, cerca del cruce, por encima del actual edificio que ocupa el Patronato Municipal Alcavise, antigua casa de la familia Cruzado. Recuerdo que con 15-16 años, 1966-67, hubo un cine en el antiguo “callejón del abogado”, hoy travesía de San Isidro a Ramón y Cajal. Aún se puede ver desde la calle, 2024, la pared de la casetilla que albergaba la máquina. El suelo era muy irregular y lleno de hierbajos y matojos. Con 18-20 años, iniciada la década de los 70, hubo un cine de invierno al final de la calle Córdoba. Las filas estaban formadas por sillas de enea unidas, por detrás, mediante unos tablones alargados. En verano, próximo al cruce, junto a lo que fue el bar “La Aparcería” y los números 18 y 19 de la Plaza de Andalucía, hubo un nuevo local. Lo llevaba don Casimiro, médico de Pozoblanco. La “Anita de Cascales” regentaba un quiosco de chucherías, al lado, en la parcela del cuartel. Más recientemente, en algunos veranos, se han visto películas en la explanada de la Ermita del Santo, [San Sebastián].

4.- En el exterior de la Ermita de San Andrés, parroquia hasta 1966, a la derecha de su fachada, desde su inauguración en la década de los cuarenta del siglo pasado hubo una cruz metálica –seguramente de hierro. Estaba incrustada en un cilindro vertical a modo de columna y ese cilindro vertical se apoyaba en una plataforma – también cilíndrica de mayor radio y de unos 20–30 cm de altura. Hay planos en los archivos de Regiones Devastadas. Todo el conjunto desapareció misteriosamente en fechas posteriores a la inauguración del nuevo templo parroquial en 1966, posiblemente sobre 1967 – 68. "Misteriosamente" esta cruz apareció en "El Santo", junto a la ermita de San Sebastián. Después, nunca más se supo.

5.- El grupo escolar “José Ventura construido por Regiones Devastadas después de la Guerra Civil no era una joya arquitectónica pero fue un edificio con personalidad y un peculiar estilo. Existen fotos y planos con todo lujo de detalles. Su fachada y laterales, debió de haberse conservado. Se derrumbó por completo y en su solar se construyó la Residencia “Antonio Mansilla”, cuyo edificio principal data de 1994.

6.- Quioscos en el centro de la plaza he conocido dos. Hoy debido a sucesivas remodelaciones no existe ninguno. Particular interés tenía el que ocupaba la plaza en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo: De forma hexagonal regular, su planta baja estaba dedicado a cantina en las ferias de mayo y de septiembre. El primer piso, a modo de azotea, servía de plataforma a la banda de música. Junto al quiosco estaba la pista de baile, también perdida.

7.- En el Archivo Municipal de Alcaracejos las actas que recogen las sesiones del Ayuntamiento se interrumpen el 7 de febrero de 1936 para reiniciarse, como Consejo Municipal[2], el 16 de noviembre de 1938. Es decir, se perdieron, o se quemaron o se escondieron unos 32 meses de documentos cruciales para la historia del pueblo.

8.- En la parte sur de la plaza y en la actual calle Real, frente a la casa de Ani “la peluquera”, existían dos casetillas públicas [grifos] para dar agua potable al pueblo. En “La Cañá” había un depósito de agua potable que creo que venía de la Garganta, zona de El Horcajo, en Ciudad Real. Las dos casetas y el depósito se perdieron. Hay fotos.

9.- Basta echar un vistazo al programa de feria de 1953 para comprobar cuanto se ha perdido. Especial interés tenían para el pueblo las carpinterías de Vidal Fernández, en la calle Jesús, y de Eutiquiano en la calle Mártires, ahora Antonio López. También Antonio García figuraba como “Taller de Ebanistería y Construcción de carros” en la calle José Ventura. Aparte del sugerente olor a madera trabajada y el enorme servicio que prestaban, cada una disponía de abundantes y características herramientas. Lo mismo podemos decir de las fraguas de Celedonio y Juan, en la carretera de Córdoba, frente al bar-tienda que montó Peralbo y de otra que estaba en el actual solar del bar La Fragua – Casa Eladio, en la plaza. En 1953 el pueblo contaba con dos fábricas de aceite: “La Germinal” de Alfredo Moreno en la calle Sol,7 y la de “San Rafael” en la calle José Ventura, 37 a nombre de Ángel Moreno y Rafael Muriel, solar compartido hoy por el Hostal las Tres Jotas y Electrodomésticos IDEA. Aparte en la finca “La Modesta” funcionaba un molino de aceite a nombre de Francisco Gómez Ayala. No podemos olvidar los talleres de zapatería de Arsenio López Ruiz y Vicente Muñoz Conde, ambos en la calle Calvo Sotelo. Ceferino Campano fabricaba jabón en la calle Jesús, 8; Celedonio González, cantero, hacía finos trabajos en piedra de granito y las panaderías de los hermanos Valverde y de “San José” de Joaquín Suárez elaboraban exquisitos panes y cocían los dulces caseros que el personal amasaba en sus propias casas mientras que José Ruiz Dueñas molturaba toda clase de piensos para ganados. ¿A dónde fueron a parar tantas herramientas, tanto papel de facturas y encargos, algunos dibujos o algunas fotos? Es evidente que todo no se puede conservar, pero también lo es que hemos perdido mucho. Es una pena que con todo ese excelente material no exista en el pueblo un Museo Etnográfico al que se hubieran podido añadir útiles y máquinas de agricultura. En este sentido echo en falta alguna iniciativa municipal. Nunca es tarde.

10.- ¿Qué podemos decir de nuestro patrimonio minero? La deuda con nuestro pasado aquí es enorme. Solamente el complejo de Demetrio hubiera dado, por sí solo, para un singular museo[3]. Supongo que al ser las minas de iniciativa muy privada, al terminar la explotación lo desmantelaron todo y se lo llevaron o lo vendieron. Queda algún castillete metálico, algunos vacíes[4] que se aprecian a simple vista, algunas construcciones que aguantan y supongo que puestos a buscar, saldrán fotos y documentos. El monumento que está junto al edificio de la Mancomunidad para recordar nuestro pasado minero resulta claramente insuficiente. Hemos desperdiciado demasiado. Quizás la unión con Villanueva del Duque, en este terreno, diera una recuperación de patrimonio algo más productiva.

11.- Pósito.- El ilustre historiador Pascual Madoz, en su obra Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico de España, editado en Madrid en 1845 recoge que Alcaracejos tiene un Pósito sin fondo en metálico y muy poco en especie, fundado en 1563 y reedificado en 1785 por haberse hundido. Por otro lado hemos encontrado que el edificio del Pósito formaba una manzana en medio de la plaza, almacenando en sus paneras completas unas 1.200 fanegas de trigo. En la sesión del 28 de agosto de 1921 y tras informe presentado por los peritos Martín Santos Ruiz y Rafael Pérez Caballero como resultado del reconocimiento hecho al local del Pósito, se acuerda por unanimidad que “en vista de considerarse inútil el local que fue Escuela de Niñas, antiguo Pósito público sito en la Plaza de esta villa, bien propio de este Ayuntamiento, por encontrarse en tan mal estado que se hace muy difícil su reparación, pues en caso de llevarse a cabo costaría una suma superior al valor del actual edificio, se decide proceder a un derribo total, quedando el solar que ocupa, por estar situado en el centro de la Plaza del Ayuntamiento, para ensanche de la misma y destinado a vía pública, por estimarse este ensanche de suma conveniencia para ornato e higiene de esta población”.

12.- El Calvario, aparte de Agrupación Musical en Alcaracejos, es el conjunto de un olivo plantado sobre una construcción paralelepipédica construida a base de piedras. Está en la salida del pueblo, carretera de Alcaracejos a El Viso, a la izquierda, N-502. No es un elemento perdido pero está a punto de perderse. Por su historia en el pueblo y en la comarca, requiere una reparación y un mantenimiento para su conservación. Está construido en solar de propiedad privada y se interpreta como el Monte Gólgota. Todo indica que sea una construcción de influencia franciscana, muy presentes en la Comarca de los Pedroches en tiempos pasados.

13.- A la relación de pérdidas hay que añadir la imagen original de la Virgen de Guía, desaparecida en la última guerra civil española (1936-1939), estando en la parroquia de Hinojosa del Duque[5]. De la imagen perdida, sabemos por testigos de la época, que representaba a Nuestra Señora de Guía sentada con el Niño en sus brazos, hueca en su interior, y fabricada en bronce. Otras fuentes afirman que era de plata[6], de altura similar a la actual -es decir unos 24 cm- con unas hendiduras en la parte posterior[7] y de iconografía similar a las vírgenes castellanoleonesas de los siglos XII y XIII. Desde 1936 a 1941, guerra y postguerra, la Hermandad permanecerá eclipsada, se perderán Actas y Reglamento, así como gran parte de sus escasas pertenencias (estandartes, andas, bastones de mando, etc…). En este apartado se han incluido datos facilitados por Jorge González Navarrete.

14.- Para ser patrimonio que nos identifique, y que hay que proteger, no es necesario que se trate de un gran edificio ni un espectacular monumento. En este apartado incluimos a muchas fachadas de casas de Alcaracejos y paredes de su término que forman parte de nuestro ADN cultural local y comarcal. Repito, no son monumentos fantásticos ni están hechos por grandes arquitectos ni escultores. Pertenecen a familias de todas las clases sociales y se pueden encuadrar dentro de la llamada arquitectura popular. Son casas de un par de plantas con dinteles sencillos de granito en puertas, ventanas y balcones. A veces se acompañan de un arco de ladrillo en los denominados portones, con frecuencia llamada puerta falsa. Ejemplo paradigmático era la fachada de la casa, ya derruida, en la Plaza de la Iglesia, 2, ejemplar único del pueblo con siete elementos. Me consta que el derribo ha sido legal y disfrutaba de todos los permisos, pero se me encendió uno de mis pilotos rojos: Es necesario proteger más y mejor a esa arquitectura popular. No disponemos de mucho patrimonio y es necesario afinar bastante más en un nuevo PGOU o desarrollar nuevas normas subsidiarias que amplíen la protección de un patrimonio que es de todos.

            Esta relación podría prolongarse con más patrimonio entre perdido, deslocalizado u olvidado. Así podemos citar el Pozo del Cerrillo, la Fuente Nueva, Procesión de Santa Bárbara, Eras para aventar el grano, archivo del antiguo Cuartel de la Guardia Civil, archivo de la Cámara Agraria, el Día del árbol, Feria de Ganado, etc, etc.

    Antonio Merino recoge que “tanta pérdida en monumentos o edificios puede deberse a la acción de los agentes naturales, como terremotos o incendios, pero en la mayoría de las ocasiones la culpa es de la propia actuación del hombre, sea por acción, desidia o abandono”. En otras ocasiones, sigue diciendo, “la pérdida de patrimonio histórico se debe al desprecio hacia las propias antigüedades artísticas y a la ignorancia de su valor simbólico y material”. Gaya Nuño, experto en patrimonio español desaparecido, lo denomina “destrucción pacífica”, producto de la indiferencia e insensibilidad hacia nuestro pasado. Las guerras, procederes políticos decisivos o, simplemente el negocio inmobiliario han sido motores de destrucción patrimonial. Paradójicamente, en ocasiones, han sido devoradores de patrimonio personas que tenían la responsabilidad de custodiarlo. Evidentemente el paso del tiempo siempre juega en contra de la conservación. Por eso ante tanto posible agente destructor son necesarias políticas eficaces y transparentes de protección. Todos los mojinos tenemos en la cabeza ejemplos claros de recuperación /conservación de patrimonio como es el Silo convertido en Centro Termal, la Ermita de San Andrés transformada en salón de servicios múltiples, la Casa cuartel de la Guardia Civil al menos mantenida, la portada de la antigua iglesia parroquial del siglo XV-XVI, el Museo de la Matanza con las esencias de esta tradición, una decena de dinteles repartidos por el pueblo, el chimeneón, algunas fachadas, etc.

    Sobre el patrimonio inmaterial, sabemos que algunas costumbres y tradiciones van cambiando con las personas y con el progreso y son difíciles de mantener, por eso deben de recogerse en museos, textos e imágenes (fotos, grabados, ilustraciones, pinturas, etc...). Siempre será importante, y seguramente curioso, saber cómo nos comportábamos, cómo éramos. Destaca aquí lo valiosa que resulta la presencia de cronistas, eruditos, artesanos y artistas en un pueblo y de los archivos municipales o de asociaciones públicas y privadas. Evidentemente, también, los fondos documentales de las instituciones religiosas. Conservar el patrimonio es una incuestionable responsabilidad colectiva.

Restos de la Iglesia Parroquial siglo XV-XVI, bombardeada en la Guerra Civil






Caseta de dar agua en Pozoblanco. Como esta
había dos en Alcaracejos en los años 50 -60 del siglo pasado.

Cruz de hierro y granito. Exterior ermita de San Andrés


Calvario, medio derruido. Somos varios los mojinos
que clamamos por su reconstrucción.


Quiosko en la plaza, perdido. Fuente, trasladada.


Cruz del exterior de la ermita de San Andrés apareció en "El Santo".
Luego se perdió su rastro. (Gentileza de Miguel López Rísquez)

Nota: Este artículo y la mayor parte de las fotografías se publicaron en la Revista de Feria 2024.



[1] Conducto, canalón, conducción sumidero, colector…..

[2] El Gobierno de Largo Caballero, a principios de 1937, creó por decreto los Consejos Municipales para sustituir a los ayuntamientos. Fue una nueva articulación del poder local en la retaguardia republicana. Ver Quirosa – Cheyrouce y Muñoz, R., Los Consejos Municipales, HAOL, núm 4 (primavera 2004) 115-126. ISSN 1696 – 2060. Al llegar los sublevados al poder, marzo 1939, sustituyeron, inicialmente, este Consejo Municipal por una Comisión Gestora.

[3] Además de instalaciones y documentos de Cantos Blancos, Mina Claudio, Grupo Minero Los Almadenes (El Chaparro Barrenado), etc…

[4] Amontonamiento de tierra y rocas sacadas del interior de la corteza terrestre. Realmente un pozo de mina es un vaciado de materiales que pertenecen a la corteza de la Tierra.

[5] Se cree que un cofrade de Hinojosa del Duque la escondió, junto con otras piezas, en un encinar. Por desgracia, parece que el cofrade falleció. Nunca más se supo.

[6] Algunos testimonios orales recogidos aseguran que de plata era tan solo la hornacina que la contenía.

[7] Supuestamente donde se encontrarían unas argollas para poder pasar por estas las riendas del caballo. Aunque esto no está comprobado.

 


martes, 6 de agosto de 2024

Corneanas: curiosas rocas en Alcaracejos

 

Corneana, roca.

        Tarde del mes de julio del 2024, 21 horas, 33º de temperatura. Estamos en el cruce del Camino de la Magdalena con el de la Pajarera. Vamos hacia Alcaracejos. A la izquierda queda la huerta de Germán Santos que hoy la disfrutan sus herederos. Hemos pasado por ahí cientos de veces durante decenas de años. Apoyada en la vieja, y espectacular, pared una piedra casi circular me llama poderosamente la atención. Es un ejemplar único en esa tapia de media altura. No detecto ninguna más de su familia. Es de color grisáceo, con tonos de azul y algunas zonas irregulares tintadas de marrón. Es muy pesada. Al golpearla con otra piedra tiene un sonido muy metálico que puede recordar a una campana. Su forma es la de un casquete esférico incompleto, a modo de cabeza de una chincheta gigante. Desde arriba, en su cara curva, se ven unos círculos concéntricos que van descendiendo hacia el exterior. Se apoya en una cara plana bastante lisa. Le falta un trozo para completar la forma de un círculo bastante perfecto vista desde arriba.

Mi primera impresión me recordó a un molde, a material minero que pudiera proceder de una fundición. No tengo ni idea de lo que puede ser, pero la asocio con algo artificial, algo que procede de la mano del hombre.

Vuelvo al siguiente día con lápiz y papel, un metro y el móvil para echar unas fotos.

Longitud cara rota à 39’5 cm

Desde centro parte rota al extremo, mayor que un radio à 29’5 cm.

Radio à unos 20-22 cm, aproximadamente.

Parte central rota tiene una anchura de 8 cm.

Parte derecha, disminuye anchura uniformemente à 7 cm à 5’2 cm…..

Parte izquierda, disminuye anchura uniformemente à 7’7 cm à 4 cm….

Envio fotos a Miguel López Rísquez, amigo con el que comparto algunas historias. En una hora me contesta y me dice que no me entusiasme mucho, que son piedras o pizarras bastante comunes en la parte de La Cumbre y si está en una pared, la forma puede ser caprichosa para poder acomodarla en un lugar concreto.  Alego algunas particularidades de la piedra, pero ante esa respuesta le digo que consultaré con un amigo geólogo.

Juan José Rodríguez me comenta que también las conoce. Las ha visto por la zona de la antigua estación de ferrocarril de El Soldado, que es por donde termina el granito y aparece la pizarra. “Sonido metálico, pesan mucho, aspecto de pizarra y tienen parecido con algún mineral de hierro”, son sus comentarios literales.

Antonio Mª Cabrera Calero (Pozoblanco, 1969), profesor de secundaria y licenciado en Ciencias, Geología, por la Universidad de Granada me indica que “estas rocas son efectivamente muy curiosas por el sonido metálico o de campana que tienen al golpearlas. Es una roca natural. No tiene relación con el ser humano ni con la metalurgia. Son corneanas que aparecen junto al límite del granito, resultado del calentamiento de las areniscas del culm (carbonífero) en contacto con el magma del granito. Quedan unas rocas negras, superduras y compactas. Las líneas concéntricas son las originales de la arenisca. La forma esférica es accidental, fruto de la erosión en forma de bolos”.

Las fotos completan esta pequeña historia de un Alcaracejos ligado a la Naturaleza por sus cuatro costados.

Tamaño comparado de la roca


Corneana, vista por su haz


Corneana, vista por su envés.




Grosor y superficie de la fractura

domingo, 14 de julio de 2024

“Alcaracejos, una historia de ocho siglos”, acto de presentación

 

Museo de la Matanza: Jaime A. Muriel, Sebastián Muriel y público asistente.

El pasado 12 de julio, viernes, a las nueve y media de la tarde tuvo lugar en el patio del Museo de la Matanza la presentación del libro “Alcaracejos, una historia de ocho siglos”, del que es autor, un servidor, Sebastián Muriel Gomar. El acto estuvo organizado por el Excmo. Ayuntamiento de Alcaracejos, depositario legal de los derechos de la obra. En el citado patio ocupa posición de privilegio la escultura Homenaje a la mujer mojina, obra de la también mojina María Isabel Puerto Fernández, inaugurada en el 2018. Paradójicamente, en el Museo de la Matanza acudimos a la celebración de un nacimiento.

El libro maquetado e impreso por la Excma. Diputación de Córdoba ha contado con la colaboración especial de José Luis Blasco Chaves[1], responsable de la estructuración, revisión y corrección. También es autor del prólogo. La portada recoge una composición realizada en el interior del Centro de Interpretación de las Siete Villas, en Pedroche. En ella se aprecia, aparte de una frase histórica sobre las citadas villas, el interior de la ermita de Nuestra Señora de Piedras Santas y el banco que corresponde a los representantes del concejo de Alcaracejos.

La obra, como ya se ha indicado en la entrada anterior consta de 360 páginas divididas en seis capítulos, ordenados cronológicamente, excepto el último que tiene un poco de todo y rompe el orden. Varios cuadernillos de imágenes están intercalados con el texto, más varias decenas de tablas e ilustraciones. 469 notas al pie dan certeras e innumerables pistas sobre los documentos manejados.

Abrió el acto Beatriz Ceballos López, Concejala de Educación, Cultura e Igualdad para decir que este acto está encuadrado en las actividades de pre-feria. Celebró la presentación del libro, dio la bienvenida a los presentes y disculpó la ausencia de José Luis Blasco, presentador anunciado, por imperativos de salud. Aprovechó el momento para enviarle un abrazo y nuestros mejores deseos de recuperación. A continuación presentó a Jaime A. Muriel Redondo, hijo de Sebastián, investigador y doctor en Biología, que actuaría como sustituto de José Luis.

Comenzó Jaime aportando datos significativos sobre la biografía del autor, los cuales se pueden encontrar en la contraportada de la obra. El acto, a partir de ese momento tomó el formato de entrevista. Simultáneamente se proyectaban, con texto al pie, las fotos contenidas en el libro.

1.- ¿Cómo y de dónde surgió la idea de hacer esta obra?

En el 2014 murió mi padre, Claudio Muriel. En la revisión de sus muchos papeles aparecieron frecuentes anotaciones sobre diferentes aspectos del pueblo: fiestas, costumbres, lugares, vecinos, etc… Creo que esa fue la semilla. En el año 2015 decidí abrir el blog alcaracejospuntocom, lo que supuso una nueva etapa, un nuevo paso, con 32 entradas publicadas ese año. El blog fue creciendo poco a poco y hoy recibe visitas de todo el mundo. Cada día me sorprendía encontrando facetas de Alcaracejos que desconocía por completo. En el 2018 mostré a Cati Ferrer el primer borrador de esta obra, siendo mi primera revisora y correctora. Fue ella quién me ayudó a solventar mis dudas iniciales y a consolidar un esqueleto del proyecto. En el 2023, con algunos parones, finalicé el trabajo con el generoso refuerzo del periodista, y amigo tardio, José Luis Blasco Chaves. Sin Cati y sin José Luis esta obra no hubiera visto la luz o lo hubiera hecho con peor calidad, aparte, claro está, del apoyo incondicional y constante de mi familia que siempre estuvo ahí.

2.- ¿Cómo definirías esta historia de ocho siglos? Claramente es una recopilación, no es una novela ni se trata de una historia. Son decenas de fotos fijas de Alcaracejos, páginas que describen al pueblo a lo largo de ocho siglos …. Es por eso que se puede leer a saltos porque no hay una continuidad en lo escrito. Se ha respetado la cronología pero al ser autores diferentes en épocas diferentes, cada uno se fija en lo que cree oportuno. Lo recogido por cada autor es una obra completa en sí misma y corresponde con los datos que sobre Alcaracejos conocía ese autor en esa fecha.

Es recopilación fundamentalmente, pero también es síntesis de algunas obras. Labor ardua y costosa la de sintetizar. Podemos decir que ante voluminosos estudios de la Comarca de los Pedroches o de las Siete Villas, he actuado de filtro, quedándome solo con citas hilvanadas sobre Alcaracejos.

En mi opinión estamos ante una obra de consulta llena de pistas. Es un trabajo que abre caminos y recoge mucho de lo publicado sobre el perfil de la villa de Alcaracejos. La mayor parte de lo recopilado son visiones globales, más o menos cercanas.

3.- ¿Hay alguna intención especial en este libro?

Sí, claro. En mi opinión, los autores tienen siempre alguna intención sea subliminal o explícita. En este caso concreto creo que se detectan varias.

La primera va sobre Alcaracejos, el cual aparece casi siempre ligado a la excepcional Comarca de los Pedroches o a la singular Comunidad de las Siete Villas. De alguna forma quería mostrar que Alcaracejos tiene una identidad propia, un recorrido, unos personajes, unos edificios y unos hechos que lo caracterizan. Aparte de querer situar Alcaracejos algo mejor en el mapa de la historia local, en mi opinión, la más fiable.

Otra de mis intenciones con esta obra es homenajear a las fuentes de información pues cuando refiero un dato intento hacerlo con todo lujo de detalles. Digamos que he sido poco celoso de la oscuridad de mis fuentes y he tratado de dar todas las pistas disponibles, sin ambigüedades de ningún tipo y con caminos certeros para llegar al dato en cuestión. Con esta actitud quiero facilitar los recorridos a futuros investigadores para que no pierdan el tiempo buscando lo ya encontrado por otros, sino que vayan al grano y así su tiempo será más fructífero. Puedo asegurar que he intentado hacer un Alcaracejos más accesible. El tiempo dirá si lo he conseguido. Mi intención siempre fue desnudar Alcaracejos para que todos y todas puedan conocerlo.

También quisiera destacar el valor de la curiosidad, curiosidad de niño, curiosidad eterna, curiosidad como motor, como disfrute razonable del esfuerzo cuando se encuentra algo, curiosidad sin fronteras, curiosidad implacable ante el misterio y el buscar, curiosidad generosa que comparte lo hallado para contagiar a los lectores …..

Entiendo que mi primitiva curiosidad por las ciencias durante una buena parte de mi vida ahora, tras jubilarme, la he desviado hacia las Humanidades. Siempre la tuve hacia ellas. Quizás ahora se ha acentuado algo más, pero es la misma curiosidad híbrida. Son ganas de saber, de aprender, de responder al por qué, al dónde, al quién o al cuándo. De alguna forma me siento como un alumno que nunca entendió demasiado bien la diferenciación entre Ciencias y Letras.

Otro aspecto destacable es poner de manifiesto la importancia del soporte papel. A lo largo de mi vida he conocido los discos de pizarra, los de vinilo, las cintas de cassette, los CDs, luego los pen y por último la nube. La tecnología nos ha llevado con rapidez por caminos insospechados. Curiosamente el papel siempre estuvo y ha sido soporte seguro de información durante miles de años. Los papiros egipcios datan de hace 5000 años. Hoy día el papel sigue siendo un soporte duradero y eficaz. Digamos que prefiero la modalidad libro frente al modo blog. Con el libro me siento más libre. En el blog dependo de Google, de internet, de un dispositivo y de la electricidad.

Las fuentes de información y la curiosidad han sido pilares esenciales de esta obra y por supuesto, mi afecto por el pueblo. El papel es el noble soporte elegido y la imprenta nos remonta a Gutemberg. Ambos nos introducen en el laberinto de la historia.

4.- ¿Algún aspecto que te haya sorprendido?

Podría comentar varios. Sin citarlos en orden de importancia me ha llamado mucho la atención la cantidad y variedad de autores que han escrito sobre Alcaracejos. Realmente sorprende que un pueblo tan pequeño haya sido tan citado. Muchos de los eruditos de todos los siglos han estado marcados por una gran curiosidad y bastante rigor. Seguramente la mayor parte de ellos no visitaron el pueblo y hablaban de oidas, pero solían estar bien informados de peculiaridades que les contaban cronistas locales, maestros, alcaldes, etc... pero ahí están sus páginas para disfrute y conocimiento nuestro.

Otra sorpresa digna de destacar es la joya del Archivo Municipal de Alcaracejos. Invito a visitarlo y a conocer sus documentos. Es impresionante la cantidad de información que almacena. Nunca pensé que tenía tanto a pesar de que algunos documentos se han perdido. Además todo está perfectamente ordenado y clasificado gracias al trabajo de José Antonio Rodríguez Franco, siendo alcalde Luciano Cabrera. Ahora solo falta que toda esa documentación digitalizada por Víctor Merchán se pueda consultar por internet. Es una asignatura pendiente.

5.- ¿Podrías destacar algún detalle de cada capítulo?

Es difícil pues los capítulos son amplios y tratan infinidad de aspectos, pero….a ver…..

Del capítulo uno sacaría el año de 1272 por ser esa la fecha del primer documento que habla de “los cacarejos” ¿Alcaracejos? También sorprende la acepción de mojino como habitante fronterizo entre el Condado de Belalcázar, el señorío de Santa Eufemia y los límites de las Siete Villas.

Del capítulo dos extraería la fecha de 1488, año determinante para la independencia de Alcaracejos de Torremilano.

Del tercero, 1752 y el Catastro de Ensenada, magnífico documento, auténtica radiografía de Alcaracejos con datos muy relevantes.

Del cuarto, me quedo con lo acaecido el 24 de mayo de 1898. Nos encontramos con un Alcaracejos beligerante con la injusticia. Hubo una huelga minera por la escasez de pan y por la dignidad en el trabajo. Son unas páginas de especial interés por los legítimos deseos de mejora de unos mineros y de sus familias. La crónica de Ventura [José] en el Diario Córdoba no tiene desperdicio.

El capítulo quinto me conduce a un corazón partio pues están unos interesantes apuntes, de 1946, de mi madre sobre el pueblo, única mujer que escribe sobre él; un fantástico reportaje, 1992, de Francisco Solano Márquez, maestro de periodistas y un relato final, muy documentado, de cinco fechas clave para el pueblo y para la Historia de España: 1923, 1931, 1936, 1939 y 1979.

En el capítulo sexto me quedo, sin dudar con la conexión de Alcaracejos con el municipio madrileño de Loeches. Aconsejo su atenta lectura aunque puede resultar de cierta dificultad establecer los parentescos. También lo están los demás componentes de las Siete Villas.

6.- El libro termina con una página de agradecimientos ¿Algún comentario en especial?

Todos los agradecimientos son especiales.

Qué duda cabe a toda mi familia, especialmente a Elvira madre, Elvira hija (no ha podido estar aquí) y a ti, Jaime, que además has tenido que hacer un esfuerzo extra en esta precipitada presentación.

A la Corporación Municipal de Alcaracejos, organizadora de este acto, por hacer suya una iniciativa muy personal mía y también al Servicio de Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial. Me consta su buen hacer y su exquisita profesionalidad para que esta obra vea la luz. Tengo que citar expresamente a Pedro Lucena y a Álvaro Pérez.

Dejo para el final mi eterna gratitud a Cati Ferrer y a José Luis Blasco, mojina y cuervo, ejemplos singulares de pájaros luchadores por la vida y por la cultura. Cati me ayudó a echar buenos cimientos y José Luis remató con un magnífico tejado.

Gracias a todos y a todas por haber preguntado o manifestado vuestra opinión: habéis enriquecido la tarde para disfrute de todos. Gracias a todos los que estáis aquí por haber decidido acompañarme en un día tan especial para mí. Gracias a todos de corazón por colaborar en un Alcaracejos más profundo y más grande.

Beatriz Ceballos, Concejala de Cultura, abre el acto.

Jaime A. Muriel, inicia la presentación

Un momento de la entrevista / presentación

Mesa y público asistente.

José Luis Cabrera, alcalde de Alcaracejos, cierra el acto

Sebastián Muriel firma algunos ejemplares.

Fotografías de Juan Manuel García Medina. Muchas gracias por tu colaboración.


 

 



[1] Periodista, natural de Villanueva del Duque. Autor de “El Vocaburlario”, Premio Solienses 2024 y miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. El próximo 8 de agosto presentará en el patio de la Antigua Molina, Villanueva del Duque, a las 21 horas, su nuevo libro “La lumbre de la memoria” en el que traza la semblanza de más de una veintena de personajes villaduqueños.

jueves, 11 de julio de 2024

Alcaracejos, una historia de ocho siglos

 


            “Alcaracejos, una historia de ocho siglos” es el resultado de cinco años de investigación, aunque la semilla se plantó algunos años antes.

Tras la introducción y el prólogo, la obra está estructurada en seis capítulos:

Cap I: El origen del nombre de Alcaracejos.

Cap II: Alcaracejos en documentos del siglo XIII al XVI.

Cap III: Alcaracejos en documentos del siglo XVII al XVIII.

Cap IV: Alcaracejos en documentos del siglo XIX, con trece contribuciones.

Cap V: El siglo XX es el que más aportaciones incluye. Totaliza más de veinticuatro autores.

Cap VI: El broche final lo conforman diferentes y variados apartados: 1.- A modo de conclusiones. 2.- ¿Qué tiene que ver Loeches con Alcaracejos? 3.-- Evolución del nombre de algunas calles. 4.- Pequeño diccionarioD con términos incluidos en la obra. 5.- Publicaciones de autores mojinos. 6- Otros documentos de interés (básicamente pregones). 7– Alcaracejos en la red. 8– Agradecimientos.

El libro consta de 360 páginas. 24 de ellas son imágenes situadas en tres bloques distribuidos regularmente a lo largo del libro. También se incluyen decenas de tablas e ilustraciones intercaladas en el texto, las cuales totalizan 150. 469 notas al pie dan innumerables pistas sobre los documentos manejados. En ese sentido he querido dejar muy claras las fuentes donde poder encontrar información sobre Alcaracejos.

A lo largo de estos años he buscado en archivos, bibliotecas, internet, libros, etc… y me ha sorprendido la cantidad de información encontrada sobre un pueblo que nunca fue demasiado importante pero que tiene muchas particularidades por contar. A la vista de los documentos manejados podemos afirmar que Alcaracejos existe tanto en la historia de España como en la de Andalucía o en la de la provincia y por supuesto en las Siete Villas y en la Comarca. Cada autor insiste en aquellos aspectos que le resultan de mayor interés, sean las tradiciones, la población, la economía o determinados edificios.

Esta obra, ordenada cronológicamente, no es una narración. Estamos ante una recopilación. Cada uno de sus capítulos y los apartados dentro de cada capítulo tienen entidad propia, son textos independientes, aunque a veces los autores repiten algunos contenidos.

En mi opinión, el resultado es una obra de consulta llena de pistas, un trabajo que abre caminos y recoge mucho de lo publicado sobre el perfil de la villa de Alcaracejos. La mayor parte de lo recopilado son visiones globales, unas desde cerca y otras algo más lejanas, unas parciales y otras más completas.

También abundan las síntesis de trabajos, libros, tesis o artículos, más amplios que se refieren a las Siete Villas o a la comarca de Los Pedroches. En ellas Alcaracejos consta de refilón, nunca como asunto central, pero aparece con datos muy concretos.

Tengo que decir que al hojearlo pudiera parecer un tocho y el personal, debido a esa impresión, se aleje de su lectura. No es esa mi opinión. Como cada apartado es independiente del anterior se puede leer el Alcaracejos de 1875 sin haber leído nada de los cuatrocientos años anteriores. Cada fecha es una historia completa, aunque los documentos pegan saltos de fechas y hay periodos por rellenar. Resultaría imposible contar la historia de Alcaracejos año por año.

Quiero insistir en que nadie busque aquí la Virgen de Guía, la historia de las minas, la feria de ganado o la guerra civil. Algo de todo eso hay, pero siempre dentro de una fecha concreta y con la perspectiva del perfil de la villa y no como tema concreto tratado en profundidad. Alcaracejos, una historia de ocho siglos es en resumen, una colección de pistas y datos muy claros sobre el pueblo que se superponen a lo largo del tiempo.

Cada una de las fechas que se relaciona en cada capítulo es una especie de foto fija, textos que se aproximan a la realidad del Alcaracejos de esos años.

Mi labor en esta obra responde más a ser medio entre documentos y lectores. He intentado ser puente más que final de trayecto. He huido –no del todo- de la originalidad para centrarme en lo ya escrito y en su cronología. Mi auténtica labor se ha forjado más en la búsqueda y adecuación que en la creación, aunque a veces lo intento. Fundamentalmente ha sido una tarea compiladora más que de autoría.

Para terminar: el volumen quiere ser un pequeño homenaje a las fuentes de información pues cuando refiero un dato, intento hacerlo con todo lujo de detalles. Digamos que he sido poco celoso de la oscuridad de mis fuentes y he tratado de dar todas las pistas posibles y disponibles, sin ambigüedades de ningún tipo y con caminos seguros y certeros para llegar al dato en cuestión. Con esta actitud quiero facilitar los recorridos a futuros investigadores para que no pierdan el tiempo buscando lo ya buscado por otros, sino que vayan al grano y así su tiempo resultará más fructífero.

También quisiera destacar lo valiosa que es la curiosidad, curiosidad de niño, curiosidad eterna, curiosidad como motor, como disfrute razonable del esfuerzo cuando se encuentra algo, curiosidad sin fronteras, curiosidad implacable ante el misterio y el buscar, curiosidad generosa que comparte lo hallado para contagiar a los lectores.

Sin fuentes y sin curiosidad me hubiera resultado imposible publicar esta obra.

Puedo asegurar que he intentado hacer un Alcaracejos más accesible. El tiempo dirá si lo he conseguido. Mi intención siempre fue desnudar Alcaracejos para que todos y todas puedan llegar a conocerlo mejor.