martes, 19 de diciembre de 2023

Testamento de don Lorenzo de las Infantas

 

Fragmento del testamento de don Lorenzo de las Infantas (ACCC)

               Fue el 25 de abril de 1522, justo 452 años antes de la Revolución de los Claveles en Portugal[1], cuando otorgó testamento[2] en Córdoba ciudad el señor don Lorenzo de las Infantas, 24 de Córdoba e hijo del noble caballero Alonso Ruiz de las Infantas y de la noble dama Doña Aldonza [Fernández] de Córdoba, los cuales eran vecinos de la collación de Santo Domingo. En dicho documento se manda enterrar en la Capilla Mayor de San Francisco de Córdoba, en la sepultura que allí poseían sus antepasados por su mecenazgo. El testamento lo otorga ante el escribano Alonso de Córdoba[3].

               Don Lorenzo, Señor de Campiñuela[4], declara que se casó con la Señora Doña Leonor de Córdoba que recibió de dote 160θ maravedíes, y que ambos compraron el olivar que se dice de Gómez Carrillo, cerca de Córdoba; igual dote dieron a Diego Gutiérrez de los Ríos, su yerno, casado con Doña Aldonza de las Infantas, su hija, ambos ya difuntos a fecha del testamento = Manda que dicha Doña Leonor, su esposa, sea usufructuaria durante su vida de las Casas de su Morada en Santo Domingo, del Cortijo de la Campiñuela y de la herencia de Rabanales y que Alonso Ruiz de las Infantas, su hijo mayor, y los demás hijos e hijas lo tengan a bien; manda pagar maravedíes a el Jurado Moreno, primer Jurado que fue del lugar de los Alcaracejos, lugar de Córdoba; hace mención de la Señora Doña Elvira, curadora que fue de Fernando de las Infantas[5], ¿sobrino? del otorgante, a cuyo favor había hecho una obligación de maravedíes que procedía de la parte de las Azeñas que heredó la susodicha de su Señora Doña Aldonza de Córdoba; …

               El testamento continúa y damos fe de que no hay ninguna relación más con Alcaracejos. A la vista de lo expuesto, lo único que podemos destacar de este documento es que en 1522 Alcaracejos existía y que era conocido como “el lugar de los Alcaracejos”. Sabemos que el tal Don Lorenzo mandó pagar maravedíes al primer jurado de los Alcaracejos, pero aquí no consta la cantidad.

               Si alguien está interesado en el personaje don Lorenzo de las Infantas y en su herencia, también puede acudir al Archivo de Protocolos – Oficio 37 – tomo 3º, fol. 232 a 240, de Córdoba. Puesto en contacto con Mª del Mar Ibáñez, técnica con destino en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba (AHPCO), y gracias a la desinteresada colaboración de Pilar Hernández Iñigo, investigadora y paleógrafa, hemos podido acceder a una versión más detallada[6] del testamento de don Lorenzo de las Infantas. El documento tiene diecisiete páginas y en el folio numerado con el número 235, en el penúltimo párrafo, Pilar ha transcrito lo siguiente: “Y digo que, por cuanto yo soy a cargo, al jurado Moreno, primer jurado que fue en el lugar de los Alcaracejos, lugar de Córdoba, de cuantía de 14.000 maravedís de cierto caso, por ende mando que de mis bienes entreguen a los herederos de dicho jurado Moreno los dichos 14.000 maravedís que le soy a cargo”.

Parte del testamento de don Lorenzo de las Infantas (AHPCO)

               Aparte de confirmar datos ya sabidos, de aquí se puede deducir que el tal jurado Moreno había muerto ya en 1522 y que la herencia no era despreciable: 14.000 maravedís era una considerable suma. Siguen como incógnitas las razones de esa decisión, quiénes serían los herederos del jurado Moreno y si tenían alguna relación con Alcaracejos. También queda por descifrar el periodo en el que Moreno actuó de jurado de la villa. 

    En cualquier caso, podemos afirmar con total certeza, que Alcaracejos en 1522 ya tenía un recorrido en la provincia. Recordar que en 1272 ya aparece en documentos de la Biblioteca de la Catedral de Córdoba.

Nota: Particularmente quiero agradecer la colaboración de Lourdes Pérez Regalado por proporcionarme la identificación del documento en el Archivo del Cabildo de la Catedral de Córdoba y la de Alberto y Lola, trabajadores de dicha entidad, por estar siempre dispuestos a facilitar mi labor.



[1] 25 de abril de 1974.

[2] Archivo del Cabildo de la Catedral de Córdoba (ACCC), Colección Vázquez Venegas nº 035 -23 – 2º Cuaderno de la Casa de Infantas de Córdoba, ff 431-441.

[3] Este escribano figura en la obra “El Archivo de Protocolos de Córdoba: Notas, índices y documentos” cuyo autor es Vicente Flórez de Quiñones y Tomé, notario y archivero de Córdoba. Alonso de Córdoba aparece en el Oficio nº29 con el nº 672, pág 767. Consta como escribano en un volumen de 1528.

[4] La Campiñuela Baja es hoy (2023) una zona comprendida entre el Barrio Naranjo y Rabanales, sede de la Universidad de Córdoba. Desconocemos si la referida Campiñuela coincide con este terreno.

[5] Nada que ver con otro Fernando de las Infantas nacido hacia 1534, músico y teólogo cordobés.

[6] AHPCO_P9013 _ 0468 a 0484.

martes, 5 de diciembre de 2023

Patrimonio perdido en Alcaracejos

 

Portada parroquia de San Andrés. Alcaracejos, 1952

Ha sido la reciente, sabrosa y significativa, publicación de Antonio Merino, editor del blog Solienses, titulada Patrimonio Perdido de Los Pedroches la que me ha animado a publicar esta entrada. He de decir que se lo agradezco, pues ha sido un genuino empujón en pro del patrimonio de todos. La verdad es que llevo años recopilando información sobre la iglesia parroquial de San Andrés de Alcaracejos, bombardeada y destruida en la Guerra Civil. Dicho templo, de estilo gótico-mudéjar, fue construido a finales del siglo XV o principios del XVI.

               En diferentes bibliografías podemos encontrar que del mismo solo se conserva, bastante bien, la portada, en el interior del actual templo; una preciosa campanita de 1569 y hay algunas dudas de que la pila bautismal, que hoy se sigue usando, proceda de aquella primitiva iglesia. Hay restos de columna, en un rincón sur, en el exterior del actual edificio parroquial, y varias piezas talladas en un patio interior de la ruinosa casa-vivienda parroquial, pegada en su lateral sur a la nueva iglesia, que se inauguró el 24 de febrero de 1966 ocupando el mismo solar que la antigua. También, en la Biblioteca Municipal, hay una piedra que pudiera proceder del destruido templo.

               Los abundantes restos sobrantes de la atacada iglesia, la mayoría de piedra de granito, se utilizaron en construir refugios[1] durante la guerra, después de ser bombardeada. Otra importante parte, según testimonio oral de José Caballero González, ex-alcalde, sirvió de material de relleno para formar la base de la actual iglesia y otra parte, no menor, la podemos ver en el zócalo exterior, de 80 – 90 centímetros, que perimetra nuestro presente templo. Creo que podemos afirmar que los materiales que sirvieron para construir la parroquia en los siglos XV-XVI duermen bajo nuestros pies cuando asistimos a alguna función religiosa. Observando el zócalo de granito se distingue con claridad cuando se trata de una “cara de las viejas piedras”, trabajada por la erosión, y cuando tenemos a la vista una cara algo más gris, más nueva, consecuencia de la fractura de sillares, partes que se encajaron en esa especie de pequeña muralla circundante que luego se rellenó. Mi impresión es que en  1966 se hizo una especie de pared, como una cerca vacía. Hecho el recipiente, allí se depositaron todos los materiales que la deconstrucción generó, con el consiguiente ahorro de transporte y material para la empresa constructora. Es fácil observar que la iglesia está construida sobre una plataforma elevada. Se construye por encima de la cota de la calle, por ello necesitamos subir tres escalones y luego un cuarto, más pequeño, para entrar en el templo. Aprovechar materiales de anteriores edificios o civilizaciones ha sido y es una constante histórica en todo el mundo. Alcaracejos no iba a ser una excepción.

               Todo lo anterior resulta de interés, pero no es por ahí por donde quería encaminar estas líneas. El desencadenante del presente texto ha sido la foto que lo encabeza y que podemos calificar de excelente. Dicha foto aparece fragmentada –digitalmente- en la portada del libro de Antonio Merino, citado al principio, y entera en la página 49 del mismo. La foto pertenece al Archivo de la Diputación Provincial de Córdoba. Fondo Rafael Bernier Soldevilla. ADCO. RBS-C2-75.

               En ella podemos apreciar la portada del antiguo edificio parroquial de Alcaracejos en su ubicación original. Se observa la enorme anchura del muro –en esa oquedad, en mi niñez, yo he visto un carro guardado para protegerlo de las inclemencias del tiempo – y se aprecia la presencia de tres personas. La señora que aparece a la izquierda, con singular vestimenta llamativa para ahora, la desconozco. De los dos clérigos situados debajo del arco puedo afirmar, con bastante seguridad, que se trata del señor Obispo Fray Albino[2] y de don Francisco Vigara[3], párroco de Villanueva del Duque durante décadas.

               En mis archivos guardo la siguiente foto, casi idéntica a la primera y supongo que del mismo día, pero con mayor perspectiva, la cual nos permite apreciar la fachada de la antigua parroquia casi por completo. Esta nueva fotografía pertenece también a la colección que Rafael Bernier cedió a la Excma. Diputación Provincial de Córdoba. La imagen demuestra que perdimos mucho con el bombardeo que la aviación nacional –casi seguro- hizo sobre este digno edificio. Sin duda el de mayor valor histórico del municipio de todos los tiempos.

Fachada parroquia de San Andrés. Alcaracejos, 1952

               Y por fin llegamos a esta tercera foto que es la que creo que completa un magnífico trio, pues pone de relieve la relación de autoridades locales con la Iglesia destruida. Imagen más que histórica que recoge, a mi entender, momentos anteriores o posteriores a las dos fotos ya vistas y comentadas, aunque eso no lo podemos afirmar. Desde luego, las ropas de los dos clérigos coinciden y en particular, las prendas que cubren sus cabezas.

Visita de Fray Albino, obispo, a las ruinas de la Parroquia de
San Andrés. Alcaracejos, 1952.

               En mi opinión la figura central de la foto es Fray Albino, con su típica ropa, gafas y singular sombrero de obispo. Hemos comparado la foto con otras de este señor y las coincidencias y parecido son totales. No podemos despreciar a los acompañantes locales, testigos más que significativos de la instantánea.

               La foto puede corresponder a 1952 y el lugar son los restos de la Iglesia bombardeada en Alcaracejos durante la Guerra Civil. Creo que 1938 fue la fecha de aquella bárvara destrucción, pero esa es otra historia. Fijado el lugar, la fecha de la foto la deduzco del libro de Francisco Vigara[4], sacerdote hoy jubilado que ejerció su labor pastoral, principalmente, en Villanueva del Duque. En 2016 don Francisco publicó el título Misterios de la ermita de la Virgen de Guía. En su capítulo seis, afirma que en 1952 Fray Albino fue a visitar a don Antonio Fernández[5], cura párroco de Alcaracejos, que estaba enfermo. Vigara lo cuenta así: “Al ir a coger mi bicicleta, un coche se detuvo junto a mí; no me di cuenta de que era el Sr Obispo. Me sorprendió. Le saludé y me dijo que venía a  visitar a don Antonio, pues se había enterado de su enfermedad; le comenté que venía de verle en ese momento y que no lo veía mejorar, más bien empeorar, según el médico no respondía al tratamiento; me pidió que le acompañara”.

               Volviendo a la foto e identificando personas puedo decir que en efecto Francisco Vigara es el sacerdote que está a la derecha del señor Obispo, vista la foto de frente, con mascota y gafas. A la derecha de don Francisco Vigara hay un señor corpulento con sombrero y cigarro en la mano. Se trata de don Francisco Gómez Ayala, abogado, autoridad local mojina en aquella época, influyente personaje por sus contactos políticos, propietario de un considerable capital y concejal del Ayuntamiento. La persona con gabardina clara, casi de espaldas y con una incipiente calva puede ser Pedro Sánchez López, casado con Ana Rodríguez Rísquez[6] y también concejal en el Ayuntamiento en esos años. El perfil de su cara me lo recuerda bien. Detrás de Pedro Sánchez, por las entradas del pelo y el perfil vislumbrado pudiera ser Arturo Arrabal Hernández, también concejal. Aunque se aprecia con dificultad, por la silueta que se muestra en la foto, la última persona, más pegada a la derecha, y la sociología de la época, podría ser Daniel Sepúlveda, persona emparentada con mi familia. El guardia civil del fondo se parece bastante a “Sánchez”, guardia muy conocido en el pueblo en esas fechas. Tapado y casi de espaldas está un sacerdote bastante alto, con su bonete. Se trata de don Jesús Moreno Roda[7] [8], un cura joven en el pueblo que sustituía/ayudaba en sus labores a don Antonio Fernández, párroco titular, por estar enfermo. Aparece otro guardia civil que bien pudiera ser el brigada que estuviera destinado en el cuartel en esas fechas. Por último, la persona con amplia frente, bigotillo y chaqueteado es don Enrique Fernández Velasco, facultativo de las minas de Cantos Blancos, explotada por el Banco de Bilbao.

               El alcalde tendría que estar por ahí. Es casi imposible que faltara a una visita del señor obispo. Intuyo que está tapado por completo, o bien no pudo asistir, aunque a la derecha de don Francisco Gómez hay una mascota. Desde el 18 de octubre de 1951[9] el alcalde era don Germán Santos Caballero que solía usar mascota en esas fechas, pero por la inclinación de la misma y por su posición – algo retrasada respecto de don Francisco “ el abogado” - pienso que podría tratarse de don José Blas Fernández (cariñosamente, Pepe Plin) que también ocupaba una concejalía.

               Otra posibilidad es que el señor tapado de la mascota pudiera ser el alcalde Germán Santos pues su mano levantada, su dedo índice señalando y la aparente actitud de escucha de los que le rodean pudiera indicar que está intentando explicar alguna cosa.

               El lugar es claro: el interior del templo derruido. Debajo del arco se ve el perfil de la casa que años después sería propiedad y domicilio de Antonio Rubio Ruiz y Elvira Rodríguez que estaba, está, justamente en frente de la Iglesia, aunque hace tiempo que dicha casa dejó de pertenecer a esta familia.

               Desconozco el motivo de porqué visitaron la iglesia derruida. Posiblemente fue su reconstrucción. Lo que si resulta evidente es que las autoridades locales se volcaron. La presencia de don Enrique, directivo de minas, en ese lugar podría indicar que los propietarios de la mina de Cantos Blancos estarían pensando en hacer algo significativo en el solar o con los materiales derruidos: ¿limpiar? ¿reconstruir? ¿aprovechar?...Lo desconozco.

               En todo caso, esta es la historia de unas fotos que se mueven entre patrimonio perdido, personas desaparecidas y aportaciones de una memoria que no olvidé del todo y que internet me ayudó a recuperar. Para que no se olviden hechos y circunstancias de nuestro pueblo he escrito estas líneas y he mostrado estas fotos. Gracias a Antonio Merino porque desde el 2012 está poniendo en valor el patrimonio perdido de Los Pedroches. Su libro es un toque de atención a todos. Gracias por encender la mecha… Estoy seguro que en Los Pedroches hay mucha gente que tiene cosas por contar y fotos por enseñar.

Nota: mis mejores deseos para el proyecto de recuperar patrimonio, de conservarlo, de aumentarlo y de disfrutarlo. Espero y deseo que el libro de Antonio establezca un antes y un después. Particulares y  Corporaciones Locales tienen mucho que decir.



[1] ABC, 27 de marzo de 1939.

[2] Albino González Menéndez-Reigada (1881 -1958). Obispo de San Cristóbal de la Laguna (Tenerife) desde 1925 a 1946. Obispo de Córdoba desde 1946 a 1958.

[3] Francisco Vigara (Castuera ,1926). En febrero del 2021 cumplió 95 años y ostentaba los cargos de párroco emérito de la Parroquia de San Mateo de Villanueva del Duque y Rector del Santuario de la Virgen de Guía. Ordenado sacerdote el 17 de junio de 1951 por fray Albino.

[4] “Misterios de la Ermita de la Virgen de Guía”, Francisco Vigara, 2016, Cap 6, pag 38.

[5] Murió el 3 de julio de 1953. Está enterrado en el cementerio de Alcaracejos y su lápida se conserva bastante bien, en la que puede leerse su texto perfectamente.

[6] Ana Rodríguez Rísquez, prima hermana de mi padre Claudio Muriel Rísquez. Sus madres Encarna y Teresa, respectivamente, eran hermanas.

[7] La referencia para identificar a este señor la he cogido del libro / revista “La Hermandad de la Virgen de Guía”, editada en diciembre de 2012 por esta hermandad y coordinada por Paulino de la Cruz Rodríguez – página 42. Hay una excelente foto en la esquina inferior izquierda.

[8] Montserrat Suárez hija de Eufrasio Suarez Roda y Manuela me dice el 10 de julio de 2019 que este cura era primo hermano de Eufrasio, su padre, ya que sus madres eran hermanas y que como Eufrasio, su padre, se quedó sin padres muy joven, lo cuidó la madre de Jesús que se llamaba Felisa.

[9] Según el libro de actas del ayuntamiento de Alcaracejos el 18 de octubre de 1951, D. Francisco Gómez Ayala como primer teniente de Alcalde, dio cuenta a la Corporación Municipal de la comunicación nº 2205 del negociado primero, recibida el día anterior procedente del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia, por la cual, en uso de las atribuciones que la legislación le permitía nombró Alcalde – Presidente a D. Germán Santos Caballero, para el que enviaba la correspondiente credencial. Cesa por tanto como Alcalde D. Florián Rísquez Puerto, que sigue como concejal y toma posesión el Sr. Santos Caballero que pasa a ocupar la Presidencia. Los concejales que asisten a este acto son: Francisco Gómez Ayala, Rafael Muriel Rísquez, Florián Rísquez, Antonio Rubio, Francisco Jurado, Pedro Sánchez López, José Blas Fernández y Arturo Arrabal.

 Añadido el 13 de diciembre de 2023

    Revisando documentos sobre este templo creo oportuno añadir los siguientes:

- Cerro García, Alejandro M.: Aproximación a la desaparecida iglesia de San Andrés de Alcaracejos. Recuperación digital de su portada principal. Universidad de Córdoba, diciembre de 2019. Este trabajo se presentó como fin del Máster "Representación y Diseño en Ingeniería y Arquitectura".

- Puerto Fernández, Mª Isabel: Sobre la antigua iglesia de San Andrés de Alcaracejos y su retablo. Ayuntamiento de Alcaracejos. Cuadernos Mojinos nº2. ISSN 2952-1718. Julio, 2023.

martes, 14 de noviembre de 2023

Sierra Boyera, La Colada, Puente Nuevo: Suma y sigue

 

El protagonismo de las garrafas

Sierra Boyera, La Colada, Puente Nuevo.- El agua en Los Pedroches: Suma y sigue

 

               El punto de partida de esta entrada es lo publicado por Solienses el pasado 12 de noviembre. Dice así:

 

“El Gobierno de la nación afirma que la zona norte de la provincia de Córdoba dispone de "un abastecimiento [de agua] con una garantía de atención a la demanda muy superior a la media de abastecimientos de las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir". En la respuesta escrita a una pregunta del diputado de SUMAR por Córdoba Enrique Santiago, el Gobierno considera que no resulta necesaria la interconexión Puente Nuevo-Sierra Boyera porque "la conexión con el embalse de La Colada es suficiente para dotar de garantía de recursos a este abastecimiento", ya que "un abastecimiento con demanda de 7,5 hm3 ya dispone de más de 72,5 hm3 de agua regulada por los embalses de Sierra Boyera y La Colada que tienen una capacidad de 97 hm3".

 

Según la respuesta del Gobierno, la zona norte de Córdoba dispone para atender su demanda de dos fuentes de agua superficial regulada como son las presas de Sierra Boyera y la presa de La Colada. La primera tiene una capacidad de 39,5 hm3 y una aportación media anual (agua que entra en el embalse de media en un año) de 40,45 hm3. La Colada, por su parte, tiene una capacidad de 57,7 hm3 y garantiza con una probabilidad superior al 99% un volumen anual de 14 hm3 de agua, siendo su aportación media anual de agua de 32 hm3. Por tanto, para el abastecimiento de agua a Los Pedroches y el Guadiato se dispone, según la respuesta del Gobierno, de dos presas con capacidad total de almacenamiento de 97,2 hm3 y una aportación media anual de 72,5 hm3 para una demanda de consumo de tan solo 7,5 hm3. "Con estas cifras –concluye la respuesta- se puede decir que es un abastecimiento con una garantía de atención a la demanda muy superior a la media de abastecimientos de las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir. Por ello, técnicamente no se considera en ningún caso necesario adscribir los recursos de otra presa, la de Puente Nuevo, la cual pertenece al sistema de explotación de Regulación General y que está declarado como sistema de explotación deficitario, y en el cual los abastecimientos que dependen del mismo disponen de menor garantía que el abastecimiento de la Zona Norte de Córdoba".[1]

                Para no interpretar lo divulgado, lo he reproducido literalmente. A mi juicio, la información facilitada por el Gobierno [de la nación] es algo críptica e incompleta. Considero que necesita algunos matices y comentarios.

 1.      Al parecer tenemos una garantía de atención a la demanda muy superior a la media de abastecimientos de las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir. En mi opinión, debe ser una extraña garantía, pues desde hace meses –abril 2023- ni Sierra Boyera ni La Colada garantizan ese suministro de agua potable. Digamos que sería necesario revisar la “garantía” mencionada pues, simple y evidentemente, no garantiza.

2.      No se entiende bien el significado de estas líneas : “un abastecimiento con demanda de 7,5 Hm3 ya dispone de más de 72,5 Hm3 de agua regulada por los embalses de Sierra Boyera y La Colada que tienen una capacidad de 97 Hm3". Después de varias lecturas, creo haber entendido el significado de esas líneas. Me explicaré. Por “demanda” –palabra crucial en la respuesta del Gobierno Central- se entiende según Google “el volumen de agua, en cantidad y calidad, que los usuarios están dispuestos a adquirir para satisfacer un determinado objetivo de producción o consumo”. Otro concepto clave es la aportación media anual, agua regulada que suman los dos pantanos –Sierra Boyera y La Colada- que en este caso dicen ser 72’5 hectómetros cúbicos.

3.      Cierta la capacidad total de los dos embalses: 97 Hm3. Los 7’5 hectómetros cúbicos de demanda entiendo que son al día. Por cierto que a mí me salen 10’6 y no 7’5 (133 litros por habitante y día por 80.000 habitantes que suman entre el Valle del Guadiato y Los Pedroches, dan ese número). En cualquier caso, para cubrir los 7’5 ( o 10’5) en teoría habría 72’5 hectómetros cúbicos, cantidad más que suficiente …. Pero…. Pero….

4.      La realidad es muy diferente a la respuesta que el Gobierno da, ya que al día de hoy el pantano de Sierra Boyera está vacío y el agua de la Colada no se puede beber. De ahí la necesidad de los camiones cisterna en todos los “pueblos del Norte”. Esta aclaración –esencial y básica– no la explicita el Gobierno Central a Enrique Santiago, diputado de SUMAR.

 Mis conclusiones atienden a varios aspectos: 

a)      Basta ya el echarse culpas unos a otros y de querer cargar “el mochuelo del agua” a los adversarios políticos. Es improcedente y no ayuda nada. Recuerda a peleas de colegiales inmaduros. No es cuestión de culpas sino de asumir tus propias responsabilidades.

b)      La realidad es testaruda y nos dice que la estructura Sierra Boyera + La Colada no garantiza agua potable al conjunto Guadiato + Los Pedroches. Ciertamente será la sequía (cambio climático), pero también la falta de planificación, preocupación y sensibilidad de todos los gobiernos que han pasado por la Diputación Provincial de Córdoba y por la Junta de Andalucía en los últimos quince años.

 Solución: Entiendo que la propuesta más razonable es que las dos administraciones colaboren, en paralelo, para solventar este grave problema que tiene como únicas víctimas a la ciudadanía pedrocheña y guadiatera. La dignidad de la población y el factor tiempo son prioritarios aquí. Creo que lo más rápido –y ante futuras carencias que el cambio climático puede agudizar- es que: 

A)     El Gobierno Central conecte el pantano de Puente Nuevo con Sierra Boyera para solucionar definitivamente esta grave situación. Aquí la Junta de Andalucía ni la Diputación pueden hacer nada por aquello de las competencias. Hace falta un proyecto, presupuestado y con fechas de inicio y terminación. No es tan difícil.

B)     El mismo día y a la misma hora, la Junta de Andalucía, en colaboración con la Diputación, tiene que –previa inspección detallada- empezar a dar ayudas para que todos los agentes contaminadores del Guadarramilla y del Guadamatilla –previos proyectos- puedan depurar sus residuos, bien por medio de fosas estancas, depuradoras, tratamientos químicos etc….pero La Colada no puede ser la gran cloaca de Los Pedroches.

C)     Si a La Colada no llegan residuos nocivos y, al mismo tiempo, se procede a una limpieza de cauce de ríos y fondo del pantano, Los Pedroches y el Valle del Guadiato, podrán volver a beber su agua siempre que la meteorología acuda en nuestro auxilio junto a todos los “santos invocados” y por invocar.

                Creo que los trabajos a realizar en La Colada llevarían bastante más tiempo que conectar Puente Nuevo con Sierra Boyera, pero doctores tiene la iglesia. Que la inactividad de las posibles soluciones responda a estrategias políticas es muy, muy cabreante porque el agua es una necesidad básica. Lo único que le hace falta a la despoblación que sufrimos en la zona son administraciones cicateras o posturas de perfil. ¡Trabajen juntos de una puñetera vez! El agua de Puente Nuevo solo se utilizaría, creo, en caso de extrema necesidad, por ejemplo, algo similar a lo que estamos viviendo.

                Termino con una verdad de Perogrullo. Todos tenemos que trabajar en la solución: Diputación Junta, Gobierno Central, Mancomunidad, Alcaldes, Plataforma por el Agua, Asociaciones de Agricultores y Ganaderos, Cooperativas, etc….Solo recordar que el agua potable no tiene color. Por favor basta ya de intentar dárselo.

 

2023 22 14: Recogida de agua en Pozoblanco. Jardín de las Monjas

Última hora: El Diario Córdoba (*) , en su edición de ayer 14/11/2023, informaba de que la Junta de Andalucía había declarado "obras de interés para la Comunidad Autónoma" a todo el conjunto de actuaciones que deben conducir a la distribución normal de agua potable en los domicilios de la zona norte de Córdoba provincia. Según su hoja de ruta, de la Junta, se va a mejorar la ETAP (Estación de tratamiento de agua potable) de Sierra Boyera. En La Colada se instalarán equipos de ultrasonidos para evitar la proliferación de algas; se van a sustituir los filtros de arena por los de carbón activo y se instalará una planta piloto de ácido hipocloroso para garantizar la calidad del agua a Los Pedroches y al Alto Guadiato. Todo esto se complementa con la licitación, llevada a cabo esta semana por la Consejería de Agricultura y Agua, de las obras que solucionarán definitivamente la conducción de agua desde la presa de La Colada. Estas obras, sigue informando el periódico, quedarían en papel mojado si no llueve. Según informes técnicos se necesitan unos 300 litros más por metro cuadrado, en la zona de La Colada, para que su agua pueda ser tratada con garantías de potabilidad.
    Al mismo tiempo, desde la Junta y la Diputación reclaman la conexión de los embalses de Puente Nuevo con Sierra Boyera, medida planteada por escrito en Enero del 2022 por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir -organismo que depende del Ejecutivo Central- para garantizar agua potable a la zona norte de la provincia.

domingo, 10 de septiembre de 2023

La Colada

 

Orilla de La Colada (9/9/2023)

Ayer, nueve de septiembre del dos mil veintitrés, por la mañana, visitamos el embalse de La Colada, su presa y las inmediaciones. Fue una visita no preparada, un imprevisto. Unos familiares no lo conocían, así que decidimos ir.

Pasado El Viso, un poco más adelante, la N-502 cruza el rio Guadarramilla. Otro poco más y la señal indicadora y Google nos mandan para el oeste, desviación a la izquierda. La carretera de 6’9 km hasta la presa no está mal. En el paisaje quizás se vean menos encinas de lo que me gustaría. Digamos que es un terreno con baja densidad de quercus. Vemos alguna rapaz y lo que pensamos que eran cinco buitres, volando en círculo, muy altos.

Algunos datos: Las obras de la presa de La Colada finalizaron en la primavera del 2006. En mayo del 2007 se cerraron los desagües de fondo y se inició el proceso de Puesta en Carga. “El embalse tiene como finalidad el abastecimiento a los núcleos urbanos de la Comarca de Los Pedroches (Córdoba) y de la Comarca de Almadén (Ciudad Real)”. La presa se sitúa sobre el rio Guadamatilla, tiene 48’5 metros de altura y su capacidad es de 57’7 hectómetros cúbicos (Hm3). Recibe una aportación media anual de 32 Hm3 de los que pueden regularse para abastecimiento 13’96 Hm3 con una garantía del 99’72%. Su superficie es de 530 hectáreas.[1] Como principios teóricos de sus inicios, no están mal. Por su parte este desemboca en el embalse el rio Guadarramilla, afluente principal del Guadamatilla.

               A lo largo de estos 17 años han sido innumerables las informaciones aparecidas sobre La Colada y su entorno: senderos para caminar, fauna y flora de la zona, posibilidades del embalse como área de ocio y recreo, etc… Las fotografías y los vídeos destacan lo maravilloso del lugar y sus grandes potencialidades naturales y turísticas, etc… Pero no todo el relato forma parte del cuento de hadas verde y ecológico que nos han hecho creer. Nuestra ceguera tampoco ha sido menor.

        Ya en 2013, siendo presidente del Gobierno Mariano Rajoy y Arias Cañete Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se proyectó que las aguas del Guadarramilla no desembocaran en La Colada debido a su alta contaminación. Hay un informe de AQUASUR que lo avala. El informe de Viabilidad de esta actuación fue aprobado por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente el 4 de abril de 2013, pero luego por las razones que sea, el proyecto no llegó a ejecutarse. Aquí ya se cita la insuficiencia de la depuradora de Pozoblanco y las explotaciones ganaderas como las causas fundamentales de la alta contaminación del Guadarramilla. (http://solienses.blogspot.com/2023/08/en-2013-se-proyecto-que-las-aguas-del.html)

               El 12 de agosto de 2016, El Quincenal de Los Pedroches titulaba: “El agua del embalse de La Colada contaminada por la depuradora de Pozoblanco”.


 

Del proyecto de bye-pass de La Colada hace diez años. Por otra parte, la información facilitada por El Quincenal cobra una actualidad incuestionable, pero… de eso hace ya siete años[2]. A los vertidos de la insuficiente depuradora de Pozoblanco, a fecha de hoy en primitiva construcción, hay que añadir otros de varios establecimientos, fundamentalmente ganaderos, que se han ido instalando por la zona. Al rio Guadarramilla lo hemos convertido en una enorme y superficial alcantarilla y al embalse de La Colada en una gran cloaca.

Ayer, al descender la última pendiente de la carretera, previa al inicio de la presa, sentí desolación y un tremendo vacío. Me impresionó el silencio. No se oía ningún pájaro y no me gustó nada el color que reflejaba el agua. Demasiado oscuridad, pensé. Hasta el Sol brillaba con tibieza. Era un paraje triste e inhóspito. Sin saber cómo ni porqué me recordó a Chernobyl. Algo exagerado me dije para mí, pero así fue. Un sentimiento de soledad me invadió y se me encogió el ánimo. El ambiente desprendía vibraciones negativas que me incitaban a salir corriendo.

A la derecha, por su cara norte, nos saludó con indiferencia la majestuosidad de la presa, guardián del agua. A su pie destacaba un pequeño charco, con aguas verdosas y estancadas. Al fondo, el cauce seco del Guadamatilla nos secó la mirada y el alma.

Avanzamos un poco. Por la parte que almacena el agua, en la orilla, decenas de peces muertos reflejaban una luz gris plateada del Sol en medio de un olor a podrido desagradable. A su lado, unos peces oscuros, casi negros, aún vivos, salían del agua con la boca abierta. Traduje que en el aire habría más oxígeno que en aquellas aguas tan contaminadas por materia orgánica. Sacar agua para el suministro de los pueblos, como la contaminación sigue llegando, habrá aumentado la toxicidad.

Anduvimos la presa por arriba. Vimos la captación de agua que va a la recién inaugurada depuradora que después la bombea al pantano de Sierra Boyera. Desde allí la reenvían a los pueblos para duchas, riegos, lavadoras, etc…No se puede beber. En su lugar, las cubas de agua potable, situadas en sitios estratégicos, nos han devuelto a los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.

En nuestro paseo el olor a podredumbre aumentó. Llegó un momento que se hizo insoportable. Creo que la semana pasada retiraron algunos cientos ¿miles? de peces muertos. No sé que habrán hecho con ellos. Dos operarios que trabajan en la depuradora nos miran desde lejos. Decidimos volvernos hacia el coche con una inmensa sensación de pesadumbre e impotencia. Unas ovejas sueltas se nos cruzan y pienso si beberán agua de aquel vertedero. Aguas contaminadas, animales contaminados, plantas contaminadas, tierra contaminada, aire contaminado. La falta de medidas para proteger Los Pedroches ha sido un boomerang que se ha revuelto contra nosotros con más fuerza. La Colada, crónica de una muerte anunciada desde hace años.

¿Para cuando un embalse lleno de peces vivos, con personas bañándose y con club de pesca? Siempre prevenir fue mejor que curar.¡¡¡Ay de algunos políticos!!!

Si el problema del agua no nos une ¿qué nos unirá?



[1] Albert Rodríguez, A y García-Lorenzana Acasuso, D., Explotación, mantenimiento y conservación de la presa de La Colada (Córdoba). Comité Nacional Español de Grandes Presas.

La Colada, 9 de septiembre 2023

Hasta aquí mis divagaciones. Me atrevo a plantear un par de conclusiones-borradores porque contaminar nuestra tierra, aire o agua es sacarnos los ojos, cortarnos la lengua y taponar con hormigón nuestros oidos, lo que sería la muerte de La Comarca.

1ª.- Nunca más convertir un embalse de abastecimiento de agua a la población en un colector de aguas residuales. De ninguna manera se pueden verter aguas residuales en arroyos ni torrenteras ni rios, sean urbanas o ganaderas. Depuradoras o fosas sépticas.
2ª.- Si la solución al problema de desabastecimiento de agua al Valle del Guadiato y a Los Pedroches, siempre que llueva, pasa por conectar el pantano de Puente Nuevo con el de Sierra Boyera, ¡ hágase ahora! ¡Ya!
3ª.- Lástima de fondos europeos que no se han dedicado a paliar todas estas deficiencias, allá donde hagan falta.

Nota: Mayor información sobre el problema del agua en Los Pedroches pueden encontrarla en http://solienses.blogspot.com/


martes, 5 de septiembre de 2023

Don Alfonso Cabrera Gallardo: El cura Meloja en Alcaracejos

 

El presbítero Alfonso Cabrera Gallardo. Foto que recoge Andrés Muñoz Calero en su breve biografía sobre pozoalbenses destacados (Cuadernos del Gallo, nº 1. Enero 1993). No constan datos sobre su autoría ni fecha. Debe estar tomada en la última etapa de su vida. Falleció en 1871.

               En mayo de 2021, José Luis González Peralbo me hizo llegar una curiosa información sobre el cura Meloja, don Alfonso Cabrera Gallardo, y su relación con la parroquia de Alcaracejos. La información está contenida en el libro “Pozoblanco, pueblo levítico”. Estudio del Clero Pozoalbense, obra del cronista Manuel Moreno Valero publicada en 2015 por CórdobaLibros.

               Comenta José Luis que hay algunas referencias a la iglesia de Alcaracejos, de la que fue párroco en la primera mitad del siglo XIX; de hecho, el bisabuelo de don Alfonso, Bartolomé de Santamaría Cabrera, fue escribano de Alcaracejos en las primeras décadas del siglo XVIII y alguno de los hijos de éste llegaron a nacer en este pueblo, aunque todos procedieran de Pozoblanco y retornasen después al mismo. Bartolomé de Santamaría Cabrera obtuvo finalmente la plaza en Pozoblanco, de donde era natural. El cura Meloja tuvo una sola hermana, una de las tatarabuelas de José Luis por parte materna.

               Don Alfonso Cabrera Gallardo tuvo siempre un gran aprecio por la parroquia y por los vecinos de Alcaracejos y Moreno Valero se encarga de señalarlo. En la referencia que González Peralbo me envía figura también una carta de Saturnino González Reguera, que acababa de llegar a Pozoblanco procedente de tierras vallisoletanas y por los vericuetos de la historia es también otro de sus tatarabuelos, en este caso por parte paterna.

 ***


Yéndonos directamente al libro encontramos que don Alfonso Cabrera Gallardo nació en Pozoblanco el 16 de abril de 1803 y ese mismo día fue bautizado como Alfonso Antonio Celestino por don Alfonso Díaz Cañadas, examinador sinodal de los obispados de Córdoba y Astorga, vicario y cura de las iglesias de dicha villa.

Sus padres fueron Bartolomé Cabrera y Rosalía Gallardo. Abuelos paternos Alfonso Cabrera y Ana López y los maternos don Manuel Gallardo y María Cabrera.

En 1824 todavía era colegial en el Seminario de Córdoba. Su tonsura tuvo lugar en junio de 1824, ceremonia litúrgica de la Iglesia Católica que consistía en efectuar un círculo rasurado en la coronilla para indicar su consagración a Dios y su entrada en el clero. Tenía 23 años. A continuación pasó por las órdenes menores (ostiariado, lectorado, exorcistado y acolitado) y fue subdiácono en diciembre de 1824, diácono en 1825 y presbítero en 1827. Se ordenó a título de patrimonio[1], produciendo la renta -congrua[2]- que se exige en este obispado. Su primer destino fue Belalcázar, por tanto su vida sacerdotal se inició ya comenzada la década ominosa (1823-1833)[3] y dada su condición e ideas políticas sufrió directamente las consecuencias del enfrentamiento entre carlistas y fernandinos. En esa pugna está claro que, aunque sus ideas fueran más avanzadas, Ildefonso (Alfonso) prefería apoyar el régimen fernandino frente a los intentos carlistas (facciosos). Los liberales prefirieron soportar a Fernando VII antes que la posibilidad de que los carlistas ocupasen el trono. Se tienen noticias de la implicación del Cura Meloja en el repique de campanas por la victoria en un enfrentamiento contra los carlistas, muy activos en Los Pedroches y comarcas circunvecinas. Al parecer, por este motivo, y algún otro detalle más, lo recluyeron en el monasterio franciscano de Pedroche.

El 8 de agosto de 1829 sustituyó como vicario de Alcaracejos a don Alfonso Calero Pedrajas. También se le nombró cura colector. “Reparó la parroquia y el retablo de 1834. Puso 4.120 baldosas, a 24 reales cada 100 baldosas, que importaron 989 reales su colocación con la inclusión de cal, tierra y arena. También reparó las gradas del presbiterio y colocó en él una baranda de hierro. El retablo estaba indecente, viejo y ruinoso a punto de irse al suelo, “su reparo es incalculable por ser obra muy antigua” y en su lugar fue más fácil y económico construir un Tabernáculo[4] que costó 5.500 reales. Para abrigo de la iglesia y comodidad de los fieles se acordó construir un cancel[5] que costó 1.500 reales[6]. El autor de estas obras fue el alarife pozoalbense, José Cabrera, que por entonces alternaba con obras en el Monasterio de Guadalupe junto al también pozoalbense Fray Alonso de Torres.

Cuando estaba haciendo acopio de materiales para las obras en la parroquia de San Andrés de Alcaracejos, el general carlista Miguel Gómez Dalmas invadió Córdoba y sus pueblos[7], lo cual dificultó los trabajos y hubo de suspenderlos.

Puso todo su empeño en cobrar las deudas que la Parroquia de Torremilano tenía con la fábrica de la Parroquia de Alcaracejos y contabilizó con rigor las cuentas de las capellanías. Tuvo predilección por la piedad popular, revitalizando las diferentes cofradías establecidas en la parroquia: Virgen de Guía, Vera Cruz, Santo Rosario y Santa Lucía.

Suponemos que muchas de las obras realizadas durante su estancia en Alcaracejos correrían de su parte, dada su proverbial generosidad. Habiendo reemplazado la vicaría de Alcaracejos por la de Santa Catalina en Pozoblanco, siguió aportando fondos de su patrimonio para mayor esplendor de aquel templo parroquial. Según Juan Leal, vicario que le sustituyó en Alcaracejos, adquirió una capa de coro, de color blanco, en Toledo que le costó 700 reales, prenda imposible de adquirir con los fondos parroquiales. También costeó un manto para la Virgen de Guía por valor de 800 reales[8].

En su testamento también se acordó de esta parroquia y los albaceas entregaron a don Juan Leal Carmona, vicario de Alcaracejos, la cantidad de mil reales, sin señalar el fin de dicha cantidad. El párroco la invirtió en la sustitución de una campana que estaba inutilizada[9].

Ejerció su ministerio sacerdotal en Hinojosa del Duque y Alcaracejos y el 28 de octubre de 1847 lo nombraron cura ecónomo de Santa Catalina en Pozoblanco, oficializándose su toma de posesión el 11 de noviembre del mismo año.

Hay constancia documental de su abnegada labor, en favor de enfermos y desfavorecidos, durante la epidemia de cólera que asoló Pozoblanco en 1860. Visitó y consoló con limosnas y auxilios espirituales a las familias más pobres o más afectadas por la enfermedad.

Casa del Cura Meloja (*)
Su capital era cuantioso y procedía de sus antepasados: Cabrera y Gallardo, escribanos y grandes propietarios. La famosa casa, ya inexistente, situada en la actual Plaza de la Constitución, antes del Capitán Cañizares, la adquirió en 1850 y sus sobrinos como herederos, la vendieron tras su fallecimiento. En protocolos notariales pueden verse abundantes documentos sobre compras y ventas de inmuebles llevadas a cabo por este personaje, tanto en Pozoblanco como en Alcaracejos, donde fue párroco y dejó gratos recuerdos.

Alfonso Cabrera Gallardo fue un adelantado de su época: en aquellos tiempos compró terrenos y construyó viviendas para repartirlas entre las gentes más humildes. Aparte de destacar por su fortuna, y alguna excentricidad, era conocido por sus dichos y frases graciosas. Testimonios orales cuentan que tiraba alpargatas a la gente desde el balcón de su casa. Por Pozoblanco aún circulan frases que lo recuerdan, como por ejemplo: “Eres más raro que el Cura Meloja” o “Tienes cosas del Cura Meloja”.

Al no conocer la procedencia del apelativo "Meloja", le he preguntado a José Luis González Peralbo. Como siempre, con su acostumbrada generosidad, rauda y sin límites, me respondió. Por su contenido, claridad y riqueza de matices transcribo su respuesta al pie de la letra:

" Sobre el apelativo de Meloja se trata sin duda de uno de los motes que acompañaban prácticamente a todos los linajes de la villa. A mi abuelo materno, Bartolomé Peralbo, lo conocían como Tolito Meloja. Pero curiosamente ese Meloja que arrastramos ahora los Peralbo de mi rama proviene precisamente de este cura. Hasta principios del XIX Meloja era el mote de una de las ramas de Cabrera, pero dado que el cura no tuvo descendencia (que sepamos, no era como el famoso cura bermejo de Añora) y su única hermana, Feliza, casó con un Peralbo (mi ancestro) el resultado fue que los descendientes del matrimonio Peralbo Cabrera heredaron el apelativo Meloja que venía de la madre. Y ahora son los Peralbo y no los Cabrera quienes poseemos el título.

Sobre la meloja, te voy a contar algo que se ha transmitido en mi familia de generación en generación aunque el origen y su credibilidad se hunde en el pasado remoto y no sé si está relacionado con los Cabrera, los Peralbo por consorte, o con otras familias y apodos.

Con motivo de una de aquellas visitas domésticas que se hacían frecuentemente antes entre familiares, vecinos y conocidos, los niños de la familia fueron invitados a despejar la estancia para no estorbar la conversación de los mayores. Se refugiaron en la estancia destinada a despensa y allí se entretuvieron en aplacar su hambre con los alimentos más golosos que encontraron, entre ellos la orza que contenía la dulce meloja. No hicieron mucho ruido pero de vez en cuando se presentaban ante los mayores y preguntaban ¿madre, la meloja tiene patas?

La madre contestaba con un "¿cómo va a tener patas la meloja?, anda, no digáis tonterías y dejadnos en paz". Los niños regresaron al cabo de cierto tiempo y preguntaron si la meloja tenía orejas. Y poco después, por tercera vez, cuestionaron si la meloja tenía rabo.

Los mayores, muy escamados, decidieron a su pesar levantarse y comprobar a qué venían tantos disparates y así constataron que en la orza de meloja había caído, y perecido, un ratón (al igual que las moscas y el rico panal de miel).

Las visitas no desaprovecharon la ocasión para pregonar a todo el mundo la ocurrencia y el resultado fue que los miembros de la familia cicerone pasaron a ser los de la Meloja, los meloja.

Es una historia que se ha contado en mi familia "desde tiempo inmemorial" pero no sé si los derechos de autor son nuestros, pertenecen a otros o, simplemente, se trata de una leyenda común a otras zonas. Pero como me lo han contado así te lo transmito. Y sí, puesto que mi familia disponía de campo y colmenas, te puedo confirmar que yo he conocido y comido en mi casa la famosa meloja (aunque sin patas, orejas ni rabo)".

Es pues esta entrada el resultado de la extraordinaria y desinteresada colaboración de Jose Luis González Peralbo, profesor, escritor, investigador, cronista y amigo. ¡ Gracias José Luis! 



[1] La Iglesia quiso siempre que los clérigos ingresaran en el sagrado ministerio mediante su adscripción a una iglesia, para evitar así la vagancia o que se dedicaran a oficios indecorosos ajenos a su estado.

[2] Renta que debe de tener el que recibe órdenes sagradas.

[3] Década ominosa o abominable: Última fase del reinado de Fernando VII. Tras el trienio liberal (1820-1823). Menéndez Pelayo calificó esta etapa de absolutismo feroz, degradante y sombrío: los liberales sufrieron la represión y el exilio durante esos diez años.

[4] 1.- En la religión católica, sagrario donde se guarda el pan consagrado en la Eucaristía. 2.- Tienda en la que habitaban los antiguos hebreos.

[5] Contrapuerta, generalmente de tres hojas, una de frente y dos laterales, ajustadas estas a las jambas de la puerta de entrada y cerrado todo por un techo para evitar las corrientes de aire y amortiguar los ruidos exteriores.

[6] Archivo General Obispado de Córdoba. Despachos ordinarios. Caja 7.038, exp 28.

[7] La primera guerra carlista acaeció entre 1833-1840. El 1 de octubre de 1836 la ciudad de Córdoba fue conquistada. La ocupación fue breve, apenas dos semanas, pero dejó honda impresión en los cordobeses.

[8] AGOC. Despachos ordinarios. Caja 7.038, exp. 71.

[9] Idem. Exp. 94.

(*) Taberna y relojería, hasta principios de los años setenta (1970), de Adolfo Rubio Leal y Alicia, en plaza Capitán Cañizares, situada en medio de la farmacia de don Justo Castro y la tienda de Box. Anteriormente casa del popular cura Meloja. Su puerta falsa daba a la calle Jesús. Sede de muchas aparcerías de los hermanos de la Virgen de Luna ya que Adolfo fue Sargento de la Cofradía. Texto síntesis de las aportaciones en Facebook "Pozoblanco, mi pueblo" de Alicia Márquez Rubio, José Luis Torrico García y Toñi Marín Domínguez.