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Orilla de La Colada (9/9/2023) |
Ayer, nueve de septiembre del dos
mil veintitrés, por la mañana, visitamos el embalse de La Colada, su presa y las
inmediaciones. Fue una visita no preparada, un imprevisto. Unos familiares no
lo conocían, así que decidimos ir.
Pasado El Viso, un poco más
adelante, la N-502 cruza el rio Guadarramilla. Otro poco más y la señal indicadora y Google
nos mandan para el oeste, desviación a la izquierda. La carretera de 6’9 km
hasta la presa no está mal. En el paisaje quizás se vean menos encinas de lo
que me gustaría. Digamos que es un terreno con baja densidad de quercus. Vemos
alguna rapaz y lo que pensamos que eran cinco buitres, volando en círculo, muy
altos.
Algunos datos: Las obras de la presa de La Colada
finalizaron en la primavera del 2006. En mayo del 2007 se cerraron los desagües
de fondo y se inició el proceso de Puesta en Carga. “El embalse tiene como
finalidad el abastecimiento a los núcleos urbanos de la Comarca de Los
Pedroches (Córdoba) y de la Comarca de Almadén (Ciudad Real)”. La presa se
sitúa sobre el rio Guadamatilla, tiene 48’5 metros de altura y su capacidad es
de 57’7 hectómetros cúbicos (Hm3). Recibe una aportación media anual
de 32 Hm3 de los que pueden regularse para abastecimiento 13’96 Hm3
con una garantía del 99’72%. Su superficie es de 530 hectáreas.[1] Como principios teóricos de sus inicios, no están mal. Por su parte este desemboca en el embalse el rio Guadarramilla, afluente
principal del Guadamatilla.
A
lo largo de estos 17 años han sido innumerables las informaciones aparecidas
sobre La Colada y su entorno: senderos para caminar, fauna y flora de la zona,
posibilidades del embalse como área de ocio y recreo, etc… Las fotografías y
los vídeos destacan lo maravilloso del lugar y sus grandes potencialidades
naturales y turísticas, etc… Pero no todo el relato forma parte del cuento de
hadas verde y ecológico que nos han hecho creer. Nuestra ceguera tampoco ha
sido menor.
Ya en 2013, siendo presidente del Gobierno Mariano Rajoy y Arias Cañete Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se proyectó que las aguas del Guadarramilla no desembocaran en La Colada debido a su alta contaminación. Hay un informe de AQUASUR que lo avala. El informe de Viabilidad de esta actuación fue aprobado por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente el 4 de abril de 2013, pero luego por las razones que sea, el proyecto no llegó a ejecutarse. Aquí ya se cita la insuficiencia de la depuradora de Pozoblanco y las explotaciones ganaderas como las causas fundamentales de la alta contaminación del Guadarramilla. (http://solienses.blogspot.com/2023/08/en-2013-se-proyecto-que-las-aguas-del.html)
El
12 de agosto de 2016, El Quincenal de Los Pedroches titulaba: “El agua del
embalse de La Colada contaminada por la depuradora de Pozoblanco”.
Del proyecto de bye-pass de La Colada hace diez años. Por otra parte, la información facilitada por El Quincenal cobra una actualidad incuestionable, pero… de eso hace ya siete años[2]. A los vertidos de la insuficiente depuradora de Pozoblanco, a fecha de hoy en primitiva construcción, hay que añadir otros de varios establecimientos, fundamentalmente ganaderos, que se han ido instalando por la zona. Al rio Guadarramilla lo hemos convertido en una enorme y superficial alcantarilla y al embalse de La Colada en una gran cloaca.
Ayer, al descender la última
pendiente de la carretera, previa al inicio de la presa, sentí desolación y un
tremendo vacío. Me impresionó el silencio. No se oía ningún pájaro y no me
gustó nada el color que reflejaba el agua. Demasiado oscuridad, pensé. Hasta el Sol
brillaba con tibieza. Era un paraje triste e inhóspito. Sin saber cómo ni porqué me recordó
a Chernobyl. Algo exagerado me dije para mí, pero así fue. Un sentimiento de soledad me
invadió y se me encogió el ánimo. El ambiente desprendía vibraciones negativas
que me incitaban a salir corriendo.
A la derecha, por su cara norte,
nos saludó con indiferencia la majestuosidad de la presa, guardián del
agua. A su pie destacaba un pequeño charco, con aguas verdosas y estancadas. Al
fondo, el cauce seco del Guadamatilla nos secó la mirada y el alma.
Avanzamos un poco. Por la parte que almacena el agua, en la orilla, decenas de peces muertos reflejaban una luz gris plateada del
Sol en medio de un olor a podrido desagradable. A su lado, unos peces oscuros,
casi negros, aún vivos, salían del agua con la boca abierta. Traduje que en el aire
habría más oxígeno que en aquellas aguas tan contaminadas por materia orgánica.
Sacar agua para el suministro de los pueblos, como la contaminación sigue
llegando, habrá aumentado la toxicidad.
Anduvimos la presa por arriba.
Vimos la captación de agua que va a la recién inaugurada depuradora que después
la bombea al pantano de Sierra Boyera. Desde allí la reenvían a los pueblos
para duchas, riegos, lavadoras, etc…No se puede beber. En su lugar, las cubas
de agua potable, situadas en sitios estratégicos, nos han devuelto a los años
cincuenta y sesenta del siglo pasado.
En nuestro paseo el olor a
podredumbre aumentó. Llegó un momento que se hizo insoportable. Creo que la
semana pasada retiraron algunos cientos ¿miles? de peces muertos. No sé que
habrán hecho con ellos. Dos operarios que trabajan en la depuradora nos miran
desde lejos. Decidimos volvernos hacia el coche con una inmensa sensación de
pesadumbre e impotencia. Unas ovejas sueltas se nos cruzan y pienso si beberán
agua de aquel vertedero. Aguas contaminadas, animales contaminados, plantas
contaminadas, tierra contaminada, aire contaminado. La falta de medidas para
proteger Los Pedroches ha sido un boomerang que se ha revuelto contra nosotros con
más fuerza. La Colada, crónica de una muerte anunciada desde hace años.
¿Para cuando un embalse lleno de
peces vivos, con personas bañándose y con club de pesca? Siempre prevenir fue
mejor que curar.¡¡¡Ay de algunos políticos!!!
Si el problema del agua no nos une ¿qué nos
unirá?
[1] Albert
Rodríguez, A y García-Lorenzana Acasuso, D., Explotación, mantenimiento y conservación de la presa de La Colada
(Córdoba). Comité Nacional Español de Grandes Presas.
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La Colada, 9 de septiembre 2023 |