viernes, 13 de diciembre de 2024

Cincuentenario Casa de los Pedroches

        

Vista General de la sala. Autoridades y Junta Directiva: Casa de los Pedroches

        El pasado 23 de noviembre se celebró en el Teatro Cómico Principal de Córdoba el Cincuentenario de la Casa de los Pedroches en la capital.  La mesa presidencial estuvo compuesta por José Mª Bellido, alcalde de Córdoba; Gabriel Duque, Diputado Delegado de Cultura de la Diputación Provincial de Córdoba; Jesús Fernández, Vicepresidente de la Mancomunidad de los Pedroches y Juan Emilio García, presidente de la Casa de los Pedroches. Además de socios y socias de la Casa, asistieron otras personas y entidades ligadas al desarrollo cultural y económico de la Comarca, entre ellas la Librería 17Pueblos, de Pedroche. Al final contamos con la música y el baile, tradicionales, de los grupos Alcaria y Los Jarales. Presentó  el acto Francisco Antonio Carrasco, vocal de Cultura de la Asociación.

         La Junta Directiva tuvo a bien elegirme para decir unas palabras en tan señalada fecha. Solienses publicó una entrada que daba cuenta del evento y de algunos de los puntos que traté. Aunque este blog se refiere a Alcaracejos, dada la importancia de un cincuentenario mostraré aquí el texto completo de mi intervención.

En busca de un paraíso común

Autoridades, invitados –as, compañeros y compañeras de la Casa, señores y señoras, buenas tardes. Bienvenidos a este Teatro Cómico Principal, gentilmente cedido por la Junta de Andalucía, que hoy se viste de Casa de los Pedroches para celebrar el Cincuentenario de la misma. Esta Casa, en el sentido de arquitectura popular en palabras de Moreno Valero, siempre ha sido un lugar amplio de acogida, un espacio de encuentro, un hogar destinado a todas las personas que vibran al unísono ante la visión de una encina, una jara pringosa o un granito que aflora. Sed pues todos y todas, bienvenidos y bienvenidas. Estáis en vuestra casa.

               En primer lugar quiero manifestar mi pesar y solidaridad con las víctimas y afectados por la Dana sufrida en España hace tres semanas. Estoy seguro que todos los presentes compartimos ese desconsuelo. Instamos a que las diferentes Administraciones trabajen al unísono para reparar cuanto antes, y en la medida de lo posible, tanto dolor y tanto daño.

               Para mí es un honor, y una satisfacción, tomar la palabra en fecha tan señalada como es un cincuentenario. Me gustaría estar a la altura de la confianza que la Junta Directiva ha depositado en mí. Como secretario de la Casa; compartí junta directiva con Pedro Rico, Chefo, José Física, Ana María, Petri, José Martínez Cid, Paco Carrasco y Juan Emilio. Actualmente sigo como vocal de Alcaracejos.

               Junto a nuestro cincuentenario quiero recordar que esta cuna de historia y de cultura que es Córdoba, celebra los 150 años del nacimiento de Julio Romero, algo más que el pintor del cuerpo y alma de la mujer cordobesa. Abro paréntesis: Se sabe que el abuelo de Julio Romero, Rafael Romero Jiménez, era natural de Pozoblanco. Otra curiosidad, ligada a Los Pedroches, es que en 1928, a los dos años de la muerte de Dª Rosario de Torres, madre del pintor, se dijo una misa de réquiem, en la parroquia de S. Andrés de Alcaracejos. Una tercera conexión es una carta de pésame, fechada el 30 de mayo de 1930, de don Juan de la Cruz Herruzo, párroco en Alcaracejos, a don Enrique Romero de Torres por la muerte de su hermano Julio, el cual había muerto tres días antes. Cierro paréntesis. Sean estas referencias un pequeño homenaje de la Casa de Los Pedroches al genial pintor simbolista cordobés.

               Describir aquí y ahora lo realizado por esta Asociación durante los últimos 50 años, que ha sido mucho, sería demasiado largo. Sin embargo esa descripción tendría su épica, ya que mantener esta ventana abierta durante tanto tiempo, ha sido una digna hazaña llevada a cabo por hombres y mujeres sencillos y concienzudos que, a pesar de la distancia, han luchado por mantener vivo un genuino cordón umbilical con sus reverenciadas raíces.

               Aparte de lo ya comentado por Juan Emilio, a los interesados en conocer miembros de las juntas directivas, visitas realizadas, encuentros en la Diputación, listas de socios y socias, pregones de Feria de Ntra. Sra. de la Salud y pueblos invitados, empresas e instituciones colaboradoras con la Casa, centenares de fotos, etc., les recomiendo leer la “Memoria de la Casa de los Pedroches (1974-2021)”. Aún tenemos algunos ejemplares. Esta obra fue el resultado de un valioso trabajo colectivo –más de 40 autores de Los Pedroches- revisado por nuestro querido José Luis Blasco, villaduqueño pata negra y -según él- tiesorero de la Casa, por desgracia fallecido el pasado agosto. Lo de tiesorero no creo que lo tenga que explicar.

¿Cómo, porqué y cuando nació la Casa de los Pedroches?

Creo que Miguel Hernández se nos adelantó, en 1936, con sus Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me avientan la garganta. Tengo la seguridad de que fueron esas las razones que llevaron a la primera Junta Directiva a inscribir la asociación el 18 de noviembre de 1974, exactamente hace 50 años y 5 días. Los fines de aquella primigenia sociedad se recogieron en sus Estatutos, que en síntesis eran poner en valor a Los Pedroches en la capital, mantener la conexión con sus tradiciones y raíces, fijar un lugar de encuentro y ayudar a los paisanos a resolver cualquier asunto fuera de salud, papeleo, empresas, compras etc… Como las comunicaciones eran un desastre y Los Pedroches poco conocidos en la metrópoli, se trató de paliar la distancia al terruño y las amargas soledades. La asociación sería la estructura que soportaría sus pedrocheñas inquietudes. Sencillamente se trajeron Los Pedroches a Córdoba. La Casa siempre ha querido ser escaparate y embajadora. Esos primeros socios, junto a su directiva, tuvieron que tener el alma de bellota, corazón de aceituna, esqueleto de encina, resiliencia de olivo y actitud de granito. Soñaron Los Pedroches y se trajeron a Córdoba los 17Pueblos y sus 2 aldeas.

               El tiempo mejoró algunas cosas: se renovó la mareante carretera a la capital; el uso del automóvil se democratizó; en 1985 se inauguró el Hospital Comarcal en Pozoblanco; a finales de los 80, las nuevas tecnologías (fax, internet, móviles…) comenzaron su difusión, etc. Este conjunto de avances sociales y tecnológicos, unido al auge agroganadero de la Comarca, palió –en parte- el tradicional aislamiento de ese enorme caballete de tejado, tintado de extremeño, manchego y andaluz, que tiene el corazón partío entre el Guadalquivir y el Guadiana.

               En 1999 se celebró el vigésimo quinto aniversario. En sesión extraordinaria se nombró socios de honor a la Diputación de Córdoba, a COVAP y a Aurelio Teno. La Federación de Peñas concedió a la Casa el Potro de Oro en el acto anual de reconocimientos. A principios del siglo XXI, la asociación tomó nuevos bríos. En el 2003 se estrenó equipo directivo con Juan Emilio como presidente, Pedro Barrios de secretario y Eduardo Molero en el cargo de tesorero. Esto propició estructurar actividades anuales que dieron mayor visibilidad a Los Pedroches en Córdoba. La presencia de la Casa ha sido constante en actos de la Federación de Peñas Cordobesas, en la Feria de Mayo de Córdoba, en actividades de FECACOR y en la Diputación. También se estrecharon lazos con la Mancomunidad de los Pedroches y sus Ayuntamientos, empresas y entidades culturales de la zona. Así hemos llegado a los 50 años.

               Creo que las razones que motivaron el nacimiento de la Casa han permitido su mantenimiento en el tiempo y son proyectables al futuro. No es tanto reinventarnos, como actualizarnos. En este sentido reclamo mayor participación de socios y socias ya que sois nuestro principal activo. Por otra parte, es esencial incorporar a jóvenes, con actividades específicas, en tareas de responsabilidad. Además creo necesaria una mayor presencia de la Casa en las redes sociales y seguir progresando en la digitalización al objeto de agilizar nuestro funcionamiento. Puestos a desear, estimo importante ampliar relaciones y horizontes con la comarca hermana del Valle del Guadiato. En cualquier caso, hoy queremos poner el acento en homenajear a todas las personas que nos precedieron y pusieron su afán en visibilizar los Pedroches en esta eterna y seductora ciudad, mosaico de fascinantes culturas.

Hasta aquí la Casa. Ahora Los Pedroches: ¿Qué peligros nos acechan? ¿A qué desafíos nos enfrentamos? Quiero empezar citando los nombres de sus municipios: Alcaracejos, Añora, Belalcázar, Cardeña (con sus pedanías de Azuel y Venta del Charco), Conquista, Dos Torres, El Guijo, El Viso, Fuente la Lancha, Hinojosa del Duque, Pedroche, Pozoblanco, Santa Eufemia, Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Duque y Villaralto. Salud y bien para todos.

               He de señalar que mis palabras no tienen vocación ni de pugna ni de sentar cátedra. Estas reflexiones, exponen preocupaciones y deseos, sugerencias de deliberación o mejora, opiniones y alguna posible, o discutible, llamada de atención. Espero que puedan ser compartidas pues se hacen con esperanza y ánimo constructivo. Son preferibles los puentes a los muros. Admito que pueda surgir algunas discrepancias, pero estoy seguro que el interés será común: Los Pedroches. Desearía que las hadas madrinas y las musas salieran a mi encuentro y me ayudaran a conciliar las palabras idóneas o, como decía Juan Ramón Jiménez:<<Intelijencia, dame el nombre esacto de las cosas>>, y de las situaciones, añado yo.

1.- Por su miopía e insolidaridad, quiero advertir del peligro de los localismos exagerados. Disculpad, en esta España tan igualmente plural, es una de mis neuras. En ese prodigio natural, que es un batolito, se asientan los Pedroches con identificadores elementos. De sur a norte, avistamos la balconada del Calatraveño, el Cerro de la Chimorra y la atalaya de Miramontes. El este lo fija el Parque Natural de Cardeña–Montoro y en el suroeste nos topamos con el Camino Mozárabe, vía que nos comunica con Extremadura. Entre otros puntos álgidos que el hombre construyó, están el Castillo de Belalcázar, la Torre del Salvador en Pedroche y el enraizado monumento de Aurelio Teno, en el puerto que glosó el famoso Marqués. Aunque nuestro país es nuestra infancia, el amor por la tierra que nos vio nacer, y crecer, no puede ser ciego y transformar bellotas en calabazas ni ángeles en demonios. Los Pedroches es un lugar único y fantástico, casi mágico, al estilo del Macondo de García Márquez o la Región de Benet, pero hemos de ser conscientes que la singularidad de nuestra comarca, es aplicable a cientos de docenas de lugares en España y a decenas de miles en el mundo. Son multitud las comarcas que tienen otras peculiaridades que las hacen tan únicas y tan fantásticas como la nuestra. Animo a romper fronteras y aprender a valorar lo que hay por ahí fuera defendiendo lo nuestro. Sabemos que Los Pedroches son, sobretodo, un sentimiento y ahí, sí que no hay nada que rascar. Los Pedroches existen y hay que preservarlos, pero debieran ser puerta abierta para contemplar el mundo. Visión global, actuación local.

2.- Llegados hasta aquí nos toca hablar del agua: Igual que la muerte de Paquirri aceleró y cambió a mejor los servicios sanitarios del norte provincial, los últimos periodos de sequía y la seria contaminación de la Comarca, y en concreto de la Colada, han de conducir a mejorar las políticas de potabilización del agua y el tratamiento de residuos, sean responsabilidad del Gobierno Central, Junta de Andalucía o de la Diputación. Dejen atrás los ataques de importancia y pónganse de acuerdo. Dialoguen. No por ingenuidad sino por convicción, siempre creí en la tercera España, la del encuentro y no la del encontronazo. Agua hay. Dicho eso, agua habrá siempre que no se sobre-exploten los acuíferos y no se contamine el subsuelo. Indudablemente habrá que descontaminar lo contaminado y transformar los residuos en recursos. Administraciones, empresas, propietarios y habitantes de Los Pedroches tenemos que ser agentes activos de todo ese proceso. El cambio climático es un gran enemigo que, unido a factores endógenos de la Comarca, castigará con dureza nuestra división. Necesitamos agua de calidad y es misión de los poderes públicos que el agua no se seque, porque si el agua se secara ¿qué la humedecerá? Me constan los esfuerzos y la preocupación de todos. El agua ha de salir de la lucha política y si no sale, todos tendrán que ceder en algo para que gane la Comarca. Un apunte más: creo que habría que racionalizar y reorganizar al sector ganadero, porque las explotaciones intensivas – no me gustan los animales ni esclavos ni prisioneros -a pesar de los permisos oficiales no pueden ni matarnos de sed ni ensuciar el subsuelo. Si salvamos el agua, salvaremos la Comarca. Hay demasiado ruido y ese exceso no favorece las soluciones. Siempre existe una grieta por donde pasa la luz.

Instantánea que recoge mi intervención.

3.- Sobre la dehesa, ¿Qué se puede decir además de alegrarnos la vista, ser tema literario, refrescar el ambiente, ser fuente de riqueza y pastilla antiestrés? A estas alturas, tenemos claro que la única salida es proteger, proteger y ampliar lo que se pueda. A la imagen del tronco de una fornida encina, paradójicamente, tenemos que asociarlo con su fragilidad. Los Quercus, por un desajuste inmunitario debido a la falta de agua, contaminación ambiental, aumento de parásitos por el calentamiento global etc, necesitan el cuidado del hombre. Para atajar hongos y larvas taladradoras de encinas es imprescindible la colaboración de los afectados con la Universidad, centros de investigación, laboratorios y Administraciones. A la seca y a la larva citada hay que secarlas. Sugeriría que la Dehesa de los Pedroches, ese mar de encinas que actúa como una manta del terreno protegiéndolo del calor y del frio, se añada a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, completando la Sierra de Cardeña y Montoro, donde el bosque mediterráneo se funde con la dehesa. Se habla delos dos Pedroches” ya que la subcomarca del oeste, a partir de Pozoblanco, presenta un encinar mucho más triste y despoblado. Todo indica que el hombre, su agricultura cerealista y desde 1940 hacia acá, la ganadería intensiva, en particular el vacuno de leche, ganaron la batalla a un ejército de encinas que ya la historia había debilitado. En el este, hay zonas donde el encinar alcanza cotas de paraíso, en equilibrio con una ganadería extensiva, básicamente cerdo ibérico y vacuno de carne. Reforestar el oeste, de acuerdo con los habitantes de la zona, debería ser trabajo imprescindible. Los Pedroches, con un 8 % de la población provincial y un 25 % de su extensión, se han convertido en un agrosistema, un rimero de materias primas y eso debe conllevar la recepción de recursos para mantener su medio ambiente. El tamaño importa. Esos 3.500 km2 son decisivos y deben formar parte del pensamiento político, a la hora de la distribución de recursos, según opinión manifestada por el profesor Valle Buenestado.

4.- Despoblación: La disminución de la población en la Comarca es un hecho contrastado: en los 50 años de asociación, hemos perdido más de 18.000 almas. Esta disminución continuada de población en los pequeños municipios es un grave fenómeno, un desafío más que no se acaba de afrontar con eficacia. La despoblación no es solo la ausencia de personas, es la huida de empresas y comercios, calles sin niños, establos y sucursales cerradas, higueras en el salón, curas y personal sanitario compartidos, escuelas sin maestros, residencias repletas, casas sin compradores y hasta los cementerios empiezan a echar de menos a más muertos. Espero que ninguno de los 17Pueblos y las 2 aldeas llegue a tener un habitante, como en el Ainielle de La lluvia amarilla del magistral Julio Llamazares, ni que Los Pedroches acaben formando parte de esa España interior que Sergio del Molino avanzó en su España vacía, allá por el 2016. Nuestro paisano, López Andrada, ya nos avisaba en El viento derruido de que “Los pueblos se mueren como se mueren las personas; se les va arrugando el espíritu despacio y se va apoderando de ellos la tristeza”. Escombros, musgo, líquenes, tejados derrumbados y un lento olvido son los testigos de la amistad entre el silencio y la soledad. Ante eso, la cabaña ovina y caprina se apunta como sector clave contra la despoblación en Los Pedroches. Programas de apoyo fiscal a empresas y familias radicadas en la zona se hacen imprescindibles, así como bonificaciones sustantivas a los costes laborales. Mejorar las comunicaciones por ferrocarril y carretera y una red 5G generalizada y estable son medidas vitales. No podemos dejar perder tanta riqueza. Los Pedroches no se merecen corazones de granito, ya tenemos bastante.

5.- Patrimonio monumental.- Es oportuno citar aquí la obra “Patrimonio perdido de los Pedroches” que Antonio Merino publicó el año pasado en colaboración con la Diputación e Industrias Pecuarias de los Pedroches. Su título lo dice todo. Hoy será difícil, extraviar una ermita, un palacio o profanar un yacimiento arqueológico, pero siento temor por fachadas, paredes, eras, arcos, dinteles, cruces, brocales de pozos, bancos, zahurdas con bóvedas de arista, puentes, etc. Podemos calificarlos como elementos menores, pero todos ellos dan identidad a los pueblos y carácter a la Comarca. En los Pedroches hemos de hacer las cosas bien, con cariño, con mimo, con jeito –según el pacense Luis Landero-, se trate de un jamón ibérico, una suave morcilla, el lechoncito frito o proteger una humilde fachada con sus rejas. Porque las fachadas en Los Pedroches no son de cartón piedra. Tampoco son Pedroliwood ni telones de fondo de un teatro: Son piedras de granito, son ladrillos de arcilla y, a veces, hay trozos de pizarra. Todos son materiales con historia local que no merecen ser víctimas de una mala política. ¿Qué decir de un dintel, jambas y batior? El Paraíso de los Pedroches necesita sus casas, sus fachadas, sus arcos de ladrillo y unos “pegous” que lo protejan del cristal y el acero de nuevas construcciones. Ningún “pegou”, por muy legal que sea puede mutilar la identidad de un pueblo. Compatibilizar tradición y futuro es la única salida sostenible. Además, hay constancia de que algunos “pegous” están muy anticuados y piden una actualización. La protección del patrimonio va unida a su divulgación y disfrute. Podría citar varios museos, monumentos o espacios patrimoniales que permanecen cerrados por falta de personal. Las posibilidades de ser visitados son escasas o nulas. En el mejor de los casos, y tras preguntar, te pasas por el ayuntamiento, recoges la llave, te montas la visita y vuelves para devolverla. Todo muy familiar, pero el método no parece serio. Turistas, amigos y familiares se han quedado con las ganas de visitar estos sitios. ¿Tan difícil o tan caro resulta poner un horario fijo un par de días a la semana? Conservar un patrimonio para tenerlo oculto no parece la mejor opción. La cultura es motor de progreso, da puestos de trabajo, ocupa el tiempo libre de la gente y genera riqueza. Evocando a Joan Manuel Serrat, ruego a quién corresponda que se revise esta situación para que no sean necesarios más héroes ni más milagros.

Para terminar expresaremos dos deseos, uno para la Casa y otro para Los Pedroches.

A la Casa le deseo otros 50 años de actividad porque Los Pedroches, después de los peligros expuestos aquí, siguen necesitando ventanas abiertas y voces nítidas que los hagan visibles en la capital, lugar donde nos concentramos como emigrantes familias y generaciones procedentes de la Comarca. Además, esta presencia permanente en Córdoba debiera reforzarse, como ya he dicho, con el fichaje de jóvenes que tomen conciencia de los tesoros naturales de la zona y del inmenso, variado e interesante patrimonio cultural que la comarca encierra. Aunque las cosas han mejorado, hoy día, Los Pedroches siguen siendo un territorio desconocido e inexplorado. Con poco que se escarbe, a lo ya sabido, habrá que añadir nuevas páginas de arqueología, ya sean de prehistoria, romanas, visigodas o árabes. Así, este verano se encontraron pinturas rupestres post-paleolíticas en Alcaracejos. En los Pedroches hay mucho por descubrir y la Casa debe seguir siendo embajadora, vitrina, ventanal y voz.

El segundo deseo es una llamada a la responsabilidad de todos los habitantes de este Llano de las Bellotas, que produce las más dulces de la Tierra, según la literatura árabe. Ya en 1960, el jarote Juan Ocaña mostraba su preocupación en el Cronista del Valle, o mejor en el Cronista de Los Pedroches, cuando escribió el artículo “Hacia una mejor unión”, llamando a la colaboración entre todos los pueblos de la Comarca. Don Manuel Moreno Valero refiere que en 1962 se creó el Consejo Comarcal de Economía Sindical de Los Pedroches. Sus campos de acción eran la ganadería, y la industria derivada de ella, abastecimiento de aguas, sanidad, etc. Entre nosotros hubo quién dijo que: “Los pueblos no pueden, por sí solos, sino muy pocas cosas; son robinsones abandonados; solo en comunidad o asociación con los demás pueden ser poderosos”. Ahí nació la mancomunidad para abastecer de agua a 14 pueblos de la Comarca, trayéndola del rio Guadalmez.

               La historia cuenta que toda comunidad, ante cualquier dificultad, es más fuerte unida que dividida. Los Pedroches –como Mancomunidad singular y mucho patrimonio común- no van a ser una excepción. Es hora ya de llevar esa premisa a la práctica. Por eso, tomando como referencia nuestras raíces comunes, nos convendría unir nuestros futuros para tener un futuro común. Resulta evidente que cada pueblo es diferente de su vecino y que todos tienen una fuerte personalidad. Es bueno que así sea, pero hemos de ser conscientes de que si un pueblo crece, los demás lo hacen también. Si un pueblo muere, llorarán las campanas de la Comarca porque nuestros pueblos son vasos comunicantes que transmiten fácil lo bueno y lo malo, por eso no podemos dejar a nadie atrás. Por eso el diálogo sincero, la colaboración, la cooperación y metas comunes sociales, económicas, culturales y políticas deben ser el marco de referencia. Crecer juntos. Si la política divide, limemos sus aristas, compartamos proyectos, porque es un solo y espectacular cielo star light el que cubre nuestra única casa colectiva: Los Pedroches, una comarca donde todos sus pueblos deben ser iguales de importantes. Nos une la geografía y el paisaje, la historia, las tradiciones, nuestras inquietudes e intereses. ¿Seremos tan torpes de no aprovechar todas estas ventajas? Nuestra única salida es la unión. La seca, no puede secar también la sana convivencia y paralizar o destruir un futuro común. Es evidente que Los Pedroches no se pueden dejar al azar, pues como dice Francisco Antonio Carrasco, por medio de uno de sus personajes en su última obra, Los ídolos de bronce, “El azar es como una tormenta. Aparece de pronto y te trastorna la vida”. La tesis no es derecha o izquierda. La síntesis es izquierda y derecha. Los Pedroches sí o sí. Esas son las coordenadas.

               Dice Vicky, amiga y socia, que este Llano de las Bellotas es una delicia para los sentidos, un crisol de culturas y un profundo tsunami de sentimientos. Todo ello lo ratifica Juana Castro a través de sus “11 rutas emocionales”, publicadas en el 2020, “las cuales nos adentran en su paraíso onírico e invitan navegar su particular océano de encinas y emociones”, en palabras de Matilde Cabello. Como colofón me permito dejar una frase – prestada y reelaborada- que nos atañe a todos los que vibramos por un paraíso común en Los Pedroches, utopía que nos sirve para avanzar, según el actor y director argentino Fernando Birri. Dice así: No te preguntes lo que pueden hacer los Pedroches por ti, mejor pregúntate lo que tú puedes hacer por Los Pedroches. Muchas gracias.

Actuación de los grupos Alcaria y Los Jarales, ambos de Alcaracejos.

 


sábado, 21 de septiembre de 2024

Patrimonio mojino perdido

 

Fachada del Grupo Escolar José Ventura, proyecto 1943 (Regiones devastadas)

Hablar de patrimonio perdido en la revista de feria pudiera parecer, en principio, una contradicción, pero no lo es. La feria suena a bullicio, diversión, alegría, ratos de risa, etc y está bien que así sea. El patrimonio cultural susurra cosas serias y si hablamos del perdido, todavía más porque lo perdido tiene, en general, matices de nostalgia y de tristeza. Pero resulta que la revista de feria es también un vehículo transmisor de cultura. En sus páginas, con buen criterio, siempre han cabido nuestras tradiciones, poesías, fotos, recuerdos, comentarios, eventos y reflexiones de todo tipo. La revista de feria es un magnífico instrumento que informa acerca de los festejos que se van a celebrar y también de algunas inquietudes de vecinos y vecinas y de historia del pueblo. Es por eso que la contradicción no existe. La seriedad y lo lúdico se mezclan y complementan como aspectos esenciales de la propia vida. Procesión y vaquillas forman parte de nuestro patrimonio sin mostrar ningún rasgo de incompatibilidad. Cada cual en su sitio.

    El patrimonio cultural es un conjunto de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores para ser transmitidos de una época a otra, o de una generación a las siguientes.

    En línea con el libro de Antonio Merino Patrimonio perdido de Los Pedroches (Noviembre, 2023), se trata de recoger aquí patrimonio mojino impregnado de “memoria y olvido” para que su recuerdo nos anime a conservar lo que nos queda y recuperar aquello que se pueda. Estas líneas intentan aumentar la sensibilidad social de vecinos, asociaciones e instituciones locales por nuestra herencia cultural. Un pueblo sin raíces no es pueblo. Conocerlas y conservarlas no es una moda, es una obligación moral ya sean edificios, documentos, costumbres o naturaleza.

    La relación de patrimonio cultural mojino perdido es, por desgracia, terriblemente extensa. Creo que no somos conscientes del enorme capital perdido. Parece mentira que un pueblo tan pequeño haya perdido tanto, pero así es.

    Es evidente que todas las pérdidas no son igual de importantes. Veamos algunas. El orden de aparición es totalmente aleatorio:

1.- Durante la Guerra Civil se perdieron siglos de historia contenidos en los archivos de la Parroquia de San Andrés, así como los altares, ropajes, objetos religiosos y todas sus imágenes. El edificio parroquial (siglo XV-XVI), de origen gótico-mudéjar, quedó seriamente dañado. Nunca se apoyaron con decisión ni recursos económicos los débiles intentos de su reconstrucción. La Casa Rectoral, a su izquierda, mirando desde poniente, también sufrió los efectos de la aviación. En la década de los sesenta del pasado siglo se derribaron los restos que quedaban para construir en el mismo solar la nueva sede parroquial. No renuncio a una reconstrucción virtual del templo.

2.- El abrevadero o “pilar” estaba situado en la actual calle Maestro Miguel López, frente a la casa de “Manolo, el del butano”. El ilustre historiador Pascual Madoz, en su obra Diccionario Geográfico, Estadístico- Histórico de España, editado en Madrid en 1845 recoge que “del sobrante de agua de la fuente del Moreno sale una cañería que va a derramar a un pilar que fue construido en 1803 y abastece a todos los ganados; se bebe nada más que la de la primitiva fuente porque a causa de otras aguas que recoge la atajea[1] en su trayecto hasta el pilar, se hacen desagradables”. El 31 de octubre de 1968, siendo alcalde Rafael Muriel, el pleno acordó “suprimir el abrevadero público existente en la, entonces, calle José Antonio, teniendo en cuenta el peligro que supone para las personas su actual emplazamiento y que se construya en el lugar que se considere más conveniente”. El pilar se quitó de allí pero no se reconstruyó en ningún otro sitio. Aún hoy podemos apreciar su visible silueta. Con un dron sería una buena foto.

3.- Cines.- A lo largo de mi vida en el pueblo he tenido la suerte de conocer cinco locales: El primero, en mi niñez, 1956-1962, era cine de invierno y sala de espectáculos (teatro, zarzuelas…) y estaba en el solar que ocupa hoy la cerrada “Fonda Nueva”, en el cruce. Dionisio y su señora Paz eran los dueños y Francisco Rodríguez Ventura, dueño del bar El Control junto a Lucía, el maquinista. Había un espacio especial para los niños que llamaban “el gallinero”. En verano cambiábamos de local y veíamos las películas en una especie de corralón grande, carretera de El Viso, a la derecha, cerca del cruce, por encima del actual edificio que ocupa el Patronato Municipal Alcavise, antigua casa de la familia Cruzado. Recuerdo que con 15-16 años, 1966-67, hubo un cine en el antiguo “callejón del abogado”, hoy travesía de San Isidro a Ramón y Cajal. Aún se puede ver desde la calle, 2024, la pared de la casetilla que albergaba la máquina. El suelo era muy irregular y lleno de hierbajos y matojos. Con 18-20 años, iniciada la década de los 70, hubo un cine de invierno al final de la calle Córdoba. Las filas estaban formadas por sillas de enea unidas, por detrás, mediante unos tablones alargados. En verano, próximo al cruce, junto a lo que fue el bar “La Aparcería” y los números 18 y 19 de la Plaza de Andalucía, hubo un nuevo local. Lo llevaba don Casimiro, médico de Pozoblanco. La “Anita de Cascales” regentaba un quiosco de chucherías, al lado, en la parcela del cuartel. Más recientemente, en algunos veranos, se han visto películas en la explanada de la Ermita del Santo, [San Sebastián].

4.- En el exterior de la Ermita de San Andrés, parroquia hasta 1966, a la derecha de su fachada, desde su inauguración en la década de los cuarenta del siglo pasado hubo una cruz metálica –seguramente de hierro. Estaba incrustada en un cilindro vertical a modo de columna y ese cilindro vertical se apoyaba en una plataforma – también cilíndrica de mayor radio y de unos 20–30 cm de altura. Hay planos en los archivos de Regiones Devastadas. Todo el conjunto desapareció misteriosamente en fechas posteriores a la inauguración del nuevo templo parroquial en 1966, posiblemente sobre 1967 – 68. "Misteriosamente" esta cruz apareció en "El Santo", junto a la ermita de San Sebastián. Después, nunca más se supo.

5.- El grupo escolar “José Ventura construido por Regiones Devastadas después de la Guerra Civil no era una joya arquitectónica pero fue un edificio con personalidad y un peculiar estilo. Existen fotos y planos con todo lujo de detalles. Su fachada y laterales, debió de haberse conservado. Se derrumbó por completo y en su solar se construyó la Residencia “Antonio Mansilla”, cuyo edificio principal data de 1994.

6.- Quioscos en el centro de la plaza he conocido dos. Hoy debido a sucesivas remodelaciones no existe ninguno. Particular interés tenía el que ocupaba la plaza en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo: De forma hexagonal regular, su planta baja estaba dedicado a cantina en las ferias de mayo y de septiembre. El primer piso, a modo de azotea, servía de plataforma a la banda de música. Junto al quiosco estaba la pista de baile, también perdida.

7.- En el Archivo Municipal de Alcaracejos las actas que recogen las sesiones del Ayuntamiento se interrumpen el 7 de febrero de 1936 para reiniciarse, como Consejo Municipal[2], el 16 de noviembre de 1938. Es decir, se perdieron, o se quemaron o se escondieron unos 32 meses de documentos cruciales para la historia del pueblo.

8.- En la parte sur de la plaza y en la actual calle Real, frente a la casa de Ani “la peluquera”, existían dos casetillas públicas [grifos] para dar agua potable al pueblo. En “La Cañá” había un depósito de agua potable que creo que venía de la Garganta, zona de El Horcajo, en Ciudad Real. Las dos casetas y el depósito se perdieron. Hay fotos.

9.- Basta echar un vistazo al programa de feria de 1953 para comprobar cuanto se ha perdido. Especial interés tenían para el pueblo las carpinterías de Vidal Fernández, en la calle Jesús, y de Eutiquiano en la calle Mártires, ahora Antonio López. También Antonio García figuraba como “Taller de Ebanistería y Construcción de carros” en la calle José Ventura. Aparte del sugerente olor a madera trabajada y el enorme servicio que prestaban, cada una disponía de abundantes y características herramientas. Lo mismo podemos decir de las fraguas de Celedonio y Juan, en la carretera de Córdoba, frente al bar-tienda que montó Peralbo y de otra que estaba en el actual solar del bar La Fragua – Casa Eladio, en la plaza. En 1953 el pueblo contaba con dos fábricas de aceite: “La Germinal” de Alfredo Moreno en la calle Sol,7 y la de “San Rafael” en la calle José Ventura, 37 a nombre de Ángel Moreno y Rafael Muriel, solar compartido hoy por el Hostal las Tres Jotas y Electrodomésticos IDEA. Aparte en la finca “La Modesta” funcionaba un molino de aceite a nombre de Francisco Gómez Ayala. No podemos olvidar los talleres de zapatería de Arsenio López Ruiz y Vicente Muñoz Conde, ambos en la calle Calvo Sotelo. Ceferino Campano fabricaba jabón en la calle Jesús, 8; Celedonio González, cantero, hacía finos trabajos en piedra de granito y las panaderías de los hermanos Valverde y de “San José” de Joaquín Suárez elaboraban exquisitos panes y cocían los dulces caseros que el personal amasaba en sus propias casas mientras que José Ruiz Dueñas molturaba toda clase de piensos para ganados. ¿A dónde fueron a parar tantas herramientas, tanto papel de facturas y encargos, algunos dibujos o algunas fotos? Es evidente que todo no se puede conservar, pero también lo es que hemos perdido mucho. Es una pena que con todo ese excelente material no exista en el pueblo un Museo Etnográfico al que se hubieran podido añadir útiles y máquinas de agricultura. En este sentido echo en falta alguna iniciativa municipal. Nunca es tarde.

10.- ¿Qué podemos decir de nuestro patrimonio minero? La deuda con nuestro pasado aquí es enorme. Solamente el complejo de Demetrio hubiera dado, por sí solo, para un singular museo[3]. Supongo que al ser las minas de iniciativa muy privada, al terminar la explotación lo desmantelaron todo y se lo llevaron o lo vendieron. Queda algún castillete metálico, algunos vacíes[4] que se aprecian a simple vista, algunas construcciones que aguantan y supongo que puestos a buscar, saldrán fotos y documentos. El monumento que está junto al edificio de la Mancomunidad para recordar nuestro pasado minero resulta claramente insuficiente. Hemos desperdiciado demasiado. Quizás la unión con Villanueva del Duque, en este terreno, diera una recuperación de patrimonio algo más productiva.

11.- Pósito.- El ilustre historiador Pascual Madoz, en su obra Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico de España, editado en Madrid en 1845 recoge que Alcaracejos tiene un Pósito sin fondo en metálico y muy poco en especie, fundado en 1563 y reedificado en 1785 por haberse hundido. Por otro lado hemos encontrado que el edificio del Pósito formaba una manzana en medio de la plaza, almacenando en sus paneras completas unas 1.200 fanegas de trigo. En la sesión del 28 de agosto de 1921 y tras informe presentado por los peritos Martín Santos Ruiz y Rafael Pérez Caballero como resultado del reconocimiento hecho al local del Pósito, se acuerda por unanimidad que “en vista de considerarse inútil el local que fue Escuela de Niñas, antiguo Pósito público sito en la Plaza de esta villa, bien propio de este Ayuntamiento, por encontrarse en tan mal estado que se hace muy difícil su reparación, pues en caso de llevarse a cabo costaría una suma superior al valor del actual edificio, se decide proceder a un derribo total, quedando el solar que ocupa, por estar situado en el centro de la Plaza del Ayuntamiento, para ensanche de la misma y destinado a vía pública, por estimarse este ensanche de suma conveniencia para ornato e higiene de esta población”.

12.- El Calvario, aparte de Agrupación Musical en Alcaracejos, es el conjunto de un olivo plantado sobre una construcción paralelepipédica construida a base de piedras. Está en la salida del pueblo, carretera de Alcaracejos a El Viso, a la izquierda, N-502. No es un elemento perdido pero está a punto de perderse. Por su historia en el pueblo y en la comarca, requiere una reparación y un mantenimiento para su conservación. Está construido en solar de propiedad privada y se interpreta como el Monte Gólgota. Todo indica que sea una construcción de influencia franciscana, muy presentes en la Comarca de los Pedroches en tiempos pasados.

13.- A la relación de pérdidas hay que añadir la imagen original de la Virgen de Guía, desaparecida en la última guerra civil española (1936-1939), estando en la parroquia de Hinojosa del Duque[5]. De la imagen perdida, sabemos por testigos de la época, que representaba a Nuestra Señora de Guía sentada con el Niño en sus brazos, hueca en su interior, y fabricada en bronce. Otras fuentes afirman que era de plata[6], de altura similar a la actual -es decir unos 24 cm- con unas hendiduras en la parte posterior[7] y de iconografía similar a las vírgenes castellanoleonesas de los siglos XII y XIII. Desde 1936 a 1941, guerra y postguerra, la Hermandad permanecerá eclipsada, se perderán Actas y Reglamento, así como gran parte de sus escasas pertenencias (estandartes, andas, bastones de mando, etc…). En este apartado se han incluido datos facilitados por Jorge González Navarrete.

14.- Para ser patrimonio que nos identifique, y que hay que proteger, no es necesario que se trate de un gran edificio ni un espectacular monumento. En este apartado incluimos a muchas fachadas de casas de Alcaracejos y paredes de su término que forman parte de nuestro ADN cultural local y comarcal. Repito, no son monumentos fantásticos ni están hechos por grandes arquitectos ni escultores. Pertenecen a familias de todas las clases sociales y se pueden encuadrar dentro de la llamada arquitectura popular. Son casas de un par de plantas con dinteles sencillos de granito en puertas, ventanas y balcones. A veces se acompañan de un arco de ladrillo en los denominados portones, con frecuencia llamada puerta falsa. Ejemplo paradigmático era la fachada de la casa, ya derruida, en la Plaza de la Iglesia, 2, ejemplar único del pueblo con siete elementos. Me consta que el derribo ha sido legal y disfrutaba de todos los permisos, pero se me encendió uno de mis pilotos rojos: Es necesario proteger más y mejor a esa arquitectura popular. No disponemos de mucho patrimonio y es necesario afinar bastante más en un nuevo PGOU o desarrollar nuevas normas subsidiarias que amplíen la protección de un patrimonio que es de todos.

            Esta relación podría prolongarse con más patrimonio entre perdido, deslocalizado u olvidado. Así podemos citar el Pozo del Cerrillo, la Fuente Nueva, Procesión de Santa Bárbara, Eras para aventar el grano, archivo del antiguo Cuartel de la Guardia Civil, archivo de la Cámara Agraria, el Día del árbol, Feria de Ganado, etc, etc.

    Antonio Merino recoge que “tanta pérdida en monumentos o edificios puede deberse a la acción de los agentes naturales, como terremotos o incendios, pero en la mayoría de las ocasiones la culpa es de la propia actuación del hombre, sea por acción, desidia o abandono”. En otras ocasiones, sigue diciendo, “la pérdida de patrimonio histórico se debe al desprecio hacia las propias antigüedades artísticas y a la ignorancia de su valor simbólico y material”. Gaya Nuño, experto en patrimonio español desaparecido, lo denomina “destrucción pacífica”, producto de la indiferencia e insensibilidad hacia nuestro pasado. Las guerras, procederes políticos decisivos o, simplemente el negocio inmobiliario han sido motores de destrucción patrimonial. Paradójicamente, en ocasiones, han sido devoradores de patrimonio personas que tenían la responsabilidad de custodiarlo. Evidentemente el paso del tiempo siempre juega en contra de la conservación. Por eso ante tanto posible agente destructor son necesarias políticas eficaces y transparentes de protección. Todos los mojinos tenemos en la cabeza ejemplos claros de recuperación /conservación de patrimonio como es el Silo convertido en Centro Termal, la Ermita de San Andrés transformada en salón de servicios múltiples, la Casa cuartel de la Guardia Civil al menos mantenida, la portada de la antigua iglesia parroquial del siglo XV-XVI, el Museo de la Matanza con las esencias de esta tradición, una decena de dinteles repartidos por el pueblo, el chimeneón, algunas fachadas, etc.

    Sobre el patrimonio inmaterial, sabemos que algunas costumbres y tradiciones van cambiando con las personas y con el progreso y son difíciles de mantener, por eso deben de recogerse en museos, textos e imágenes (fotos, grabados, ilustraciones, pinturas, etc...). Siempre será importante, y seguramente curioso, saber cómo nos comportábamos, cómo éramos. Destaca aquí lo valiosa que resulta la presencia de cronistas, eruditos, artesanos y artistas en un pueblo y de los archivos municipales o de asociaciones públicas y privadas. Evidentemente, también, los fondos documentales de las instituciones religiosas. Conservar el patrimonio es una incuestionable responsabilidad colectiva.

Restos de la Iglesia Parroquial siglo XV-XVI, bombardeada en la Guerra Civil






Caseta de dar agua en Pozoblanco. Como esta
había dos en Alcaracejos en los años 50 -60 del siglo pasado.

Cruz de hierro y granito. Exterior ermita de San Andrés


Calvario, medio derruido. Somos varios los mojinos
que clamamos por su reconstrucción.


Quiosko en la plaza, perdido. Fuente, trasladada.


Cruz del exterior de la ermita de San Andrés apareció en "El Santo".
Luego se perdió su rastro. (Gentileza de Miguel López Rísquez)

Nota: Este artículo y la mayor parte de las fotografías se publicaron en la Revista de Feria 2024.



[1] Conducto, canalón, conducción sumidero, colector…..

[2] El Gobierno de Largo Caballero, a principios de 1937, creó por decreto los Consejos Municipales para sustituir a los ayuntamientos. Fue una nueva articulación del poder local en la retaguardia republicana. Ver Quirosa – Cheyrouce y Muñoz, R., Los Consejos Municipales, HAOL, núm 4 (primavera 2004) 115-126. ISSN 1696 – 2060. Al llegar los sublevados al poder, marzo 1939, sustituyeron, inicialmente, este Consejo Municipal por una Comisión Gestora.

[3] Además de instalaciones y documentos de Cantos Blancos, Mina Claudio, Grupo Minero Los Almadenes (El Chaparro Barrenado), etc…

[4] Amontonamiento de tierra y rocas sacadas del interior de la corteza terrestre. Realmente un pozo de mina es un vaciado de materiales que pertenecen a la corteza de la Tierra.

[5] Se cree que un cofrade de Hinojosa del Duque la escondió, junto con otras piezas, en un encinar. Por desgracia, parece que el cofrade falleció. Nunca más se supo.

[6] Algunos testimonios orales recogidos aseguran que de plata era tan solo la hornacina que la contenía.

[7] Supuestamente donde se encontrarían unas argollas para poder pasar por estas las riendas del caballo. Aunque esto no está comprobado.

 


martes, 6 de agosto de 2024

Corneanas: curiosas rocas en Alcaracejos

 

Corneana, roca.

        Tarde del mes de julio del 2024, 21 horas, 33º de temperatura. Estamos en el cruce del Camino de la Magdalena con el de la Pajarera. Vamos hacia Alcaracejos. A la izquierda queda la huerta de Germán Santos que hoy la disfrutan sus herederos. Hemos pasado por ahí cientos de veces durante decenas de años. Apoyada en la vieja, y espectacular, pared una piedra casi circular me llama poderosamente la atención. Es un ejemplar único en esa tapia de media altura. No detecto ninguna más de su familia. Es de color grisáceo, con tonos de azul y algunas zonas irregulares tintadas de marrón. Es muy pesada. Al golpearla con otra piedra tiene un sonido muy metálico que puede recordar a una campana. Su forma es la de un casquete esférico incompleto, a modo de cabeza de una chincheta gigante. Desde arriba, en su cara curva, se ven unos círculos concéntricos que van descendiendo hacia el exterior. Se apoya en una cara plana bastante lisa. Le falta un trozo para completar la forma de un círculo bastante perfecto vista desde arriba.

Mi primera impresión me recordó a un molde, a material minero que pudiera proceder de una fundición. No tengo ni idea de lo que puede ser, pero la asocio con algo artificial, algo que procede de la mano del hombre.

Vuelvo al siguiente día con lápiz y papel, un metro y el móvil para echar unas fotos.

Longitud cara rota à 39’5 cm

Desde centro parte rota al extremo, mayor que un radio à 29’5 cm.

Radio à unos 20-22 cm, aproximadamente.

Parte central rota tiene una anchura de 8 cm.

Parte derecha, disminuye anchura uniformemente à 7 cm à 5’2 cm…..

Parte izquierda, disminuye anchura uniformemente à 7’7 cm à 4 cm….

Envio fotos a Miguel López Rísquez, amigo con el que comparto algunas historias. En una hora me contesta y me dice que no me entusiasme mucho, que son piedras o pizarras bastante comunes en la parte de La Cumbre y si está en una pared, la forma puede ser caprichosa para poder acomodarla en un lugar concreto.  Alego algunas particularidades de la piedra, pero ante esa respuesta le digo que consultaré con un amigo geólogo.

Juan José Rodríguez me comenta que también las conoce. Las ha visto por la zona de la antigua estación de ferrocarril de El Soldado, que es por donde termina el granito y aparece la pizarra. “Sonido metálico, pesan mucho, aspecto de pizarra y tienen parecido con algún mineral de hierro”, son sus comentarios literales.

Antonio Mª Cabrera Calero (Pozoblanco, 1969), profesor de secundaria y licenciado en Ciencias, Geología, por la Universidad de Granada me indica que “estas rocas son efectivamente muy curiosas por el sonido metálico o de campana que tienen al golpearlas. Es una roca natural. No tiene relación con el ser humano ni con la metalurgia. Son corneanas que aparecen junto al límite del granito, resultado del calentamiento de las areniscas del culm (carbonífero) en contacto con el magma del granito. Quedan unas rocas negras, superduras y compactas. Las líneas concéntricas son las originales de la arenisca. La forma esférica es accidental, fruto de la erosión en forma de bolos”.

Las fotos completan esta pequeña historia de un Alcaracejos ligado a la Naturaleza por sus cuatro costados.

Tamaño comparado de la roca


Corneana, vista por su haz


Corneana, vista por su envés.




Grosor y superficie de la fractura