martes, 27 de diciembre de 2022

Y faltó una oveja...

 

Calle Ramón y Cajal (Alcaracejos) Navidad 2022

               Era un pueblo pequeño llamado Mojinolandia. Estaba situado a la falda de una pequeña, pero alargada, loma, con ermita incluida, y pendiente hacía el norte. El subsuelo era muy rico en agua lo que le permitía disponer de frondosas huertas y huertos. Vecinos y vecinas eran gente sencilla y apacible.

               Como pueblo, con raíces, estaba orgulloso de sus tradiciones y todos sus habitantes participaban, con ilusión, en mantenerlas. Los Reyes Magos, junto a la Virgen de la Orientación, eran sus mayores tesoros, fiestas que siempre se celebraban a lo grande.

               Con el tiempo la celebración de Los Magos la ampliaron a toda la Navidad y convirtieron al pueblo en un Belén andaluz repleto de imaginación, trabajo y fantasías navideñas. Pastores, Reyes de Oriente, ángeles, múltiples animales y muñecos de nieve habitaban plazuelas y rincones como si toda la vida hubieran estado allí, dando a Mojinolandia el sabor a turrón y a tierno mazapán. Las humildes calles se vistieron con sus mejores galas, desprendiendo aromas y mensajes de San José, la Virgen y el Niño.

               Con afán y esperanza, durante meses, vecinos y vecinas transformaron cartones, todo tipo de envases, retales de la abuela, muebles desvencijados, plásticos y maderas, pinturas y bombillas, alambres y tornillos, matojos de la sierra, etc en “cosas de Belén”. Mojinolandia lucía como un diamante. La gente era feliz contemplando lo hecho por sus vecinos. La alegría compartida y los brillos de Navidad llegaban desde la carretera a la plaza, desde la calle Cumbre hasta el centro termal y desde el cruce hasta la nueva iglesia. El censo se multiplicaba por dos, especialmente por la tarde-noche. Los visitantes, venidos de los pueblos cercanos, eran muy numerosos.

               Pero el bien y el mal siempre caminan juntos y una maldad inmadura acechaba tras la inauguración del pueblo más navideño de la provincia: Una sencilla oveja con patas de madera, armazón de cartón y cuerpo de tela de borreguito, con maceta de plástico pintada como hocico, desapareció de su rincón. Los pobres pastores, maniquíes, fueron testigos mudos y nada pudieron hacer para impedir tamaña atrocidad. El ladrón / los ladrones no se llevaron una oveja, con su robo se llevaron la ilusión y el trabajo de un pueblo. Los pastores se quedaron sin oveja y a los vecinos le robaron parte de su corazón: la simpática oveja, fruto de sus desvelos y sus horas de esfuerzo se había esfumado por arte y parte de unos gamberros inconscientes, con escasa sensibilidad y ningún respeto.

-        *Manda cojones. Hay gente para todo, comentó María.

-        *Para hacer una gracia… escribió Juan Antonio.

-       * Me quema la sangre, dibujó Mayordomo.

-        *Para ponerla en el patio de su casa, manifestó Mamen.

-    *También se han llevado huevos del gallinero y tres ramos de la pared, escribió una muy cabreada Ángela.

-        *Habría que poner vigilancia 24 horas. Vuestro arte y vuestro esfuerzo se lo merece, expresó Antonio.

-       * Si no hay municipal …..van a vigilar 24 horas, le respondió Ana.

-       * Qué manera tan tonta de hacer daño, apuntó Isabel.

               En la madrugada el pueblo se calmó, pero en una calle de cuyo nombre no me acuerdo bien, se escuchó con claridad:

-                             - Llévame a mi sitio, soy una oveja de rincón navideño, no soy oveja de patio particular. Además no me gusta.

               Entonces el ladrón, que dormía ajeno a todo aquello, oyó que llamaban a su puerta. Era noche cerrada. Receloso se levantó y preguntó: ¿Quién es?

               Fueron varias las voces que le respondieron: Venimos a llevarnos lo que es nuestro. Debes devolvernos la oveja que has robado. No es una oveja de patio particular. Es una oveja de rincón navideño. El rincón es su casa y ese debe ser su destino. Para eso fue hecha.

               Desconcertado abrió y delante de sus narices se encontró con todas las figuras que ese año formaban parte de las escenas de Navidad. Era una manifestación de pastores y pastoras, pingüinos, renos, otras muchas ovejas, los muñequitos de Legoland, ángeles celestiales, pollitos y soldados, gnomos, garzas y ciervos, conejos y ratones,… y hasta Papá Noel con San José, la Virgen y el Niño traían una pancarta: “Devuélvenos la oveja”. Todos reclamaban la oveja, su oveja.

-     *   No pensamos irnos de aquí hasta que no devuelvas lo que no es tuyo. Queremos que pongas la oveja en su sitio y escribas una carta de disculpa a los vecinos y vecinas del pueblo. ¡¡No se merecen esto!! ¡¡Han trabajado mucho!! Debes pedir perdón.

               Mala Sombra con Fronteras, que así se llamaba, se quedó pálido y mudo. Balbuceando pudo decir: Solo quería gastar una broma. Pensé que así podría hacer famoso al pueblo, una anécdota.

-        *Pues ahora restituyes la oveja en su lugar y colocas un cartel de disculpa, dijeron los pastores.

*****

               Mala Sombra con Fronteras se despertó. Estaba en el patio de su casa. Sudaba la gota gorda y su corazón palpitaba acelerado. Sentía frío.

-        *Pero, ¿Qué hago aquí?

               Estaba delante de la oveja de madera y trapo. Esta lo miraba sonriendo y le dijo:

-       * Entonces, ¿me vas a devolver?

               Aún no había amanecido, se vistió rápido, cogió la oveja y salió a la calle. Estaba solitaria y solo. Llevaba la oveja en brazos, entre protegida y oculta. En el silencio y humedad de la noche pudo comprobar la belleza de las calles del pueblo engalanado de Navidad. No pudo remediar una lágrima de arrepentimiento.

               A su paso, los ángeles sonreían, los soldaditos –aparentemente de plomo- aplaudían y los renos saludaban moviendo su cornamenta. Las campanitas de un trineo sonaban en el fondo.

               Llegó al lugar del delito y los pastores se levantaron a saludarle. Le dieron las gracias. Mala Sombra con Fronteras se despidió pidiéndoles perdón. La oveja, ya colocada en su sitio, dio un suave balido como señal de agradecimiento. A su lado un cartel con un emoticono, con cara de malo, pedía disculpas y deseaba Feliz Navidad a vecinos y visitantes.

               Mala Sombra con Fronteras llegó a su casa reconfortado y satisfecho. Nadie, excepto las estrellas, dibujos y muñecos lo habían visto. Se acostó y durmió en paz como un recién nacido.

 

 

martes, 6 de diciembre de 2022

Alcaracejos y su cruce

 Alcaracejos está crucificado por dos carreteras: la de Córdoba a Almadén y la de Ándujar a Villanueva de la Serena (Francisco Solano Márquez, 1992, Los pueblos de Córdoba)

El Cruce (Archivo Municipal de Alcaracejos)

               La posición geográfica de un pueblo entra en las apuestas de los dioses. Los hay que crecen en el margen de un río. Otros encuentran su terruño a la orilla del mar. Algunos descubren su futuro bajo la incertidumbre de un volcán que a veces se transmuta en cañón. Para otros, la falla de un estrato natural es señal de la esencia divina. Si nos fijamos en espacios más humildes, creo en la fortuna de los pueblos que disfrutan de un cruce de caminos, ahora, mayormente, carreteras. Son bienaventurados porque disponen de cuatro puertas de salida y otras cuatro de entrada. Mientras, los municipios rectilíneos, aquellos que se extienden a lo largo de una línea, sólo disfrutan dos. Si una población fuera lo suficientemente grande podría albergar varias encrucijadas, que bien comunicadas, multiplicarían las posibilidades de entrar y de salir, y consiguientemente, de crecer.

               Escribir, en pasado, sobre el cruce de una villa pequeña es una foto fija en blanco y negro de una cámara antigua. Estuvo y era así. Hoy ya no es. Así que no procede comparar ni medir. Lo pasado pasó y lo escrito solamente existe en el papel. Corresponde a un pasado que existió. Es lo que tiene publicar algo que se escribió hace ya algunos años.

               El cruce de mi pueblo era el lugar más floreciente de la villa. Ahora la imagen es algo desoladora y, aunque el pueblo trabaja por su supervivencia, el vital cruce de carreteras que lo atraviesan da la imagen de un pueblo casi muerto, un pueblo a punto de cerrar.

¿Qué ha pasado?

               Ni mis datos ni mi memoria me permiten hacer un relato cronológico de los cierres sufridos, pero sí de los establecimientos que generaron vida y ahora ya no la dan. Fueron y ahora ya no lo son, como millones de cosas en la vida.

               El cruce era una muestra evidente de un pueblo activo, vivaz y palpitante. Durante años una gasolinera suministró combustible a propios y extraños. Era una bomba manual que alternaba el llenado y el vaciado mediante depósitos de un cristal trasparente. Los coches llegaban por todos lados. Con motivo de las nuevas medidas de seguridad tuvo que ser trasladada a las afueras de la población. Uno a cero.

               La misma familia que regentaba el despacho de combustibles era dueña del Café–Bar El Control, uno de los mejores sitios del mundo para tomar un buen café. Los cafés que ponían Paco y Lucía eran inmejorables: hacían una mezcla secreta de torrefacto con natural y conseguían un aroma y un sabor inigualables. El Control era el bar de las grandes partidas de dominó y ajedrez. Era el sitio donde mucha gente –hombres al 100%- se reunía a ver por la tele las corridas de toros y los partidos de fútbol, primero en un blanco y negro, que en realidad eran tonos de gris, y más tarde en color. Tenía una terraza espléndida donde podías saborear unas apetitosas tapas de lomo y unos caracoles excepcionales. En Noche Vieja era sitio de reunión y de baile de maduros y jóvenes. Un lugar entrañable. La edad y el exceso de trabajo jubilaron a Paco y a Lucía y el negocio pasó a manos de los entrañables Críspulo y Ana que, con mucha lucha y entrega, supieron mantener la actividad, el buen café y el ambiente agradable.

Café-Bar El Control, en el cruce (2015)

               El Café–Bar El Control siempre fue algo más que un bar. Para muchos fue una segunda casa, un lugar de encuentro, un local donde compartir la pasión por los toros y las disputas futboleras; un espacio para conversar con amigos o tomar una copa después de trabajar. En su puerta paraban los saures amarillos de Auto-Transportes San Sebastián que comunicaban Los Pedroches con la capital, etc. Por cierto que nunca supe el porqué de su nombre. A Críspulo y Ana también les llegó el momento de empezar a disfrutar el rédito de su trabajo. Cerraron y pusieron el local en venta. Durante un tiempo, “Juanano” -vecino del Tic–Tac- lo tuvo en alquiler, pero terminó en cierre. Durante unos meses El Control se volvió a alquilar, pero el negocio no fue lo suficientemente bien para hacer frente a impuestos, luz, alquiler, etc, así que el Café-Bar El Control volvió a cerrarse y el cruce quedó tan gris como sus carreteras. El local, en su silencio, estuvo esperando que alguien lo recuperara del ostracismo al que las circunstancias lo tenían sometido. Su alma siempre estuvo ahí, pero sus puertas y ventanas permanecieron cerradas aguardando el empuje ilusionante de algún emprendedor/a que lo devolviera de nuevo a la vida. Dos a cero.

               Por fortuna, el 2 de febrero del 2020 Merche y Raúl quitaron las telarañas y el polvo que El Control acumuló y el local ha recuperado su pulso con un ambiente familiar y unos suculentos desayunos. Volvemos al uno a cero.

               ¿Qué se puede decir de La Fonda? Fonda es sinónimo de posada, albergue, pensión, parador, mesón, casa de comidas….Todo eso era La Fonda además de cine en los años 50 y principios de los 60. Dionisio y Paz le dieron identidad a esa instalación. Era un sitio buscado por viajantes y viajeros. Se sabía que te iban a tratar bien, comida sana, abundante y barata. Habitaciones sencillas pero lo suficientemente cómodas. Para Dionisio y Paz el negocio era su joyita a la que cuidaron con mimo y dedicación. También allí se jugaron grandes partidas de dominó y las comidas y tapas eran excelentes. Llegado el tiempo del relevo, La Fonda se traspasó a la familia Carmona: padres y tres hijos. Al principio las cosas les fueron de maravilla. Recuerdo el comedor repleto: cuarenta o cincuenta personas comiendo y hablando sin parar mientras los camareros no daban abasto. Con el tiempo los padres se hicieron mayores, murió la madre y cada hijo buscó su propio camino. Las cosas se torcieron y La Fonda, lugar con encanto de Alcaracejos, y con mucha historia detrás, se cerró. No puedo recordar los años que lleva cerrada. Sólo sé que al día de hoy su aspecto es de tristeza y abandono. Las circunstancias, la crisis, la falta de un empuje inversor, alquileres elevados, derribo y reconstrucción,..… ¿Quién sabe? Mirar hacia la carretera de El Viso, al bajar la calle Rafael Aguirre, te hace tropezar con una especie de muralla, a la izquierda: Es lo que queda de La Fonda Nueva, nombre que acuñaron nuestros queridos Dionisio y Paz. Recuperamos el dos a cero.

               La carretera es como una puerta en esa especie de muralla que a su derecha continúa con el edificio que acoge al Patronato Municipal Alcavise: Alcaracejos vivienda y servicios. Su creación se acordó en el Pleno del Ayuntamiento –sesión extraordinaria– el día 25 de junio de 2004 para administrar tanto la gestión de viviendas públicas como de servicios sociales. Este Patronato comenzó a funcionar oficialmente el 1 de enero de 2009 haciéndose cargo de la Residencia de Mayores Antonio Mansilla, el Centro Andaluz de Alzheimer y de la Unidad Comarcal de Estancia Diurna, todos ellos centros adscritos. Desde marzo de 2010 se ocupa también de la prestación de ayuda domiciliaria. Esta ingente labor que desarrolla contrasta con la imagen de unas ventanas herméticas y una puerta que se abre en laborables y con horario de mañanas. Suponemos que la mayor parte del trabajo se realizará por medios digitales, móvil y ordenador, lo cual implica que no mucha gente se acerque por allí, dando la sensación de cierta soledad y aislamiento. Casi tres a cero.

               La Casa Cuartel de la Guardia Civil es una de las joyas de la corona de Alcaracejos. Bello edificio, amplio y estratégicamente situado….. pero cerrado. Se construyó hacia finales de los cuarenta (1948) promovido por la Dirección General de Regiones Devastadas y durante años dio cobijo a guardias civiles y familiares. El comandante del puesto tenía el grado de brigada. Supongo que se cerró por cuestiones económicas o por falta de influencia política pues Villanueva del Duque sigue con su casa cuartel abierta, siendo un edificio de menor brillantez. En el 2000 se llevaron a cabo ciertas reformas por la Escuela Taller El Retamar II. Hasta el momento las iniciativas para recuperar un uso apropiado de este inmueble han resultado fallidas. Esperemos que con el tiempo surjan ideas y dinero que permitan su rescate del túnel del tiempo. Cuatro a cero. http://alcaracejospuntocom.blogspot.com/2017/08/casa-cuartel-de-alcaracejos.html

               Cierra el círculo, el espacio llamado hace algunos años, El Rincón de Sales que luego fue “La aparcería” de Nono, que también cerró.

               Llegado este punto, que sería casi el cinco a cero, llego a pensar que el cruce está gafado. Parece una maldición. En vez de cruce parece una cruz. Nadie vende, nadie alquila, nadie recupera. La mina estratégica que supone un cruce de carreteras por las que circulan, no por casualidad, centenares de vehículos al día no tiene quién la explote. Para este escribidor resulta inexplicable la situación actual. Demasiados condicionantes negativos para una zona que le ha dado dinero a todo aquel que ha sabido cuidarla un poco y que hoy concentra la mayor densidad de locales cerrados o poco explotados por metro cuadrado en Alcaracejos. La mejor zona y la más devastada. Como dice mi amigo Luis, sólo faltaría traerse la Iglesia al cruce para que haga juego: siempre que pasa por allí está cerrada. Menos mal que entre el Gigante de los Electrodomésticos “Idea”, “El Parador”, “El César”, “El Estefaní” y los “Tic – Tac”, que no pierden el tiempo, y la ilusión de Merche&Raúl, recuerdan que El Cruce y sus aledaños no es un lugar de paso. Con su trabajo y su buen hacer demuestran que esa encrucijada de caminos, que es Alcaracejos, resulta un Potosí en la Comarca de Los Pedroches.

El Cruce. Alcaracejos, 2017. Foto de Víctor Merchán


domingo, 13 de noviembre de 2022

1935: Alcaracejos por Antonio Sarazá Murcia

 


               Antonio Sarazá Murcia fue un cordobés erudito, inquieto y culto que tuvo gran preocupación por divulgar todo lo referido a Córdoba y provincia. Datos interesantes sobre la vida y la obra de este personaje los podemos encontrar en el discurso con el que respondió don Manuel Enríquez Barrios[1] (23/5/1933) al de su ingreso en la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. El Sr. Sarazá Murcia, en dicha sesión de admisión, bautizó sus palabras con el título “Una página para la historia de Córdoba”[2], hojas que recogen abundantes detalles acerca de personas y de la historia local de Córdoba capital.

               Antonio Sarazá fue un adelantado de su tiempo pues se preocupó mucho del turismo y de los viajes. Quizás por esa inquietud fue nombrado presidente del Real Touring Club de Andalucía[3].

               La obra donde incluye Alcaracejos responde al título de “Por tierras de Andalucía – La provincia de Córdoba”, publicada en 1935 por la Imprenta Provincial Hospicio de Córdoba. Contiene informaciones básicas sobre todos los pueblos cordobeses, agrupados por partidos judiciales, y en el de Pozoblanco adjunta una página, aproximadamente, dedicada a Alcaracejos, exactamente en los números 188 y 191 (la hoja intermedia es gráfica, aunque ninguna de las fotos corresponde a Alcaracejos).

                El autor recoge lo siguiente sobre nuestro pueblo:

                Villa de 4707 habitantes a 12 kilómetros de Pozoblanco y a 74 de la capital. Se encuentra situada en terreno llano a la falda de una colina que divide las aguas del Cuzna y del Guadamatilla y aunque su nombre parece un diminutivo de Al-caria, que en árabe significa aldea, es lo cierto que la actual villa se fundó a principios del siglo XV siendo aldea de Torre Milano hasta 1488 en que pasó a depender de Córdoba, bajo la cual estuvo hasta 1560[4] en que, Felipe II, concedió su jurisdicción a los Marqueses del Carpio a los que perteneció hasta 1747 en que volvió a la Corona.

               En 1649, con motivo de la peste, quedó despoblada arruinándose muchas casas y calles de las que aún  quedan vestigios. La Iglesia Parroquial, dedicada a San Andrés, conserva un magnífico retablo del siglo XV con buenas tallas y excelentes pinturas en tabla. En uno de sus altares se conserva una imagen de Santa Ana, procedente de la antigua ermita de su nombre. A corta distancia de la villa se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Guía en la que se celebra una fiesta votiva el 24 de Febrero.

               Su territorio abunda en encinares cuyo fruto se emplea en cebar el ganado de cerda. En las inmediaciones del pueblo hay muchas hazas cercadas de piedra a las que llaman “herreñales”[5]. Produce aceite y cereales y numeroso ganado lanar. Se encuentra situado en la carretera de Córdoba a Almadén y se comunica directamente con El Viso, Pozoblanco, Villanueva del Duque y Córdoba.

               Tiene estación de ferrocarril en la línea de Peñarroya a Conquista. Servicio de autobuses a Córdoba. Celebra su feria el 15 de mayo.

Nota: Nuestro agradecimiento a Francisco Solano Márquez Cruz. Gracias a él hemos tenido constancia de esta obra.

[1] Boletín de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Año XII – Oct – Dic – 1933 – nº 39. Págs 335-339. A Enríquez Barrios se le dedicó un paseo en Alcaracejos que une la carretera de Córdoba con la de Villanueva del Duque (ya se cita este paseo en 1927, Actas de plenos municipales)

[2] Boletín de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Año XII – Oct – Dic – 1933 – nº 39. Págs 311-333.

[3] Diario de Córdoba 27/03/1927.

[4] Error cometido en muchas obras. Pensamos que es el típico caso de error propiciado por el copia y pega. Las Siete Villas se vendieron por Felipe IV a los Marqueses del Carpio en 1660.

[5] Terreno en que se siembra el herrén. Por herrén entendemos el forraje de avena, cebada, trigo, centeno y otras plantas que se da al ganado.

jueves, 27 de octubre de 2022

Alcaracejos 1973-1976: Francisco Solano Márquez Cruz

 


            “Pueblos cordobeses de la A a la Z”[1] es una obra que publicó la Diputación Provincial en 1976. Su autor, Francisco Solano Márquez, lo había sacado, por partes, con anterioridad, en la última página dominical del Diario Córdoba entre el 15 de abril de 1973 y el 20 de octubre de 1974[2]. En ningún momento podemos pensar que se trata de una guía erudita de la provincia. El libro es un relato de impresiones vividas, unidas a algunos datos recogidos con cierta prisa, pero ahí están. El trabajo fue concebido y planteado como un libro periodístico y ese calificativo define y delimita su razón de ser: se habla sobre 74 pueblos a modo de crónica periodística.

            Sobre Francisco Solano Márquez podemos decir que nació en Montilla en 1944. Estudió Magisterio aunque nunca ejerció al ser absorbido por el periodismo, titulación que consiguió, por libre, en 1974. “La animación cultural como asesor de teleclubs, el periodismo escrito, los gabinetes oficiales de prensa y la gestión cultural de cajas de ahorros han sido los ámbitos de su trabajo, siempre alentado por el amor a Córdoba [y provincia] y la divulgación de sus valores culturales”[3].

             Publicar aquí este trabajo es señal de reconocimiento a una persona comprometida y rigurosa como lo atestiguan sus numerosas obras, además de que no es fácil encontrar autores no mojinos que hayan visitado Alcaracejos y hayan escrito sobre él. Las fotos –originales- que generosamente nos ha cedido son espectacularmente buenas. Para mí es un honor que, cuando nos saludamos o me dirige algún escrito, me trate como amigo.

 1973: Alcaracejos, recibidor del Valle

Fachada, hoy junto al Ayuntamiento. José Olmo, municipal.
Observar ventana casi a ras del suelo.
            El puerto Calatraveño (750 metros de altitud) es la puerta natural del Valle de los Pedroches[4] por el Sur. Puerta sin llave. Siempre abierta. Y Alcaracejos, el recibidor. En el Calatraveño hay una gran pancarta alegórica y descolorida que advierte al viajero donde está, por si no lo sabe. “Viajero –dice-: entras en el Valle de los Pedroches”. Y Alcaracejos, recibidor, da el primer abrazo. Abrazo de granito. Que no por eso es menos cálido. El granito es el leit-motiv[5] de los pueblos del Valle. Un leit-motiv que se repite en el dintel de cada casa.

            Alcaracejos es nudo de carreteras. De allí parten a Pozoblanco (diez kilómetros), a El Viso (otros diez), a Hinojosa (dieciocho), a Villanueva del Duque (tres kilómetros), a Dos Torres (nueve). Recibidor. Primer abrazo pedroche. Parada y fonda.

Radiografía

            Villa y municipio de la provincia de Córdoba, situada en el Valle de los Pedroches y perteneciente al partido judicial de Pozoblanco. Su término municipal tiene una extensión de 174’63 kilómetros cuadrados, siendo la altura de la población de 608 metros sobre el nivel del mar. Dista 74 kilómetros de Córdoba capital. En 1960 Alcaracejos tenía 3.011 habitantes de hecho, que han descendido a 2.029 en 1970. Los principales cultivos son el olivo y el cereal. Abundan las encinas y existen algunas huertas. Ganados lanar y vacuno. La minería muy desarrollada en otro tiempo, aún cuenta, extrayéndose plomo y cobre, entre otros minerales.

 Una hermandad mariana de origen militar

1973: Hermanos de Ntra. Sra. de Guía, Calle Capitán Ferrer Morales
            Es Domingo de Resurrección [22 de abril]. El pueblo está de fiesta. Por la mañana, la Hermandad de la Virgen de Guía devuelve la imagen mariana a su ermita, situada en término de Villanueva del Duque, y de la que fue retirada el 24 de febrero, fecha dorada del calendario local. Resulta que la Virgen de Guía es patrona de cuatro pueblos. Una letrilla que se entona en la comarca pregona este patronazgo compartido. Dice:

Viva la Virgen de Guía,
patrona de cuatro pueblos:
Villanueva, la Hinojosa,
la Lancha y Alcaracejos.

             Y los cuatro, como buenos devotos, la comparten de común acuerdo, disponiendo de la imagen un determinado periodo de tiempo al año. El hermano mayor –llamado capitán pues la Hermandad tiene origen militar es este año don Germán Santos Caballero, exalcalde de Alcaracejos.

-        La Hermandad la forman 55 varones. Se ingresa por herencia familiar, de modo que los hijos mayores suceden a los padres cuando estos fallecen.

-        ¿Es muy antigua la Hermandad?

-        Antiquísima, mire usted, tiene 457 años de antigüedad.

-        ¿El origen?

-        Militar. Es de origen militar. En Manila existe una iglesia dedicada a Nuestra Señora de Guía, porque cuando los españoles tomaron la ciudad llevaban la imagen de la Virgen. De modo que se supone que algunos de aquellos soldados, hijos de Alcaracejos, al volver, fundaron la Hermandad.[6] [1592 según afirma Germán Santos en su libro “Mis aventuras en la Guerra Civil española (1936-1939) sin pruebas contrastadas].      

El criadillo mueve la bandera ante la admiración de todos
los hermanos. 1973
El espíritu fundacional se conserva vivo y palpitante. El rito, la regla, el protocolo han sobrevivido. Ha contribuido a ello el rigor castrense con que está concebido el reglamento, haciendo honor al espíritu militar de la Hermandad. Su estructura es la de una compañía, con su capitán (hermano mayor), su alférez y su sargento. Que se relevan por años y son los encargados de vigilar el cumplimiento del reglamento y de cargar con el gasto, llegando a imponer multas, en reales, a los hermanos por falta de asistencia sin causa justificada, puntualidad o de indumentaria.

            Los hermanos visten de riguroso negro. Excepto la camisa blanca todo es negro. Chaqué, pantalón, chaleco, corbata, mascota, zapatos y calcetines. Cartuchera al cinto y escopeta al hombro. Van armados para disparar salvas de pólvora en honor de la Virgen. Cada hermano dispara cuarenta o cincuenta cartuchos. Multipliquemos. Dos mil quinientas salvas en una mañana, la del domingo de Resurrección.

 Los relevos

 Temprano, la Hermandad devuelve a la Virgen a su ermita. Por la tarde son los maitines –rosario y coplas- acabados los cuales tiene lugar la ceremonia de los relevos. El capitán, el alférez y el sargento salientes convidan a los hermanos en sus respectivas casas. Convite parco. Consistente en altramuces, garbanzos tostados y vino. Vino blanco de la Mancha, flojo de grados, única forma de poder resistir de pie todo el recorrido. Se bebe en una taza de plata llamada templadera, que pasa de boca en boca de los hermanos.

            En la calle, al compás de redoble tamboril se flamea la bandera, compitiendo los hermanos en habilidad y destreza. Si lo hacen bien, un aplauso los premia. Pero si la bandera se lía ose cae son condenados al castigo de “correr la vaquilla”, siendo encerrados entre dos hileras de hermanos entrelazados de pies y manos, a modo de muros humanos, y que han de romper para poder salir.

            En casa del sargento saliente tiene lugar la solemne ceremonia de los relevos. Todos se descubren. Capitanes, alféreces y sargentos, al intercambiar sus atributos de mando –bastón, bandera y alabarda- respectivamente – improvisan una estrofa. Con mejor o peor acierto poético. Pero con sentimiento. Eso sí. La devoción a la Virgen de Guía llega muy hondo. Dicen que en la República hasta los rojos daban vítores a la Virgen. La imagen actual es moderna, pues la primitiva desapareció cuando la guerra. Y cuenta la tradición que existía una encina sobre la que se había aparecido la Virgen de Guía, por lo que sus bellotas, milagrosamente, nacían con la imagen de la Virgen grabada.

 Un dintel gótico que sobrevivió a la guerra

             Alcaracejos fue muy castigado durante la guerra civil del treinta y seis. Dicen que casi la mitad del pueblo quedó hecho una ruina. Entre las piedras que cayeron derrotadas ante la devastadora tempestad bélica, la más importante fue la iglesia parroquial de San Andrés, que tenía fama en todo el Valle. En el lugar que ocupaba se ha construido otra, moderna, que se terminó en 1966. En su interior, como reliquia valiosa salvada de la destrucción, se conserva la que fue puerta de la antigua, un encantador dintel de trazo gótico labrado en granito.

Dintel antigua iglesia parroquial de
 San Andrés, bombardeada en la Guerra Civil

            El granito es inseparable de la arquitectura de la villa. En su mayor parte viene de la cantera de Sixto, pero se le puede encontrar en cualquier sitio por poco que se escarbe. Algunos dinteles de viejas casas están labrados. Con tosquedad. Con primitivos motivos ornamentales. Suelen llevar fecha. La más antigua que vi correspondía a 1769.

 Las casas y sus gentes

 Antes, la parra solía ser compañera inseparable de la fachada, formando con sus dinteles de granito un peculiar toldo vegetal que cobijaba las tertulias de verano. Pero poco a poco se han ido arrancando estas parras. Y hoy solo queda una, en la calle Iglesia, en la casa de María de Guía Fernández López (el nombre de María de Guía, la patrona, es frecuente), que es una mujer llena de sencillez, hospitalidad y amor al terruño. Nos invita a pasar a la casa (me acompaña [Pepe] Olmo, el municipal) y nos saca un plato de dulces caseros.

-        Tomen ustedes, son borrachuelos.

    La casa es una casa cualquiera. Bien pudiera ser el prototipo de la casa popular de la villa. Tiene bóvedas de aristas. Cantareras con rojos cántaros de Hinojosa, de esos que las mujeres del Valle saben

La parra, toldo vegetal para el verano.
Calle Iglesia ,1973
llevar sobre la cabeza con inverosímil equilibrio. No falta el espacioso patio, antesala del corral. Y está la cocina, también espaciosa, que es el sitio principal de la casa, donde se hace la vida,  y que aun no ha sido suplantada por la salita de estar. Tiene la cocina su gran chimenea donde ahumar las morcillas y los chorizos. Aquí todo el mundo hace su matanza. Tienen fama las morcillas y los chorizos de Alcaracejos que muchos cordobeses de la capital vienen a buscar los domingos. Los forasteros llaman achorizadas a las rojas morcillas de la villa.

La comida es buena. En cualquier bar de Alcaracejos puede usted pedir cordero, lechón o lomo con entera confianza. Cocina de sabor y calidad caseros, a buen precio. He aquí un menú cualquiera como referencia: tortilla, lechón, ensalada y postre, ochenta pesetas.

Flash histórico: etimológicamente la voz Alcaracejos es diminutivo del árabe Al-caria o aldea, lo que concuerda con los vestigios de población hallados en el lugar.

            La actual villa fue fundada a principios del siglo XV. Fue aldea de Torremilano hasta 1488, en que pasó a ser villa sujeta a la jurisdicción de Córdoba, manteniéndose así hasta 1560 en que Felipe II la concedió a los Marqueses del Carpio[7], volviendo a la corona en 1747.

 Pequeña guía turística

 En el cerro del Germo [8] existen ruinas visigodas del siglo VI, declaradas monumento histórico – artístico. Tiene interés el dintel de la antigua parroquia de San Andrés, labrado en piedra y de traza gótica, que se conserva acoplado interiormente a una de las puertas de la nueva iglesia, terminada de construir en 1966.

            Las calles viejas –equilibrio de cal y granito- ofrecen bellas perspectivas de conjunto, para quién guste de saborear la arquitectura popular de la zona. El calendario de fiestas locales está formado por las siguientes:

 24 de febrero. Romería a la ermita de la Virgen de Guía, de marcada participación femenina, en la que las hijas de los hermanos de la Virgen traen su imagen a Alcaracejos, donde permanece hasta el Domingo de Resurrección.

 Domingo de Resurrección. Devolución de la imagen de la Virgen de Guía a su ermita, enclavada en el término de Villanueva del Duque, donde ha de hallarse antes de las doce del día. Jornada de gran fervor mariano, en la que participa el pueblo en masa. Es de destacar la pureza con que sobrevive la Hermandad de la Virgen de Guía formada por 55 varones, y de cuyo origen, significación y tradiciones se habla en estas páginas.

 Feria del Carmen. Se celebra del 15 al 18 de julio.

 En el capítulo gastronómico gozan de justa fama los derivados del cerdo (morcilla –llamada achorizada por su color rojo- chorizo, lomo, lechón, etc.), así como el cordero. La confitería casera está muy generalizada, destacando los roscos de vino y de huevo, las hojuelas, los borrachuelos y las perrunas.

 La voz del alcalde: Don Rafael Muriel Rísquez “Este pueblo tuvo mucho auge entre 1900 y 1920, en que llegó a tener 5000 almas, pero las minas vinieron abajo en los tiempos de la República y esto cayó”(27.04.73).



[1] Márquez, Francisco Solano (1944). Edita la Diputación Provincial de Córdoba, 1976, 22 cm. 546 p. Colección de Estudios Cordobeses, número 12. Calificado como guía turística.

[2] Era director del diario Federico M. Miraz Fernández que además ostentaba la presidencia de la Asociación de la Prensa. Cuenta Francisco Solano que cuando le propuso reportajes de pueblos para la última página del periódico del domingo, el recién llegado director le dijo: "Para el domingo quiero el primero". Era Adamuz.

[3] Utopíalibros.com, 2022.

[4] Aunque la tradición nos mueve a adjetivar como “Valle” la comarca de Los Pedroches, todos sabemos ya que no lo es. En principio carece de un rio que lo haya formado y en segundo lugar porque está estudiado y calificado como un llano que ronda los 600 metros de altitud. Algunos autores lo denominan interfluvio. Ver https://www.17pueblos.es/wp-content/uploads/2020/09/Referencias-mas-antiguas-en-prensa-historica-VALLE-DE-LOS-PEDROCHES.pdf

[5] Motivo central recurrente.

[6] Como bien dice el capitán y recoge Francisco Solano, “se supone” ya que no se aporta prueba alguna. Agudo Torrico, J. en “Las Hermandades de la Virgen de Guía en Los Pedroches”, 1990, considera esta posibilidad como “una variada e imprecisa consideración mítica que pretende explicar las peculiaridades de las hermandades militares”. Pag 280.

[7] Error. Pensamos que es el típico caso de error cometido por copia y pega. Las Siete Villas se vendieron por Felipe IV a los Marqueses del Carpio en 1660.

[8] Está comprobado que el cerro del Germo pertenece al término de Espiel, por lo que no debería de figurar aquí. Durante años, por error, se relacionó con Alcaracejos.

Hermanos y cargos de la Hermandad de Ntra. Sra. de Guía
acompañados del tamborilero y del criadillo.

Interior casa de Alcaracejos. Se aprecia la
bóveda de arista y las cantareras.

Calle Cumbre. Alcaracejos, 1973

Cruz de hierro ensamblada a columna y base de granito
junto a Ermita de San Andrés, hoy desaparecida. Al fondo
 dinteles clásicos en puerta y ventanas (1973)

Fachadas tradicionales en Alcaracejos en la plaza y proximidades

Calle José Antonio en 1973. A fecha de hoy Maestro Miguel López

Cartel anunciador del mal llamado
 "Valle" de Los Pedroches, 1973.

Última página del diario Córdoba (27.04.1973)

Nota.- Quede constancia de nuestro agradecimiento a Francisco Solano Márquez Cruz por su generosidad y buena disposición.