Fachada Grupo Escolar 1944-45 |
El Grupo Escolar que se construyó
por medio de Regiones Devastadas se proyectó en planos en 1943. La revista
Reconstrucción, núm 65 de Agosto – Septiembre de 1946 publicó una serie de
fotos con las obras ya terminadas, de donde se deduce que éstas se realizaron a
lo largo de 1944 – 45.
La citada revista describe y
explica lo construido, refiriendo el siguiente texto, que transcribimos literalmente:
“El Grupo Escolar de Alcaracejos se
sitúa, con arreglo a la nueva ordenación, en uno de los solares descombrados en
el centro del pueblo, con fachadas a las calles del Pilar y del Hospital - el
edificio se dispone más próximo a la calle del Pilar, dejando el espacio
posterior para campos de juegos -. La superficie total del solar es de 2.224
metros cuadrados, y como la población
escolar admitida es de 168 alumnos, resulta una superficie total por alumno de
13,20 metros cuadrados, suficiente teniendo en cuenta las Instrucciones técnico
– higiénicas para la construcción de Escuelas del Ministerio de Educación.
Emplazamiento de las cuatro aulas iniciales y patios |
Se adopta la distribución en una
planta, más apropiada para el reducido programa de este Grupo: dos clases para
niños, dos para niñas, correspondientes aseos, despacho de maestros, idem para
maestras, guardarropa y almacén escolar. El edificio se dispone según un eje
Este – Oeste sensiblemente, quedando las clases abiertas al cuadrante Norte –
Este, el más indicado en este clima – la distribución se ha tratado de reducir
a la sencillez del programa, acusando al exterior por alturas los elementos que
lo componen con lo que se consigue economía y carácter exterior del edificio”.
En
su parte delantera el solar tenía una valla de madera y una cancela de hierro. Tras
ella una pequeña escalinata accedía a los dos porches de entrada – niños y
niñas – los cuales tenían un par de arcos para que entrara la luz. Los porches
nos protegían de la lluvia o del sol mientras esperábamos para entrar en clase.
Recuerdo
que con el tiempo se hicieron dos clases más en el patio de los niños y otras
dos en el de las niñas. Por cierto que los patios, en mi época – 1959 – 1960
estaban comunicados por una pequeña puerta, pero puerta que sólo tenía un
marco. Entre los patios de niños y niñas había un aula en la que daba clase mi
madre a los párvulos pero su puerta de entrada y salida daba al patio de las
niñas, como no podía ser de otra manera en aquella época. A continuación del
aula de párvulos había otra clase de niños y su puerta daba al patio de los
niños, muy cerca de un pozo. En esa clase, que tenía una pizarra de pizarra,
recibíamos enseñanzas de D. Pedro Benito.
En
el patio de las niñas hicieron una clase, al fondo a la derecha, limitando con
el patio de mi tía Ani. En ella ejercía Dª María Sánchez, maestra algo dura
pero con gran experiencia. En el fondo del patio, dando al Callejón del
Hospital y paralela a dicho callejón, estaba la clase de D. Antonio Cañero, al
que rompieron – más de una vez – los cristales desde el exterior. Es decir que
las cuatro aulas iniciales de 1945, aumentaron a ocho en 1960.
Creo
que es importante añadir algunos comentarios sobre aquel grupo escolar, típico
de cierto progreso tras la guerra civil: el guardarropa nunca funcionó como tal
o al menos yo no me acuerdo; tampoco funcionó nunca la chimenea que había en el
interior de las cuatro aulas iniciales a pesar de tener una bonita salida
exterior en el tejado: para calentarse, algunos llevaban latas grandes de
conserva, con una larga asa de alambre, llenas de ascuas de la candela de su
casa. Como no había agua corriente los servicios no funcionaban tampoco: nuestras
necesidades las hacíamos en un pequeño trozo de patio triangular, algo
escondido, detrás del aula orientada al Norte – con
vistas al patio - en la que
daba clase D. Miguel López. Moverte en aquel espacio era casi un ballet pues
tenías que andar de puntillas para no pisar…los residuos de otros. Conforme
avanzaba el curso, cada día era más difícil entrar allí…también recuerdo la
dureza de piedras ….usadas…o en el mejor de los casos hojas de cuadernos muy poco
flexibles para ciertas cosas.
Fueron
los tiempos – años – en los que “la Féli” nos repartía la leche en polvo en el
recreo de la mañana – nos permitía repetir – y por la tarde – a veces – caía un
trozo de queso “made in USA”. La ayuda americana hizo su efecto y gracias a
ella se paliaron enfermedades, hambrunas y nuestros huesos recibieron calcio.
Tengo que reconocer que tanto la leche en polvo como el queso americano,
personalmente, me encantaban.
En
Septiembre de 1988 se inauguró el CEIP (Centro de Educación Infantil y
Primaria) Ntra Sra de Guía por lo que este grupo escolar se abandonó pero, al
estar ubicado dentro del casco urbano, se proyectó construir en ese solar –
2290 m2 - una Residencia Municipal de Mayores, centro que entró en
funcionamiento en noviembre de 1994. Esta instalación tiene el sobrenombre de “Antonio
Mansilla”, persona que fue Alcalde del pueblo y promotor de la Residencia[1].
Bibliografía:
-
Revista
Reconstrucción, número 65 de Agosto – Septiembre de 1946.
-
Planos proporcionados
por el Archivo Central de la Delegación de Fomento y Vivienda. Córdoba. Fondo
de Regiones Devastadas.
[1]
La
Residencia Municipal de mayores “Antonio Mansilla” consta de dos plantas, en el que se pueden distinguir los siguientes usos
y espacios:
·
Residencia: Es la actividad
principal del edificio.
·
Administración: Despachos
de Dirección, técnicos, recepción, médico, D.U.E. etc.
·
Estancia destinada a
velatorios, con acceso directo desde la vía pública.
·
Patio, de grandes
dimensiones que comunica con calle posterior.
·
En 2008 sufrió una
importante reforma: Se modificaron algunas habitaciones, cambio de solerías y
alicatado de baños, despachos, así como la renovación de la red eléctrica.
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