Cabeza ovina con viruela |
Era el 10 de julio de 1887, siendo alcalde don José Rodríguez Blanco, cuando este informó a la Corporación que don Martín Valerio Alcalde, vecino de la villa, le había comunicado que en la ganadería [lanar] de su propiedad se había presentado la enfermedad variolosa, aunque por fortuna solo lo había hecho en un reducido número de cabezas, en palabras del propio Sr. Valerio. El Ayuntamiento, “como quiera que el asunto en cuestión es de interés general y de importancia suma por la abundancia de ganado que existe en el término, es de urgente necesidad adoptar las medidas oportunas para evitar el desarrollo de la citada enfermedad”.
Se
acordó también que, a la mayor brevedad posible, se pusiera en conocimiento del
Sr. Gobernador Civil y que apremiaba que el veterinario y los peritos prácticos
que se consideren necesarios reconocieran de inmediato a la expresada
ganadería. “A la vista de los resultados
tendría que señalarse el terreno necesario para el pastoreo, prohibiéndose en
absoluto traspasar los límites que se señalen, con la obligación de informar
cada tres días sobre el desarrollo de la enfermedad”. Por último se cita de
urgencia a la Junta de Ganaderos y de Sanidad Local para proceder al
reconocimiento de todos los ganados existentes en el término.
A
la semana siguiente, 17 de julio, la Corporación vuelve a reunirse para acordar
la construcción o habilitación de un local para Matadero Municipal, pues hasta
el día de la fecha se carece de esta instalación, supliendo el matadero de
Villanueva del Duque las necesidades de los vecinos en cuanto a sacrificio de
reses y reconocimiento de las carnes para el abasto público. Además se recalca
la necesidad de esta instalación por la presencia de la enfermedad variolosa en
nuestro término. El Ayuntamiento ofrece el Corral nombrado del Concejo, donde
hay terreno suficiente para ubicar el futuro matadero y pide a Domingo Santos
Álamo, Maestro de Obras, que visite el citado corral con miembros de la Comisión
correspondiente al objeto de presentar un proyecto y su presupuesto, para
acordar lo que mejor proceda.
El
24 de julio, el Sr. Alcalde da cuenta a la Corporación del estado en que se
encuentran las ganaderías atacadas de viruela, cuya enfermedad continua en el
mismo estado de desarrollo, toda vez que afortunadamente no se ha propagado a
ninguna otra ganadería, y de las invadidas son muy pocas las reses que han
resultado enfermas: a pesar de lo cual siguen aisladas y con terreno señalado para el pastoreo. El
Ayuntamiento queda enterado.
Ese mismo día, la Comisión de Obras informa que se visitó el Corral del Concejo y sin menoscabo de su capacidad pueden tomarse del mismo ocho varas [cuadradas] para construir el futuro matadero municipal. “Que según el proyecto formado para dicho local y presupuesto formado por el Maestro el costo asciende, aproximadamente, a setecientas cincuenta pesetas, con inclusión de materiales y mano de obra”. El Ayuntamiento enterado de lo manifestado por la Comisión y visto el proyecto de obra presentado por la misma, acordó que sin pérdida de tiempo se proceda a levantar el pequeño local que ha de habilitarse de matadero, el cual se haga por administración con las formalidades que previene la Ley Municipal vigente. La Comisión presidida por el Sr. Alcalde, inspeccionará la ejecución de la obra.
A
finales de diciembre de 1887, la viruela en las ovejas continua, pero los
resultados mejoran ostensiblemente pues la Comisión nombrada para el reconocimiento
del ganado varioloso propiedad de Amador Sánchez y Lorenzo Cruzado, manifestó
al Sr. Alcalde que del examen hecho por el Profesor Veterinario don Antonio
Sánchez, resultó que dicho ganado está en completo estado de curación y por
tanto en condiciones de poder pastar libremente en los terrenos que al efecto
le destinen sus dueños. No obstante al favorable resultado del reconocimiento,
el Ayuntamiento acordó que dicho ganado permaneciera en el terreno que pasta
hasta el día primero de Enero próximo, 1888, en el que podrá transitar con
libertad.
Piel de ovino con pústulas variolosas |
Comentario: algunas conclusiones.- Sugiero leer despacio los textos
anteriores para darse bien cuenta de la importancia de su contenido:
1.- Lo relatado aquí, ovejas con
viruela, ocurrió hace ciento treinta y tres años en Alcaracejos.
2.- Procede resaltar el grado de
concienciación y responsabilidad de los vecinos: ellos mismos denuncian la
enfermedad de su ganado para evitarla en otros.
3.- La Corporación Municipal
actúa con una diligencia digna de todo elogio y medidas muy concretas: Reuniones
de la Corporación, aviso al Gobernador Civil, aviso a Junta Local de Ganaderos
y Sanidad, ganado confinado, construcción del Matadero Municipal,
reconocimiento del ganado de todo el término, ganado sigue confinado a pesar de
reconocimiento favorable, … y eso que se comenta en los documentos consultados
que fueron pocas las reses contagiadas…..Parece que seis meses fueron
suficientes para erradicar la citada enfermedad en las ovejas. Animo a seguir
investigando.
Quiero
dejar claro que no pretendo comparar, ni me refiero para nada a la actuación de
la actual Corporación Municipal “mojina” ante el COVID19: me consta su buen
hacer y enorme preocupación. Únicamente aspiro a que estas líneas – escritas hace
más de 130 años, sirvan de reflexión con lo que está ocurriendo en la actualidad
no ya en España, sino en casi todos los países del mundo. Parece que no hemos
aprendido demasiado y a una ciudadanía caprichosa y mimada se han unido
actuaciones gubernamentales tímidas con matices de cobardía tintados de campaña
electoral. Como dice Ignacio Varela, a lo cual me sumo, no somos conscientes de
que el progreso y el bienestar no son derechos, sino conquistas que necesitan tiempo, esfuerzo y sacrificios. Cada cual debe sacar sus
propias conclusiones.
Nota: La única fuente de información ha sido el Archivo Municipal
de Alcaracejos (AMA), actas de las sesiones del Ayuntamiento de las fechas
referidas.
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