Campo de fútbol de Alcaracejos |
Desde hacía tiempo los asesores de Trump, en contra de la opinión
de este, le venían aconsejando invertir en España. Aprovechando la debilidad
económica por la coyuntura de un país en crisis, Trump comenzó a moverse y tras
largas conversaciones evaluando ventajas e inconvenientes decidieron instalarse
en Andalucía, en la Comarca de Los Pedroches. Trump no hace favores y sólo y
exclusivamente sus puros intereses económicos determinaron esta decisión. La
situación de la Comarca era idónea para invertir por su estratégica posición
geográfica, su dinamismo y por la hiper - óptima acogida que habían tenido en
la zona los contactos iniciales entre el Delegado de Trump España y los
responsables de la Mancomunidad. Pero lo decisivo fue el alto valor ecológico
del conjunto del territorio: Trump necesitaba bañarse en las puras aguas de un
paisaje purificador y limpio donde la única contaminación del aire es el trino
de los pájaros. Hasta ahora no se habían producido grandes inversiones de
capital extranjero por lo que la marca Trump sería recibida como agua de mayo a pesar de que la gente de los Pedroches tiene un especial olfato para detectar a los fanfarrones. Una noticia de este tipo resucitaba cierta alegría después de un enero, febrero
y marzo más secos que la mojama. Los Pedroches eran una plataforma de futuro para
llegar al resto de Europa y a un tiro de piedra de la inmensidad de África. Todas
las carreteras comarcales serían mejoradas por la Diputación y el Gobierno
Central se había comprometido a convertir en autovías la N-502 y la N-432 para
llegar al aeropuerto de Córdoba en un pis pas. Aeropuerto que AENA doblaría en
km de pistas y en condiciones de seguridad y plantilla. En Alcaracejos se
construiría un helipuerto privado y los trenes AVE irán aumentando
progresivamente en función de la demanda. El recorrido Los Pedroches – Madrid
se había convertido de repente en el tramo más solicitado del país. En las
inmediaciones de la estación de Villanueva de Córdoba ya se movían tierras para
la construcción de un hotel con servicios de todo tipo.
Calle San Isidro. Alcaracejos |
Con la inversión en Los Pedroches Trump pretendía diversificar sus
riesgos, por eso se abría a nuevos sectores no trabajados. Su idea era formar
un trust de colaboración con todos los sectores productivos de la Comarca para
dar salida a la producción íntegra de carne (bovina, porcina y ovina), leche y
queso, jamones, embutidos, artesanía de la zona, gestión de caza y monterías,
turismo rural, etc…..potenciaría productos de calidad de fabricación “familiar”
pero con procesos industriales tales como aceite, aceitunas, huevos, gallinas,
conejos, criaderos de caballos, actividades al aire libre, etc…..y explotaría
el cielo de Los Pedroches como uno de los cielos menos contaminados del mundo.
Hoteles de lujo y exquisitos campos de golf acogerían a turistas millonarios
que enfocarían sus telescopios hasta los confines del universo y al mismo
tiempo podrían disfrutar de las magníficas tradiciones de los habitantes de la
zona. En coordenadas estratégicas de ausencia de luz y transparencia del cielo se
construirán sencillos pero eficaces observatorios astronómicos dotados de las últimas
tecnologías. La formación del personal y desarrollo de todo esto estará
supervisado por profesores de la Universidad de Granada especializados en
Astronomía y Astrofísica y técnicos de Calar Alto. ¡¡¡ A Mister Trump esta mezcla de “business y
ecología ” le empezaba a gustar. Le venía como anillo al dedo para mejorar su
imagen y acercarse a un sector y una zona bien vistos. Además le constaba la
calidez de sus habitantes. El asunto era ganar dinero aunque para eso tuviera
que disfrazarse de ecologista. En dos años deberían plantarse 300.000 mil
encinas a lo largo de toda la comarca para tapar algunos lunares y ampliar, en
lo posible, la magnífica dehesa que Trump había disfrutado desde el aire. Por otra parte se van a tomar medidas para recuperar el Patrimonio Minero de El Soldado, El Rosalejo y Cantos Blancos estableciendo un Museo y su correspondiente archivo de documentación.
Si todo iba bien, en cinco años la comarca habría dado un cambio
radical y las redes Trump irían invadiendo el Valle de Alcudia y también La
Comarca de La Serena. Con anterioridad a esta expansión el “Trumpismo” había
incorporado a sus planes al Valle del Guadiato. El verdadero objetivo de Trump
era formar una especie de Comunidad Autónoma Trump uniendo por intensos y
múltiples lazos comerciales estos cuatro territorios que ya la COVAP previó en
las últimas décadas del siglo XX.
Edificio del Ayuntamiento. Alcaracejos |
Ante la sorpresa general Trump llegó con poca escolta en un
tremendo helicóptero que aterrizó en el campo de fútbol de Alcaracejos, sede de
la Mancomunidad. Como tarjeta de visita vestía la camiseta del C.D. Mojino y un
cheque de 50.000 $ para que añadieran a la camiseta “Todos somos Trump”. Como
buen populista, desde el principio atacaba el corazón y la verdad es que ver el
escudo del equipo en el pecho del mandamás fue objeto de miles de fotos que
volaron a todos los rincones del mundo y ocasionaron algunas lágrimas entre los
hinchas del equipo. El Grupo Alcaria abría sus pulmones lanzando al aire las "Jotas de Alcaracejos" en medio de la emoción general: "A la mar que te vayas, querido Pepe, a la mar que te vayas me voy por verte........" El despliegue de medios de comunicación era enorme. Las
unidades móviles de TV retransmitían en directo el acontecimiento a todo el
mundo. En el pueblo no cabía un alma más pues había venido gente de toda la
provincia y de toda España. A duras penas se pudieron aparcar los 545 autobuses
venidos de todo el mapa. El Sr Trump, fiel a su desprecio a los periodistas,
sólo concedió dos entrevistas: una a su propia cadena de TV y otra al
corresponsal local del Diario Córdoba. El resto de sus impresiones las fue
comunicando con algunos Twitter que dictaba a sus tres secretarias. A los suyos
no les dio muchas explicaciones porque de sobra sabían lo que tenían que decir
y las imágenes que tenían que retransmitir. A un “America first” añadió “Los
Pedroches, second” en medio de un delirio general. La gente aplaudía la magnífica
ocurrencia que sus asesores de imagen le habían preparado y agitaban con
entusiasmo una especie de bandera desconocida, híbrida, diseñada con las
banderas de EE.UU., España y Andalucía. Las estrellas habían cambiado de sitio
y ahora se encontraban diseminadas caóticamente por toda la superficie. Lo
mismo le ocurría a las franjas rojas y blancas que formaban una amalgama
multicolor muy vistosa con el verde andaluz y el amarillo español. Ver aquello
desde el aire resultaba espectacular por la tremenda mezcla de colores entre
ropas, cabezas con gorras, banderas, pancartas y globos. Alguien se atrevió a
decir que todo esto estaba escrito desde hacía tiempo ya que la bandera de EE.
UU. siempre lució el blanco andaluz y el rojo español. El significado de las
estrellas desparramadas en la nueva enseña que acababa de nacer estaba muy
claro: Es el cielo de Los Pedroches. Una señora comentó que se podría añadir
una bellota en el centro, pero desistió ante la perpleja mirada, teñida de reprobación,
del marido y de su vecina.
Al corresponsal local no le dejó ni preguntar. En plan colega,
pero con tremenda superioridad, le echó la mano por encima y directamente leyó
– a duras penas en español – una nota en la que se confesaba fans de todos los
clubs de fútbol de la Comarca y enviaba un afectuoso saludo a los sufridos
abuelos y abuelas de la zona: “Gracias
por haber conseguido unos Pedroches grandes, les dijo. Gracias a vosotros estoy
yo ahora aquí mejorando vuestra obra”.
Mientras todo esto ocurría El Control, El Estéfany, El Parador, el TiC - Tac, El César, el Bar de La Plaza y El Rincón de Sales sirvieron en un día más lechón y mas comida que en todo el año. La acumulación de gente rompió todos los pronósticos y la comida se agotó. Menos mal que Pozoblanco estaba cerca y las despensas y frigoríficos de bares y restaurantes se volvieron a llenar.
Plaza de la Constitución |
Como si de un secreto se tratase, Trump les dijo a los alcaldes
que lo recibieron que estaba dispuesto a vender bellotas en conserva con
salmuera, como si fueran aceitunas y que un exitoso laboratorio americano tenía
ultimada ya la fórmula de un exquisito licor de bellotas. Había que mejorar el
que venden algunos bares de la zona. Aparte de eso había contactado con la
Coca-Cola para exportarla con el logotipo de la Mancomunidad de los Pedroches y
nuevo sabor de la marca enriquecida con esencia de bellota liofilizada. Asesores
de su confianza le tenían al corriente de que la dehesa de Los Pedroches fue llamada por los árabes con el
nombre del "Valle de las bellotas" y que es un extenso manto de
encinas y alcornoques que cubre unas 300.000 hectáreas, lo que la convierte en
la más vasta de la península y, por tanto, del mundo. Ser el protagonista total
en una reserva única en el mundo era una plusvalía que Trump estaba dispuesto a
aprovechar en sus negocios. Añadir su imagen a un ámbito rural de esta
categoría sólo podría acarrearle beneficios. El asunto de que los árabes estuvieron
por aquí no le agradaba demasiado, pero transigió cuando conoció el estudio de
la Universidad Autónoma de Barcelona[1].
Dicho estudio rechazaba la hipótesis de una posible asimilación genética de los
colonos bereberes durante el periodo musulmán por parte de los habitantes de la
Comarca de los Pedroches.
A la comitiva le costó llegar desde el
campo de fútbol hasta la plaza. Trump tenía decidido ir andando. Su populismo
así lo exigía y se encontraba a gusto y relajado. La calle San Isidro era un
tsunami de personas que la escasa policía local difícilmente podía manejar. Los
alcaldes cogidos de la mano lograron formar una especie de circunferencia de
protección, pero desistieron de ello cuando se percataron que el propio Trump
intentaba romperla para darle la mano a la gente, hacerse fotos con niños y
personas mayores y entregar billetes de cinco dólares. Llegar al Ayuntamiento
fue un esfuerzo sobre – humano que duró casi hora y media. Apenas 500 metros. A
todo el mundo le dolía el cuerpo de los continuos empujones, a veces casi
aplastamiento. La calle y la plaza eran una especie de gran patera irregular
repleta, casi maciza de cuerpos apretujados. Pero Trump y la comitiva con una
voluntad de hierro lograron atravesar aquella masa contra todos los pronósticos
de la Física.
Subir las escaleras del ayuntamiento fue mucho peor porque el
edificio ya estaba lleno de gente. Al final los alcaldes decidieron que subiera
Trump sólo porque todos era realmente imposible. No cabía un alfiler. Las
personas no podían ni girarse. A quién le pilló de espaldas así se quedó. Olió
el inequívoco perfume[2] de la
marca Trump pero no pudo ver a su portador. Incluso para Trump solo, llegar al
balcón fue un Via Crucis. Sudoroso pero impecablemente peinado empezo a hablar.
Inició su discurso aclarando que en Los Pedroches no iba a construir ningún muro y que desde luego los autóctonos tendrían preferencia a los emigrantes a la hora de la contratación. Iba
a empezar a hablar de los derechos de la mujer cuando sonaron las
campanadas de un reloj. Por un momento pensé que se trataba del reloj del
Ayuntamiento, una pieza antigua y preciosa que adorna su fachada. Pero no, era
mi móvil que en modo “campanadas antiguas de reloj de pueblo” me avisaba de que
eran las ocho y me tenía que levantar.
Desorientado y somnoliento me levanté y busqué a Trump por mi
habitación sin diferenciar aún el sueño de la realidad. Allí estaba. Me estaba
mirando y me apuntaba con el dedo desde la portada del libro de Vicente Vallés.
El día anterior había estado en la presentación del libro.
[1] “Y-chromosome Variation in South Iberia:
Insights into the North African Contribution”
LUIS ALVAREZ, * CRISTINA SANTOS,
RAFAEL MONTIEL, BLAZQUEZ CAEIRO, ABDELLATIF BAALI, JEAN-MICHEL DUGOUJON, AND
MARIA PILAR ALUJA Unitat d’Antropologia Biologica, Departament Biologia
Animal, Biologia Vegetal i Ecologia, Universitat Autónoma de Barcelona, 08193
Cerdanyola del Vallès, Barcelona, Spain.( AMERICAN JOURNAL OF HUMAN BIOLOGY
2009).
[2]
Donald Trump de Trump es una fragancia de la familia olfativa
Amaderada Aromática para Hombres. Las Notas de Salida son menta, pepino,
albahaca negra y cítricos; las Notas de Corazón son notas amaderadas, notas
especiadas, pimienta y notas herbales; las Notas de Fondo son maderas exóticas,
notas especiadas y vetiver.
Impresionante relato, por momentos ya me veía hablando en inglés con acento americano. Y que queriendo pedir una ración de lechón y un mojinito en ca Juanano y no ser capaz.
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